Para cualquier club es obligatorio no solo pensar en el presente, sino también en el futuro, y por ello adquiere una vital importancia el trabajo de cantera. La formación del talento tanto nacional como extranjero con unos medios de primer nivel es lo que ofrece el Baskonia, y a partir de esta temporada Breno Silva (’04) tendrá la oportunidad de vivirlo en primera persona.

El joven director de juego brasileño mide 1.80m y procede de Joinville, el mismo municipio natal que una leyenda baskonista como Tiago Splitter. Y precisamente fue en un clinic promovido en marzo de 2016 en Jundiai por el que fuera campeón de la NBA en 2014 donde Iñaki Iriarte se fijó en él y le invitó a visitar la capital alavesa el pasado mes de febrero.

Pasamos una semana en España y Breno se mostró súper adaptado. Lo llevó todo con mucha naturalidad, jugó de la misma forma. No fue aquella cosa de estar con recelo”, relata su padre Luisao para Globoesporte. “Es un plan a largo plazo, con muchas coincidencias legales como la de Splitter y Marcelinho Huertas, que va a jugar allí esta temporada”, continúa.

En su visita a Vitoria volvió a coincidir con Iriarte y tuvo la ocasión de conocer a Pablo Prigioni, recién retirado de la práctica baloncestística y actual entrenador del primer equipo. “Me recibieron genial y el mejor consejo que me dieron fue ir a la cancha a entrenar siempre que pensara en desistir para no deprimirme y querer volver a Brasil”, cuenta el propio Breno.

Fue entonces cuando el Baskonia le lanzó la propuesta para incorporarse a sus categorías inferiores y, acompañado durante estos primeros días por sus padres, el nuevo proyecto del club gasteiztarra tiene claro que “será un desafío jugar con un equipo nuevo, estudiar en una escuela diferente. Era una oportunidad a la que no podía decir no. Tiene muchos factores positivos”.