Les refrescamos la memoria por si no recuerdan como sucedieron los hechos. Los problemas económicos del Cáceres, en forma de impago durante varios meses a sus jugadores, provoca que a partir de las fechas navideñas comienze la desvandada de jugadores a otros equipos.

Uno de esos jugadores es el pívot Brian Sallier, que consigue una importante oferta del Bilbao y la acepta pero cuando todo estaba cerrado el Cáceres le obliga a pagar 10.000 euros en concepto de rescisión de contrato mientras que el jugador pide que se negocie la cantidad de dinero que se le debía hasta final de temporada.

Ante la urgencia del fichaje por el Bilbao, el jugador finalmente paga esos 10.000 euros pero pone el caso en manos de un abogado para demandar al club. Hace escasas, como reseñamos con anterioridad, el Juzgado estima dicha demanda y ahora el Cáceres tendrá que hacer frente a un nuevo pago: en torno a 18.000 euros.