CIUDAD HUELVA 69 BILBAO BASKET 76
HUELVA: Montaner (0), Alex Burgos (9), Antonio Gómez (6), Oscar Rodríguez (9), Morón (10) -cinco inicial-, Doblado (3), David Fernández (8), Vickery (21) y Rojas (3).
BILBAO: Salgado (17), Quintana (13), Mark Poag (8), Torres (8), Splitter (4) cinco inicial-, Borja Fernández (2), Sáenz de Ugarte (3), Lucho Fernández (15), Juanjo Jiménez (0) y Txemi Urtasun (6).
Parciales: 13-19, 39-41 (26-22), 56-61 (17-20) y 69-76 (13-15).
Adiós a las especulaciones. Cinco años después de Granada, el Ciudad de Huelva pondrá en juego su futuro en el drama del playoff de descenso. Lo hará, además, en las peores condiciones posibles, con el factor cancha en contra y con su mejor jugador, el norteamericano Kelby Stuckey, fuera de combate por una lesión que le llevará a perderse, como mínimo, el primer partido de la lucha por la permanencia.
El certificado de defunción de los onubenses lo extendió un correcto Bilbao Basket que, sin alardes, se hizo con la victoria que precisaba para asegurarse la cuarta plaza. Son los bilbaínos un equipo joven, con talento, pero sobre todo, sensato. Frente al ir y venir de técnicos y jugadores, la continuidad; frente a una colección de egos, un bloque armónico no exento de individualidades.
Con Stuckey ausente, al Ciudad le costó engrasar su maquinaria ofensiva. Splitter (6 tapones) sembró el terror bajo los tableros y obligó a los pívots locales a tirar de fuera, mientras en el perímetro ni Burgos ni Doblado supieron paliar el déficit de un ataque huérfano de su mejor anotador. En este sentido, la salida a pista de Joey Vickery resultó providencial. El canadiense volvió a demostrar su peligrosidad (14 puntos en 9 minutos), y con sus triples el Ciudad disfrutó de sus primeras ventajas (2120 y 3734). Previamente, Poag y la versatilidad de Lucho Fernández habían colocado a un Bilbao menos fluido de lo habitual en franquía (11-19 y 2531). Entre idas y venidas, el choque alcanzó el descanso con todo por decidir (3941).
En la continuación, la aparición de Javier Salgado, hasta entonces bien contenido por la defensa presionante de los locales, resultó decisiva. Aprovechando la inoperancia defensiva de Montaner, el base condujo a su equipo al primer tirón de importancia (4150). Con Vickery inexplicablemente relegado al banquillo, Bilbao manejó la renta acumulada con solvencia en espera de un último periodo que se antojaba definitivo.
En ese último cuarto, la historia se repitió. Costa devolvió a la pista a Vickery, y el canadiense en un visto y no visto colocó a su equipo otra vez por delante (6361). Pero ahí se acabó el partido y empezó el escándalo. Los colegiados rubricaron su pésima actuación con un arbitraje desconcertante que acabó por hacer aflorar los nervios de un Ciudad al borde del infarto. Una primera técnica a Costa prologó el definitivo despegue de los de Vidorreta (6673, a dos minutos del final), y aunque los bilbaínos se empeñaron en darle emoción al partido, éste no tuvo ya otra historia que el rosario de técnicas finales al Ciudad (incluida la descalificación del propio Costa), síntoma inequívoco de un equipo desquiciado que convive mal con la presión. Mala noticia para encarar el inminente playoff de descenso.
LA CLAVE: En un partido marcado por la igualdad, no se puede perdonar tanto desde la personal como lo hizo el Ciudad de Huelva (8/20). Oscar Rodríguez (1/6) y Morón (4/8) fueron los principales exponentes de una noche negra desde el 4.60.
LA FIGURA: Estadísticamente es el mejor base de la LEB, y en Huelva volvió a demostrarlo. Tras una floja primera parte, Javier Salgado tomó las riendas de su equipo para guiarlo a la victoria. 15 de los 35 puntos del Bilbao Basket en la segunda parte llevaron su sello.