RESULTADO: CLUB OURENSE BALONCESTO 69 C.B. LOS BARRIOS 66

CLUB OURENSE BALONCESTO: Bernabé (10), Sony Vázquez (0), Berenguer(5), Wright (18), Shoemaker (24), Blanco (7), Montañana (2), Sanguino (0), Conde Corbal (0).

C.B. LOS BARRIOS: Poves (14), Cabral (0), Torres (6), Jackson (11), Pierre (13), Santana (2), Monclova (0), Arizmendi (0), Tomás López (20).

Parciales: 22-10, 18-20, 16-18, 13-18.

Nueva victoria del Ourense, la cuarta en los últimos cinco partidos que sigue colocándole en una posición tranquila y que sigue sumiendo un poco más en su crisis a un Los Barrios que acusó un partido más los problemas físicos en muchos de sus jugadores y la desidia de algún otro.

Y es que el partido se rompió nada más comenzar. Las faltas personales en Santana y Pierre condicionaron el desarrollo del mismo y esto unido a la excelente salida local, liderados por un excelso Shoemaker en ataque propició que los ourensanos llegaran a dominar hasta por 20 puntos el partido.

La entrada a pista de Tomás López dio otro aire a los barreños. Con él el equipo tomó aire antes del descanso entrando en el partido y dejando todo abierto para los dos últimos cuarto en pleno desconcierto local que con el carrusel de cambios perdió fuelle.

Tras el descanso el partido cambió. El Ourense no era el equipo fresco en ataque del primer cuarto y Los Barrios encontró en Tomás López y Poves su vía de escape para poder poco a poco ir reduciendo diferencias.

Así el nerviosismo comenzó a llegar a las filas locales que no reaccionaban salvo en ramalazos de Shoemaker y Wright mientras Bernabé no encontraba oposición en los Arizmendi y Monclova ¡a los que quien le ha visto y quien les ve!.

Y con todo el partido en medio de imprecisiones, pérdidas y demás factores negativos en el juego llegó a los instantes finales con incertidumbre en el resultado hasta el punto de que Wright sentenciaría el choque con dos tiros libres a falta de 9 segundos y la última posesión barreña sería desaprovechada por Arizmendi con un triple que podía darles la prórroga ante la incomprensible pasividad de la defensa local.