JORNADA 14
Resultado: LOS BARRIOS 92 MELILLA BALONCESTO 82
Crónica
LOS BARRIOS: Hakeem Ward (4), Miguel A. Cabral (23), Rogelio Legasa (13), Rubén Arizmendi (3), Alex Escudero (25). También jugaron Adrián Boccia (10), Andrades (0), Cecil Egwuatu (5), Chagoyen (9).
MELILLA: F. Martín (16), Alejandro Alba (5), Rafa Monclova (25), Borja Fernández (2), Malcolm Battles (4). También jugaron Ariel Eslava (7), Lester Earl (15), Jesús Poves (8), Quintana (0).
No funciona el Melilla Baloncesto. La segunda salida consecutiva también se saldó con derrota, pero con el agravante de que en esta ocasión se visitaba la pista del colista, un Los Barrios que venció finalmente con cierta comodidad gracias al mayor coraje del cuadro gaditano ante un rival que sólo se basó en las individualidades para mantener un mínimo de esperanza, pero que cuajó en el global de los 40 minutos un mal partido de baloncesto.
El primer cuarto comenzó con un baloncesto pésimo por ambas partes. Con un bloqueo en las ideas atacantes alarmante en las dos escuadras, atenazadas por la responsabilidad, a los cuatro minutos de juego el luminoso indicaba un pírrico 4-1 en favor del conjunto local. A partir de ese instante, los gaditanos forzaron más el juego interior y fueron adquiriendo mayores ventajas ante un Melilla que no daba señales de vida. La máxima renta de Los Barrios fue un 13-6, pero al final el ímpetu de los melillenses, ajustando más las marcas, permitió que el primer cuarto acabara 19-16. El último tramo de este periodo inicial fue bastante más vistoso, ya que las defensas no fueron tan pegajosas y los lanzadores tuvieron más espacios para ejecutar buenos lanzamientos.
En el segundo cuarto, Los Barrios siguió funcionando por encima que su rival. Los gaditanos necesitaban la victoria al precio que fuese para abandonar el siempre incómodo último puesto, y se aprovecharon de la mala tarde de los pívots melillenses para martillear desde dentro. Las rentas del conjunto andaluz crecían de manera alarmante, hasta alcanzar una cota de trece puntos, 41-28, pero en ese momento despertó el Melilla a base de lanzamientos exteriores. Monclova, muy acertado también dirigiendo y en algunas arriesgadas penetraciones, se unió al acierto tirador de F.J. Martín desde más allá de la línea de tres puntos para firmar un parcial de 4-12 que dejó las cosas al descanso en un más esperanzador 45-39, con tres triples consecutivos del quinteto norteafricano. Si bien el equipo estuvo muy bajo en todo el primer periodo, la renta de seis puntos era más que salvable ante un Los Barrios muy necesitado de victorias para respirar en la tabla.
Salió muy fuerte Melilla en el tercer periodo, y el equipo se acercó, en el momento de máxima igualdad de todo el partido, a un solo punto (53-52 a 5:20 del final). Tristemente, los de Izquierdo fueron incapaces de lograr ni siquiera un empate en cancha del colista, pues en ese momento Miguel Ángel Cabral y el escolta Escudero tiraron de los suyos firmando un parcial de 7-1 que llevó la renta gaditana de nuevo hasta los siete puntos en un abrir y cerrar de ojos. A partir de ahí los melillenses cayeron en la precipitación y al final de este tercer parcial el cuadro local tenía una cómoda renta de diez puntos (68-58), que restaría inalterada al final del partido.
No arrojaba la toalla el Melilla ni su banquillo, pero el conjunto actuó de nuevo muy descompensado, con sólo dos jugadores inspirados acompañados de meras comparsas. Un día más se echó en falta una mayor aportación de los extranjeros del conjunto, bastante apagados e incapaces de zafarse adecuadamente de sus marcas.
El Melilla se precipitó en tiros muy rápidos, buscando una remontada milagrosa a golpes de genio en lugar de mover el balón y buscar las mejores posiciones para anotar.
La consecuencia de ello fue que Los Barrios, con mucha tranquilidad y alargando sus posesiones, se llegó a marchar hasta de 16 (82-66) en su máxima renta de la noche. Todo estaba vendido, y los locales rompieron su racha de cuatro derrotas ante un Melilla gris.
El Mejor: Alex Escudero, auténtico líder y referente del ataque barreño.
La Clave: La intensidad local y su serenidad en los minutos finales, al contrario de lo que le sucedía en los finales apretados.
Crónica de Francis Aguilera.