Cataluña se llevó el regalo del Roscón de Reyes. Dos años después, el combinado catalán vuelve a subir a lo más alto del podio tras una enorme segunda parte contra Madrid en la final del Campeonato de España Cadete (53-50) celebrado en Valladolid. Un partido trepidante marcado por la fuerte intensidad que imprimió Cataluña y que consiguió anular el físico y la calidad individual que atesoran las figuras madrileñas, con las bajas incluidas como la de Luka Doncic.

Esto es, ganó el deporte en equipo frente a los renombres. Ahora bien, Madrid tuvo opciones hasta el final: a pesar de no estar en el partido, su rival nunca se fue en el marcador. Pero el pecado de Madrid hay que buscarlo en su excesivo dribling frente al buen trabajo táctico y la rapidez de Cataluña. Unas marcas que han definido a la selección campeona durante todo el torneo. “No renunciaremos a nuestro juego contra Madrid”, dijo el técnico catalán a solobasket.com.

Mientras se disputaba esta final, las chicas de Castilla y León continuaban celebrando en la banda su meritoria medalla de oro. Las anfitrionas cumplieron con las expectativas y ganaron en los últimos segundos a una selección brillante como es la de Canarias. Fue un duelo a todo o nada entre las cuatro mejores jugadoras de la categoría: Natalia Rodríguez e Iris Junio por el lado canario y Paula López y Marta Aranda por el castellanoleonés. El partido estuvo abierto hasta los últimos treinta segundos. Canarias se veía casi con el entorchado cuando Natalia metió un espectacular triple. Las pupilas de de José Luís Cubillo cerraron la victoria con su acierto desde los tiros libres ante su gente, en un pabellón Pisuerga con una gran entrada.

RESUMEN: La intensidad catalana acotó la calidad individual de los madrileños

Era la final que todo el mundo había predicho. Aunque las dos federaciones venían a Valladolid con cautela, tanto Madrid y Cataluña sospechaban seriamente que se iban a ver las caras en la finalísima. Y así fue. Los dos únicos conjuntos invictos en el torneo frente a frente en busca de la ansiada medalla de oro. Los amantes del baloncesto de formación no podían pedir más. Se la jugaban dos escuadras que fácilmente pueden poner las cosas difíciles si se llegaran a enfrentar a algunos equipos de EBA (recordemos que solo tienen 15 años). El Madrid del físico contra la Cataluña de la intensidad. Los ingredientes estaban listos, y el plato final no defraudó.

Empezó el partido con los tradicionales nervios. Se notaba con el paso de los minutos que ambas selecciones se respetaban. Sabían que los paseos triunfales de los otros partidos no se iba a revivir más. Un tanteo que se alargó hasta que Madrid puso la directa. Con un acertado Dino Radoncic, mostrando su calidad, Madrid se colocó cinco arriba en los primeros compases. El técnico madrileño David Soria apostó por una defensa en zona cerrada y acertó: los catalanes no la supieron atacar, errando  los tiros lejanos.  Madrid les hacía un roto en la faceta defensiva. No conseguían imponer su juego muy basado en la intensidad. Así se llegaba al filo del primer cuarto con un 9-14 favorable a los madrileños.

En el arranca del segundo cuarto las tornas apenas cambiaron. Cataluña no conseguía imponer su juego y Madrid aprovechaba sus oportunidades. Sin embargo, el electrónico seguía mostrando unos marcadores  muy bajos. La causa: las numerosas pérdidas de balón que trababan el juego. No obstante, apareció la figura de Sergi Martínez, jugador interior de la Masía llamado a hacer algo grande como profesional y que tiene una gran responsabilidad en la hazaña conseguida por Cataluña. Pasaban los minutos y Madrid seguía emborrachándose con el balón.

El movimiento del balón en el parqué era más bien escaso. Sin embargo, la falta de confianza y comunicación en la escuadra catalana, la zona impuesta por el rival y sendas faltas en ataque permitieron a Madrid irse por más de diez. Pero fue un espejismo que no duró más de dos minutos. Cataluña comenzaba a coger la medida a la selección madrileña. Así, con un triple catalán de por medio que les levantó la moral, y pese a la superioridad madrileña, los jugadores encararon el túnel del vestuario con un marcador muy ajustado: 23-25. Diez minutos para la reflexión y para los comentarios como los de algún ojeador que se dejó ver por allí y que aseguraba que “Madrid amasa demasiado el balón, tienen mucha calidad pero también juegan muy individual, frente al juego en equipo catalán y su intensidad”.

Tras el descanso, el partido fue otro cantar. El paso por vestuarios sentó muy bien a Cataluña que salió más concentrada y con otra predisposición. Se cambiaron las tornas. La defensa en zona de los catalanes trastabillo el juego madrileño. Los pupilos de David Soria comenzaron a salirse del encuentro.  Cataluña aplicaba a la perfección la máxima de que una buena defensa es un buen ataque. Canastas fáciles tras una defensa muy intensiva. Las torres madrileñas, cargadas de faltas, como Kasanzi, ya no intimidaban. Rozábamos el minuto 6 de juego cuando Cataluña entró en estado de gracia: le entraba todo, lo que le permitió un parcial de 10-0.  Pero, ojo, Madrid no estaba herida, ni mucho menos. Un triple y una canasta lejana de dos les volvieron a meter en la final cuando sono la bocina que indicaa el final del tercer cuarto (39-32). Se notaba que a Madrid le faltaba algo de rodaje: apenas había competido hasta la final.

