RESULTADO: MELILLA 90 CIUDAD DE HUELVA 94

MELILLA: Schutte (8), Torrubia (0), López (6), Humanes (12), Considine (12), López Vilas (4), Wilson (10), Harris (20), Rodríguez (10).

CIUDAD DE HUELVA: Vickery (18), Castro (4), Bonache (14), Gálvez (8), Gómez (6), Morón (5), Doblado (10), Stuckey (29).

CRÓNICA

Se venía avisando y, a forma de vaticinio, así se lo hicimos saber a la afición en la previa: “Huelva tiene una plantilla que no corresponde con el puesto que ocupa en la tabla”.

Dicho y hecho, el Ciudad de Huelva se llevó una victoria importantísima del Ciudad de Melilla al vencer al cuadro de Pepe Rodríguez por 90-94 en un partido que estuvo mejor leído por los onubenses que por los melillenses.

Sólo en una ocasión se puso por delante en el marcador el cuadro de Pepe Rodríguez y eso dice un poco como transcurrió el encuentro.
Los onubenses sabían de su potencial y de la defensa del rival pero no esperaban que fueran tan blanditos por dentro donde Kelby Stuckey campó a sus anchas hasta hacerse con 29 puntos.

Cuando no era Stuckey era Óscar Rodríguez Bonache que aparcó su calidad en el tiro a cuatro metros para hacerse valer en la zona.
Los primeros minutos del encuentro abrieron los ojos a los incrédulos porque Huelva no presentaba fisuras en su ataque volcado en sus pivots, mientras el Melilla Baloncesto planteó un partido a defender y correr que le supuso un número importante de precipitaciones que llevó a Anderson Schutte a hacer tres personales en los primeros dos minutos y medio de partido.

Esa circunstancia era el colofón a una estrepitosa defensa y un no menos deslavazado ataque lo que produjo la primera diferencia importante a poco del inicio donde Huelva dobló al cuadro melillense por 5-10 con triple de Vickery.
Tras ese 5-10 el marcador llegó a reflejar un 5-14 que hizo saltar todas las alarmas hasta el punto de que Pepe Rodríguez tuvo que reajustar a su equipo en un tiempo muerto y devolver así el parcial para ponerse por primera y única vez por delante 18-14.
Eso fue un espejismo porque las cosas volvieron a su sitio y el primer cuarto finalizó con 21-25.

En el segundo cuarto hubo un intercambio de canastas interesante pero que no terminaba de llenar a ninguno de los dos equipos aunque se apreciaba que a los melillenses les costaba mucho más trabajo anotar que a los onubense, algo que apreció el técnico visitante para presionar al base melillense y reducir el tiempo para construir el ataque.
Pepe Rodríguez lo probó todo a lo largo del segundo cuarto pero sufrió un gran contratiempo, la cuarta personal de Considine que los llevó a la zona 2-3 que, a pesar de dar algunos resultados no era suficiente para remontar el encuentro, por lo que se llegó al descanso con 39-48.

Ya en el tercer cuarto, Pepe Rodríguez se la juega y coloca en pista a Considine y Schutte que al poco de salir comete su cuarta personal y eso hace ablandar la defensa. El cuadro melillense ve cómo se marcan las máximas diferencias de partido en los inicios y es que los onubenses empezaban a creer claramente en una victoria puesto que Melilla le estaba enseñando el camino: explotar a Kelby Stuckey y así fue. Nadie podía pararlo, ni Considine, con miedo a hacer personales, ni López Vilas, muy bajo de forma ni Michael Wilson que bastante tenía con parar a Óscar Rodríguez en la medida de sus posibilidades hasta el 39-52 pero a partir de ahí y en un ataque de coraje unido a un nerviosismo en el Huelva, hacen reaccionar al cuadro melillense que consigue meterse en el partido para ponerse a un solo punto (55-56) y llegar a los últimos diez minutos con el encuentro en un pañuelo tal y como reflejaba el marcador, 61-63.

El último cuarto y más bien los últimos instantes de partido, fue un cúmulo de despropósitos para los intereses melillenses con una personal y técnica de Humanes cuando Melilla perdía de 2, después con una pérdida absurda de Dani López en el saque de fondo a falta de 30 segundos y por último con un rebote de ataque de Stuckey cuando Alex Burgos falló los tiros libres que daban la última posesión para ganar al cuadro melillense.
En definitiva, una derrota absurda que da aire a los onubenses y quita oxígeno a los melillenses.