El Ros Casares Valencia continúa conformando su plantilla de cara a la temporada 2005-2006, en la que tratará de reconquistar los títulos de Liga y Copa de la Reina y buscará su primera Final Four en la Euroliga.

El conjunto entrenado por Israel Sanchis ha rehecho casi completamente su equipo, donde han renovado Elisa Aguilar y Noemí Jordana y al que han llegado hasta la fecha Alessandra Santos, Nicole Antibe y Ana Montañana.

Junto a ellas, la cuarta incorporación será la de la exterior estadounidense de 1’75 metros Elaine Powell, nacida el nueve de agosto de 1975 y que llega procedente del Lotos Gdynia polaco.

La norteamericana aterrizará en la capital del Turia el 20 de septiembre, una vez finalice su actual periplo en la WNBA donde compite en las filas de Detroit Shock junto a dos ex del Ros Casares: Ruth Riley y Barbara Farris.

Precisamente junto a Riley cumplió uno de los hitos de su carrera hace dos temporadas, cuando consiguió llevar a su equipo por primera vez a conseguir el anillo de campeonas del torneo.

A sus 30 años ha pasado por equipos como La Spezia y Gdynia, donde ha jugado durante dos años la Euroliga. El primero de ellos disputó la final de la competición continental, promediando 12,3 puntos, 5,1 rebotes y 4,3 asistencias.

Pero además de por su faceta deportiva, Powell ha destacado también por la humana, como demuestra el recibimiento del galardón “WNBA Community Assist Award” en el año 2003.

Este galardón se concede a la jugadora más participativa en tareas sociales durante la campaña, algo que la exterior realizó en un programa especial para concienciar a los jóvenes que tienen a los atletas de élite como modelos de la importancia de los estudios.

Con la llegada de la estadounidense el juego exterior de las de la capital del Turia está casi completo, con la propia Powell, Aguilar, Jordana y Montañana como estiletes. Sin embargo, a lo largo de esta semana podría cerrarse definitivamente esa parcela con otra incoporación, tal como anunció la pasada semana el director deportivo de la entidad, Ramón Márquez