Los amantes del baloncesto nunca lo hemos tenido fácil para poder practicar nuestro deporte. Los, en ocasiones, prohibitivos precios de los escasos polideportivos municipales existentes y su escasa disponibilidad, además del, en general, deficiente estado de mantenimiento de las canchas callejeras de nuestros pueblos y ciudades, hacen muy dificil poder emular, en condiciones, a nuestros ídolos de la canasta.

Bilbao, en líneas generales, es una ciudad que puede presumir de contar con un buen número de canchas de Streetball que cumplen con las condiciones que todo jugón exige (buen estado del asfalto, redes metálicas…). Uno de los puntos emblemáticos para poder prácticar el deporte de la canasta en la capital vizcaína eran las distintas canchas situadas en el céntrico Parque de Doña Casilda. Los siete días de la semana, locos del baloncesto de todas las edades disfrutaban de la práctica de este deporte en un marco idóneo.

Sin embargo, una decisión judicial ha privado a cientos de aficionados de poder seguir prácticando su deporte favorito en estas canchas. En respuesta a una demanda de la comunidad de propietarios de un inmueble adyacente, el Juzgado Contencioso Administrativo Número 3 de la capital vizcaína ha resuelto exigir al Ayuntamiento de Bilbao la toma de medidas para evitar las molestias que el ruido que se produce en estas canchas causa a los vecinos de un inmueble situada al lado de este recinto deportivo.

Lo mejor que se puede decir de la petición de esta comunidad de vecinos y de la correspondiente decisión judicial es que son, al menos, extravagantes. Hay que tener en cuenta que los vecinos de ese inmueble también tienen que sufrir el ruido derivado del constante paso de vehiculos por una de las principales arterias de la ciudad, la Gran Vía.

A pesar de que el Consistorio bilbaíno ha recurrido la decisión judicial, esta medida ha sido ejecutada de manera privisional. Así, a principios de esta semana, y para sorpresa y disgusto de los aficionados al baloncesto de toda la ciudad, personal del Ayuntamiento retiraba las canastas de las canchas situadas en el Parque de Doña Casilda. Los aficionados no se han quedado de brazos cruzados, protagonizando varias protestas públicas.

El Ayuntamiento de Bilbao, defensora, en cualquier caso, del mantenimiento de las canchas de Doña Casilda, ha decidido abrir al público durante todos los fines de semana las canchas del Pabellón de La Casilla para que todos los aficionados al baloncesto puede prácticar este deporte de forma gratuita.

En definitiva, un golpe bajo a todos los aficionados a la canasta, una medida completamente desproporcionada que, esperemos, sea rectificada en los próximos meses. Por el bien del deporte.