No pudo presentar mejor candidatura a la Copa del Mundo que defenderá en su propia tierra, en su casa. Nuestra Selección, la de la Generación de Oro, remató su gira pasando por encima de un equipo que se presupone llamado a hacer grandes cosas. Mejoró así en sensaciones, si bien es verdad que su paso por esta Ruta Ñ no ha sido brillante. Palideciendo, con mucho por pulir, tal vez no mostrara señales de haberlo corregido todo en este último encuentro de preparación, pero sí que logró cerrar esta fase, justo antes de los partidos oficiales, por todo lo alto.
Fue arrancar y tambalearse Argentina. La esperaba España, sólida e intensa, mientras Pau abría el marcador con un triple. Los hombres de Orenga aguantaron atrás los primeros ataques rivales y en pocos minutos Argentina lo sufrió. Ni Campazzo ni Prigioni encontraban el camino a canasta, con mayor desesperación a medida que los Gasol sacaban faltas y tiros libres para adelantarse. Finalmente lo logró Prigioni con un triple, pero lo siguió Navarro y luego Llull sirvió un pasillo al mate de Marc con que el equipo sudamericano ya tuvo que pedir tiempo (12-03).
Marc volvió a dar impulso, esta vez por fuera, mientras Nocioni se esforzaba en agarrar los mandos con triples, sin éxito. Sí lo tuvo España, primero asomándose Llull para poner el 20-05, y luego con la entrada del Chacho en pista para terminar de reventar el primer cuarto: canasta, triple y tapón para terminar de abofear la moral de la selección de Julio César Lamas (25-10).
De regreso a la pista entró en juego la defensa en zona argentina. La presencia simultánea de Campazzo y Prigioni intentaba, a tirones, reanimar los ánimos visitantes. El primero le ponía voluntad, corría y encaraba, intentaba entrar a canasta continuamente para estrellarse una vez tras otra. El segundo, por su parte, logró robar dos balones casi seguidos. Pero nada funcionó. Mientras Argentina se ahogaba en la línea exterior, un triple de Calderón hizo estremecerse su planteamiento de 2-1-2 y después fue Ibaka el que lo abrió de un salto hacia el alley-oop (30-15). Fue precisamente la entrada de Walter Hermann, aprovechando balones interiores y poniendo algo de cabeza, la que logró acercar los dos marcadores levemente, pero volvió a dinamitarlo todo Sergio Rodríguez. Sin acierto exterior, la Selección lo tuvo fácil en defensa y llegó con una victoria cómoda al descanso (48-25).
El orgullo forzaba a los de Lamas a huir hacia delante. Safar entró en pista dispuesto a disparar y Nocioni logró encestar sus primeros tiros de campo. Siempre con una distancia más que suficiente, reaccionó España desde la muñeca de Navarro y Llull, más entonada -mucho más que su rival- en los triples. Con sus referentes perdidos, y ya ni siquiera Hermann para tirar del carro, la selección sudamericana terminó de hincar la rodilla ante Ibaka mientras se lucía con un mate y Llull, que volvería a clavar un triple para que acto seguido el pívot terminara de imponer los treinta de ventaja (73-43).
Todavía le quedaba a España algo que decir. Ibaka terminó de abusar de Nocioni, un líder más frustrado que desaparecido, taponándolo una y otra vez para terminar de castigar todo desorden rival con otro alley-oop rematado a una mano que levantó al público de las gradas. La victoria se servía con espectáculo, la mejor forma posible de cerrar esta gira de partidos de preparación.
Las cinco claves del partido:
- Principal clave, defensa: Un dato curioso y con matices, como son los 4 robos en 40 minutos. Con todo, fue el primer factor que lanzó a España nada más arrancar el encuentro y con el que logró bloquear a Argentina. El cuadro de Orenga se mostró centrado y sobrio, y de este equilibrio hizo virtud para pasar por encima de un dato tan curioso como el contraste entre pérdidas: 20-9 a favor de Argentina. A su rival le costó sumar, tanto que a duras penas pasaron de los 50 puntos, y le permitió dominar por completo la lucha por el rebote: 55-28.
- Ni Nocioni, ni Scola: El mejor jugador argentino fue Walter Hermann (11 puntos y 7 rebotes para 18 de valoración), y eso lo dice todo. Lo de Luis Scola fue misterioso (2 puntos, con 1/10 en tiros de dos, y una asistencia para los -7 de valoración en 24.30 minutos); lo del Chapu (10 puntos, 2/14 en tiros de campo y 5 rebotes), decepcionante, con ahogamiento en el último cuarto para regocijo de Ibaka. Sin referentes en pista y poco más que la voluntad de Campazzo; si sumamos la valoración de los dos mejores jugadores argentinos, Prigioni (10) y Hermann (18) nos quedamos a un punto de la total: 29 ante los 124 de España.
- El tiro exterior, miseria argentina y fiesta española: Un punto en el que la Selección no se había venido mostrando especialmente fuerte, pero en el que esta noche se basó para pasar por encima de su rival. Con Navarro descentrado (2/7), Sergio Rodríguez (2/3) y Llull (3/5) contribuyeron a un 11/26 en triples que completaron de nuevo los Gasol. La otra cara de la moneda: el 3/25 argentino, empleados al máximo e intentar remontar el encuentro desde esta línea y muchas veces sin demasiada oposición.
- El peso de los Gasol: Con casi 30 puntos y más de 20 capturas entre los dos, volvieron a ejercer de principales paladines de España. Pau (13 puntos, 11 rebotes, una asistencia y 5 tapones para 23 puntos de valoración) y Marc (14 puntos, 10 rebotes, 3 asistencias y un robo para 22 de valoración) lideraron la anotación y dominaron la pintura. No fallan, y así se explica el poderío interior de la selección o su fortaleza atrás. Firman juntos la candidatura de la Selección a la Copa del Mundo.
- Buenos secundarios aseguran la rotación: Cabe destacar otros dos nombres todavía. El Chacho (8 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias para 12 de valoración) hizo mucho más que cumplir terminando de dinamitar el encuentro a favor de los suyos. Serge Ibaka (13 puntos, 8 rebotes y 2 tapones para 17 de valoración), por su parte, volvió a reventar con potencia lo que quedaba ya sobre la pista firmando mates con poderío que aumentaron la angustia argentina. Intensidad en todo momento que permitió su entrada en la rotación.