Daniel Rodríguez García, nacido en Esplugues de Llobregat un 13 de Febrero de 1984. Tanto por nombre como por situación geográfica puede que no sea muy llamativo, pero este jugador de baloncesto ha hecho saltar por los aires uno de los récords LEB Oro más prestigioso, partido a partido, sin gran ruido, con trabajo... y los que le quedan.
Se formó como jugador en las categorías inferiores del Joventut de Badalona, una cantera a la que le debemos muchos jugadores relevantes en la historia del baloncesto de nuestro país.
En el año 2004 llegó a debutar en ACB como integrante del Plus Pujol Lleida, pero la mejor liga de Europa no parecía un escaparate apropiado para el tipo de baloncesto que llevaba dentro de sus botas, así que desarrolló toda su carrera profesional en distintas categorías FEB, siendo uno de los jugadores fundamentales de LEB Oro desde la temporada 2009-10 dirigiendo los designios dentro de la pista de equipos como Melilla Baloncesto, Gestibérica Vigo, CB Tarragona, Cáceres, Força Lleida, CB Breogan, Real Betis o Palencia Basquet, mejorando su rendimiento temporada tras temporada.
Rodríguez siempre ha sido catalogado como un base anotador, cierto es que durante sus mejores años siempre ha estado en dobles dígitos de promedio, pero lo que sobre todo es Dani Rodríguez en pista es un base que sabe hacer jugar a sus compañeros. Cierto es que puede tomar las riendas anotadoras de su equipo, pero en pista suele ser un líder que ordena las piezas, como si de un tablero de ajedrez se tratase, para obtener la mayor de las victorias, una canasta.
La temporada 2016-17 realizó su mejor año en las filas del Quesos Cerrato Palencia en LEB Oro promediando 13.2 puntos y 3,2 asistencias por partido para 13.6 de valoración.
Sus números totales en LEB Oro lo dicen todo:
- Partidos jugados: 489
- Promedio minutos: 24:02
- Promedio puntos: 9.7
- Porcentaje de tiro: 44.6% T2 - 32.4% T3 - 40% TC - 80,9% TL
- Promedio Asistencias: 3
- Promedio Valoración: 9.2
El pasado 22 de Diciembre de 2020, tras 18 temporadas desde que jugara su primer partido oficial en la competición, cuando aún sólo había disputado 472 encuentros, superó la barrera de asistencias fijada por Juanjo Bernabé (1.379) en el año 2012. Dani Rodríguez aquel día, en las filas de Destino Palencia, consiguió la marca de 1.386 pases de canasta, dejando la histórica marca en un total de 1.447 asistencias repartidas en LEB Oro el día que finalizó la temporada 2020-21, tras disputar un total de 489 partidos en la máxima categoría FEB. Además, está en el TOP10 de jugadores con más minutos en la competición, y TOP5 de número de partidos jugados.
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El base catalán, de carácter austero en el trato, sin darle mucha relevancia al dato, sobre este récord indica que “Es un dato que ilusiona, pero no por el récord como tal sino por todo lo que implica. Al final, batir cualquier tipo de registro histórico en una competición es sinónimo de haber perdurado en el tiempo, de haber disputado muchas temporadas a un buen nivel y sin lesiones y de haber estado en equipos en los que el nivel de exigencia ha sido alto. Creo que eso es lo que todo jugador persigue desde el inicio de su carrera y por eso es de lo que más orgulloso me siento en estos momentos. Quizás en otro momento de tu carrera, cuando quieres crecer y proyectarte como jugador, piensas más en anotar y no le das tanto valor a la asistencia. A medida que los años van pasando es cuando comienzas a entender lo importante que resulta el producir ya no solo para ti, sino también para el resto del equipo ya que es ahí donde reside el auténtico equilibrio para poder ser un jugador importante en esta posición”.
Su última gran actuación se produjo ante Tizona Burgos, donde a escasos 2 meses para echar el cierre a la "Temporada COVID", consiguió 20 puntos de valoración en un partido memorable:
Dani Rodríguez es uno de esos jugadores fundamentales en LEB Oro que hacen de esta competición, posiblemente, la segunda liga más disputada de Europa, jugadores de calidad que año tras año dejan su impronta, permitiendo que otros luzcan, dejando que otros se lleven los focos pero que, sin ese "trabajo sordo" nada sería posible. Los parquets de LEB Oro, cuando decida colgar definitivamente las botas, perderán un pilar, una figura a la que seguir los jóvenes, un referente en la pista para cualquier equipo, pero ganarán un jugador inolvidable al que recordar, uno más, único en su propio estilo.