CIUDAD DE HUELVA 94 LOS BARRIOS 69

HUELVA: Sergio Sánchez (17), Isaac López (18), Kortaberría (7), John Williams (9), Legasa (13) -cinco inicial-, Cipruss (7), Boccia (13), Zalvide (3), Morón (7) y Montaner (0).

LOS BARRIOS: Monclova (14), Odriozola (2), Shawn Jackson (16), Isma Torres (4), Pierre-Loius Frantz (2) -cinco inicial-, Poves (5), Tomás López (10), Edward Santana (8), Arizmendi (2) y Cabral (6).

Parciales: 22-7, 47-24 (25-17), 77-52 (30-28) y 94-69 (17-17).

Un mismo equipo, dos caras. Ese es el Ciudad de Huelva en la presente temporada. Un conjunto débil, timorato y autocomplaciente a domicilio. Un conjunto que muda de piel ante su público y que se muestra capaz de tutear al rival más poderoso y de avasallar al más débil. Menorca, Inca y Ourense abandonaron nuestra ciudad con un puñado de puntos en contra sobre sus espaldas. Anoche, le tocó a Los Barrios.

En el camino de la salvación, la parroquia local, cada viernes más numerosa, pudo disfrutar de una noche tranquila. Un poco aburrida, sí, pero dada las urgencias que acompañan a los onubenses, bienvenido sea el aburrimiento. Porque aunque fácil, se trata de un triunfo de lo más necesario, que, en función de los resultados de hoy, puede sacar a los de Joaquim Costa de los puestos de peligro. Una victoria, además, con premio extra: meter a Los Barrios en la pelea de los humildes y con el average del lado onubense.

Vaya por delante que apenas hubo resistencia. El grupo de Quino Salvo completó una actuación vergonzosa, digna de lo que es, una tristeza de equipo, conformado por jugadores de nombre y valía, pero acomodados, apáticos, taciturnos. Del naufragio colectivo sólo se salvaron Monclova, Jackson y Tomás López. Al menos pusieron interés en hacer sus números.

Sobre un rival de pega, el Ciudad pasó cual apisonadora desde el inicio. Costa devolvió el mando de su tropa a Sergio Sánchez y el base le respondió con una actuación mayúscula. Anotación (17 puntos con 2/2 triples y 7/7 libres) y dirección (9 asistencias) para su mejor partido con la elástica onubense. Zalvide y Montaner apenas jugaron. El debate sobre el ‘uno’ queda zanjado.

Pero no sería la exhibición del base cedido por el Caja San Fernando la única llave de la victoria. Los locales se valieron de una extraordinaria actividad defensiva para laminar a su oponente. Una intensidad atrás tal que dejó a los de Salvo sin capacidad de respuesta. Agobiados por tanto contacto y tantas manos, los barreños tardaron cuatro minutos en estrenarse (7–0), se fueron al primer descanso con una anotación ridícula (22–7) y alcanzaron los vestuarios totalmente entregados (47–24). Los jugadores de Costa ya saben cuál es el camino a seguir para próximos compromisos.

Asegurado el fortín, en ataque todo fue más fácil. Es cuestión de seguir a la luz que ilumina al Ciudad de Huelva noche tras noche. Fue Isaac López (9 puntos en el arranque) quien guió a los suyos al primer break (15–4, min. 7). El escolta sufrió la persecución de los perros de presa visitantes en un esfuerzo tan loable como estéril. Nadie impidió que firmara sus números (18 puntos), aunque con una irregular selección (5/15 tiros) y mostró un generoso despliegue en defensa y rebotes (capturó 6). Su baloncesto se alarga por fin a las dos partes del campo.

Con el luminoso en franquía, el resto del grupo ganó en confianza a la hora de mirar aro. John Williams (9 puntos con 3/11 pero 8 rebotes y 6 asistencias) lució de hombre orquesta, Boccia ejerció de base con solvencia y Legasa (13 puntos y 7 rebotes) confirmó su rol por delante de un Cipruss más voluntarioso que en otras ocasiones pero que lo tiene difícil para recuperar la confianza de su técnico. Fue el único lunar en un paseo que alcanzó su cenit mediado el tercer acto (70–37, min. 25) y que enseñó el rostro más amable del Ciudad.