En pleno mes de agosto, donde los equipos comienzan a perfilar las plantillas y los entrenadores a planificar la pretemporada, los aficionados disfrutan de la incertidumbre de qué jugadores formarán sus equipos. cuáles seguirán o la duda de por qué algunos no continuarán la próxima temporada. En la LEB Oro, la mayoría de equipos no suelen apostar por contratos de larga duración como pasan en algunos equipos de ACB, apuestan por ir temporada a temporada, viendo sensaciones y los resultados que consiguen con estos jugadores. Algunos equipos no pueden arriesgar, ya que si seleccionan al jugador erróneo y con el poco margen que poseen en el perfil ecónomico para contrataciones, casi podría darse una temporada por perdida.

En la LEB militan un grupo muy heterogéneo de jugadores; nos encontramos con españoles que han tenido una amplia carrera en nuestro país y que en sus últimos años buscan seguir compitiendo y con un sueldo digamos, digno. Otro grupo lo componen algunas perlas que van saliendo de las canteras y ante la falta de posibilidad de jugar en sus clubes, juegan en equipos afiliados, como el Prat y Joventut, o simplemente salen cedido para poder disfrutar de minutos en una liga profesional, por ejemplo Ignacio Rosa de Unicaja a Oviedo este verano. En el apartado de extranjeros nos encontramos con dos grupos; los americanos que utilizan esta liga para ser su puente para una carrera profesional, ya que en su país no han tenido la salida ni la calidad como jugadores para despuntar en sus Universidades y jugar en la NBA y aprovechan su estancia en la segunda competición española para hacer un buen papel y poder firmar un buen contrato en cualquier liga la temporada siguiente y despúes ya van viendo, los llamados trotamundos. Y por otro, tenemos los europeos que ven esta liga también como un puente, pero hacia la ACB o una liga de mayor prestigio que la de sus países que no tienen ni el poderío económico ni la repercusión mediática para que un jugador pueda hacer una carrera de ello.

Pues bien en los últimos años se ha estado dando muchas vueltas al tema de cupos, el cambio en la norma ACB que se produjo no tener jugadores nacionales si no los llamados jugadores de formación, o como pasaba hasta hace un año en EBA que esto era un vacío y podías tener los extranjeros que quisieras y prácticamente jugar con un quinteto de norteamericanos en la pista los 40 minutos, esta situación ha cambiado para la próxima temporada, porque fuera de España el jugador español está muy bien visto, ya que nos consideran uno de los países que mejor forma a los jugadores y de las canteras con más talento del mundo.

Sin embargo, ni nosotros mismos valoramos a nuestros jugadores. Esta temporada en la LEB Oro se han producido hasta la fecha 90 incorporaciones entre todos los equipos (aunque Araberri aún no ha confirmado nada), de los cuáles tan solo 37 son de jugadores españoles, un 41% tan solo. Muchos de ellos son jugadores ACB que ante la falta de minutos llegan a la LEB en busca de esa oportunidad que se les priva en la primera competición, otros son de los recién descendidos Sammic o Clavijo, otros fichajes de canteras como Diego de Blas o Jaime Fernández, pero ¿cuántos son jugadores que llegan de la LEB Plata o de Liga EBA? En este apartado entran los recién ascendidos, Canoe y Granada. Ambos conjuntos la mayoría, o su totalidad, son incorporaciones de jugadores españoles. Los madrileños han renovado a 3 jugadores, 2 de ellos españoles que suben con ellos desde LEB Plata y el otro es Tyson Pérez que seguirá su segunda temporada en el club pero a éste llegó desde liga EBA, además de sus 6 incorporaciones 4 son españoles 2 provienen de LEB Plata y otros 2 son jóvenes en busca de minutos en LEB, se podría decir que apuestan por el baloncesto nacional. Pero lo que cabe destacar es lo de Covirán Granada, el equipo campeón de LEB Plata la temporada pasada con tan solo un jugador no español, aunque críado prácticamente en el país como Maodo Nguirane, consiguió el ascenso directo y esta temporada continua con la filosofía de apostar por el baloncesto nacional al tener una plantilla íntegramente compuesta por 12 jugadores españoles, incorporando jugadores de gran nivel como Guille Rubio, Sergio Olmos, Josep Pérez y Joan Pardina a los Almazán, De Cobos, Bortolussi, Marín, etc. Una apuesta fuerte por su parte, pero que sin ninguna duda puede acercarles al éxito que esta temporada será mantenerse, aunque personalmente pueden aspirar más arriba incluso.

Los números siguen sorprendiéndonos y en este caso hablo de renovaciones de los clubes. Porque aquí sí que se apuesta por el jugador nacional, ese jugador que ha dado la talla la temporada anterior, o como he dicho al comienzo, jugador veterano de dilatada carrera que ante sus últimos años puede seguir dando minutos de calidad y hay que apostar por él. Ya que de 53 renovaciones que se han dado por ahora, el 77% han sido de jugadores españoles, 41 renovaciones para ser exactos. Entonces, el resto de jugadores que compusieron las plantillas la temporada pasada, ¿no dieron el nivel? ¿Hicieron tan buen año que han recibido ofertas de otros países? O simplemente esta liga se apuesta porque el jugador rinda un año y al año siguiente no nos interesa volver a tenerte en nuestro equipo. De las por ahora 90 incorporaciones, las 53 de jugadores no españoles, ¿cuántos continuarán la temporada que viene en sus clubs? ¿Y los 37 españoles?

Puede que no se saque nada ninguna conclusión de esta relación de números y fichajes, pero me gustaría lanzar un debate, y es ¿por qué los jugadores jóvenes suelen salir a EEUU a jugar? Y la respuesta es que porque aquí es muy difícil compaginar estudios y baloncesto, por supuesto. Porque los jóvenes quieren formarse, porque la carrera de un jugador, no se sabe cuándo se va a acabar y sobre todo porque hoy día el baloncesto en España no permite que los jóvenes puedan hacer carrera de ello, porque ni con los sueldos de EBA y LEB Plata se puede vivir con el dinero que ofrecen, ni un chaval de 18 años puede llegar a LEB Oro y demostrar todo su potencial en su primera temporada profesional. Al igual que el sueldo de entrenadores en estas categorías, que la situación es similar a los jugadores.Entonces el debate es, ¿dónde está la solución? ¿Qué los jugadores no estudien? ¿Qué no se apueste por el producto nacional? ¿Seguimos dejando que jugadores con talento se vayan fuera, o tengan que dejar el baloncesto ante la precaria situación económica que la mayoría de equipos ofrecen? Yo creo que está en mano de todos buscarle solución a esta situación, ya que al final los jugadores son primero personas y en España tenemos pero que muy buenas personas.