Madrid quería ganar pero no era su día. El único dichoso en ese momento era Kasanzi, que se puso a su equipo por montera. El alero era de los pocos que remaban en la balsa madrileña, frenando las oleadas rivales. El banquillo catalán se vio obligado a medir tiempo muerto. Madrid se acercaban a dos. Así, el combinado madrileño recuperó la zona, esta vez muy abierta, pero las figuras de Ramón Regaida respondieron de la única forma posible: anotando desde el 6,75 que olía a oro. Los pérdidas de balón, más de 20 en todo el partido, eran un serio lastre para Madrid que no conseguía bajar la diferencia de 6 puntos. Sin energía ni confianza los últimos dos minutos fueron de claro dominio catalán. Sensaciones de un cuarto que se pueden resumir en lo ocurrido cuando quedaban 30 segundos para finalizar la final. Momentos de auténtica locura. Kasanzi anotaba los tres tiros libres para dejar a Madrid a solo dos puntos. En la siguiente jugada, Cataluña estuvo mucho tiempo sin recibir una personal hasta que un jugador madrileño se la hizo a…Sergi Martínez, precisamente la figura catalana. Metió un tiro libre que Madrid respondió con una canasta lejana de dos que ponía emoción hasta el final. Marcador: 51-50 y quedaban 12 segundos. Madrid, creyendo que los coleagiados la habían dado de tres y que estaban en empate, no cometió falta. Tiró Cataluña, falló, pero el valiosísimo rebote fue ofensivo: lo capturó el “más bajito” de Cataluña  Adria Arque (es un decir, ya que mide 1,90m). Le hicieron falta, metió los dos tiros libres y se acabó el partido. Estallido de júbilo en el banquillo catalán: habían ganado el oro a la intratable selección madrileña por 53-50.

Declaraciones del técnico campeón Ramón Reigada: “Ha sido un partido trabado, como acostumbran a ser las finales. Muchos nervios por parte de los dos equipos y a partir del descanso hemos notado que el grupo era mucho más difícil y que hemos competido mucho más los días previos a la final y eso nos ha dado el plus para competir mucho más”.

RESUMEN: Castilla y León hace valer su papel de favorita y anfitriona en la final femenina

Fue una final muy reñida. Canarias, gracias el acierto de Natalia Rodríguez e Iris Junio, consiguió ponerse por delante en los primeros minutos (18-14). Pero Castilla y León no se descuidó y tras muchos intentos daba la vuelta a la situación mediado el segundo cuarto, dándole una mayor velocidad al juego (25-26). Así reaccionaron las isleñas: apretaron en defensa y volvieron a recuperar la iniciativa antes del descanso (36-32).

A la vuelta, las defensas se imponían a los ataques, y nadie conseguía lanzamientos cómodos. Hasta que las canarias, capitaneadas en todo momento por Iris Junio, pusieron el marcador +10. Una distancia que no asustó las castellanas, sino más bien, todo lo contrario. Sirvió de revulsivo. Las anfitriones tiraron de casta y a base de contraataques reducían la distancia (52-47). Paula López no uería verse con la plata y tras alcanzar los 19 puntos puso la igualada en el electrónico. María Marcos colocaba a Castilla y León por delante tras muchos intentos (59-61). Parecía que tenían la victoria en la mano, pero Natalia Rodríguez metió un espectacular triple a 29 segundos del final (64-66). Las de José Luís Cubillo cerraron la victoria con su acierto desde los tiros libres. Un colofón que pone de relieve el buen trabajo de la federación castellanoleonesa con el baloncesto de formación, especialmente con el femenino.

Declaraciones del técnico castellanoleonés José Luis Cubillo tras la final: “Estas chicas son un grupo increíble. En todos los partidos hemos estado muy igualados y se han sabido sobreponer. Nunca han dado un partido por perdido y esto nos ha hecho crecer. Superar al talento innato de Canarias ha sido muy difícil, era un equipo muy grande que defendía en zona los 40 minutos”.

Claves. Es la octava medalla de oro de Cataluña en masculino, igualando el palmarés madrileño. En femenino,  CyL ha conseguido por segunda vez la máxima distinción, frenando la racha de Canarias, que se había colgado el oro en las dos últimas ediciones.

Resto de resultados. En Masculino: Bronce para la Comunidad Valenciana y quinto puesto para el País Vasco. Ascienden Aragón y Navarra, mientras que descienden las Islas Baleares y Galicia. En el apartado Femenino: la final de consolación se la llevó Cataluña y el diploma Galicia. Promocionaron Madrid e Islas Baleares, y cayeron al grupo preferente Extremadura y Aragón.

Valoración. Un torneo que echa el telón tras estas dos finales con una impresión comentada en todos los círculos de ojeadores: el relevo generacional español está asegurado, con un baloncesto de formación cada año con más calidad. Promesas del baloncesto que estos cuatros días han dado un paso de gigante.