CIUDAD DE HUELVA 84 CB ARACENA 87

HUELVA: Sergio Sánchez (9), Isaac López (13), Kortaberría (5), John Williams (15), Cipruss (8) -cinco inicial-, Legasa (13), Boccia (10), Morón (5), Montaner (3) y Rojas (3).

ARACENA: Mario Bruno Fernández (7), Derrell Washington (14), Kerry Blackshear (14), Goethals (18), Ladson (8) -cinco inicial-, Jordi Vallmajó (7), Joan Peñarroya (13), Quique Moraga (4) y Matalí (2).

Parciales: 14-18, 34-43 (20-25), 61-62 (27-19) y 84-87 (23-25).

Regreso a las tinieblas. Tras doce semanas fuera de los puestos de peligro, el Ciudad de Huelva vuelve a ocupar plaza en la zona más conflictiva de la clasificación. Lo hizo tras perder merecidamente ante el colista, Aracena, que asaltó el fortín del Palacio en un partido pasional, parco en calidad, pero jugado al límite en lo físico.

El cinco de Joaquim Costa naufragó ante un rival que no es más que un proyecto. Aracena es una colección de jugadores, algunos muy buenos, que aspira a ser un equipo. Anoche exprimió sus posibilidades y ganó por la mínima a un Ciudad sin timonel, sin juego interior y pésimo en la selección de tiro (31/67 por 32/55 de su adversario). Los catalanes supieron utilizar su exuberancia física para lograr un triunfo que alimenta su esperanza de salvación y que comprime los sótanos de la clasificación hasta extremos insospechados.

El cuadro de Xavier Pascual llevó la iniciativa desde el principio, gracias sobre todo a su defensa interior. Ladson y Goethals cerraron todos los caminos que conducían a su canasta y el Ciudad de Huelva se empeñó en abusar del tiro exterior. Pero no era la noche de los pistoleros locales, que anotaron los mismos triples de su rival (9) pero utilizando más lanzamientos (27 por 17).

La superioridad en centímetros y kilos también rindió dividendos a Aracena en ataque. Blackshear (14 puntos en la primera mitad) encabezó la ofensiva visitante aprovechando sus muelles en jugadas al poste bajo (14–22, min. 11). En el segundo acto, la puntería desde el arco exterior (5 triples en ese periodo) y el buen hacer de Goethals bastaron para que Aracena mantuviera su renta (32–43, min. 19).

El dominio catalán sólo fue cuestionado con la irrupción en cancha de Adrián Boccia (21–22, min. 12). El argentino se multiplicó en defensa a lo largo y ancho del duelo, casi siempre saliendo victorioso de sus bailes con Blackshear, Peñarroya y Washington. Pero estuvo demasiado solo. Baste decir que los onubenses se fueron al descanso con 43 puntos en contra y sólo 6 faltas cometidas, tres de ellas por un Sergio Sánchez nuevamente desquiciado.

Los onubenses regresaron de vestuarios con el punto de mira ajustado y las municiones a punto. Cuatro triples de carrerilla (dos de ellos de un John Williams en su mejor versión) equilibraron la contienda (50–50, min. 26). Con Ladson y Goethals descansando en el banquillo, aparecieron los pívots del Ciudad y un ‘dos más uno’ de Morón aventajó a los locales por primera vez (55–52, min. 27). En adelante, el partido sería un tobogán.

Washington devolvió a los suyos el mando en el luminoso (61–62, min. 30) pero el Ciudad no tardó en responder (68–67, min. 34). Fue el veterano momento de Peñarroya y de la jugada clave: canasta del escolta, técnica a Costa, dos tiros libres de Peñarroya y triple matador de Goethals (68–74, min. 35). Aun así, los onubenses disfrutaron de un par de opciones para la remontada (73–75, min. 38 y 81–84, a 29 segundos del fin), pero Vallmajó no perdonó desde la personal.