CIUDAD DE HUELVA 69 CB TARRAGONA 71

HUELVA: Montaner (6), Isaac López (22), Kortaberría (9), John Williams (7), Legasa (3) -cinco inicial-, Cipruss (4), Sergio Sánchez (13), Boccia (2), Morón (3) y Rojas (0).

TARRAGONA: Millera (11), Schutte (4), Alba (11), Douglas (16), Fuller (11) -cinco inicial-, F.J. Martín (8), Del Tío (3), Chagoyen (6) y Jaume Morales (1).

Parciales: 22-17, 46-35 (24-18), 61-49 (15-14) y 69-71 (8-22).

Se las prometía muy felices el Ciudad de Huelva. Tres triunfos consecutivos habían colocado al cinco de Joaquim Costa a un paso de la permanencia y la visita al fortín del Palacio del CB Tarragona, el peor visitante de la categoría, no parecía suficiente obstáculo para detener la progresión onubense. Incluso los más optimistas se atrevían a especular con los play–offs de ascenso. Pero la LEB es dura como una roca y el menospreciado Tarragona devolvió al Ciudad de Huelva a su cruda realidad. Habrá que seguir sufriendo.

Todo partido tiene su momento cumbre y éste llegó a dos minutos para el bocinazo final. Hacía tiempo que a los locales, tras ir ganando cómodamente durante la mayor parte del partido, les asaltaban las dudas. Quizás esperaban un rival con menos espíritu combativo. Lo cierto es que la persistencia en la remontada, su voluntad de resistencia, había permitido a los cebetistas llegar vivos al final.

Jugaba Ciudad de Huelva para doblar su exigua ventaja (69–67, min. 38) y Cipruss culminó un ‘dos para dos’ con un mate que se estrelló en el aro. El infantil error del letón provocó el exabrupto de Joaquim Costa y los colegiados, horribles toda la noche, cobraron una técnica al banquillo. Millera, a tono con su hasta entonces nefasta actuación, falló los dos tiros libres, pero el que fuera base, entre otros, del TAU y del Pamesa, no desaprovechó un bloqueo para clavar un triple asesino (69–70, min. 39). Fue la única vez que Tarragona disfrutó del beneplácito del luminoso. Suficiente para ganar un partido jugado a cara de perro desde el salto inicial.

Ambos entrenadores apostaron de salida por revolucionar la dirección de sus respectivos equipos. Obligado por las circunstancias, Costa sustituyó a Sergio Sánchez por Montaner, mientras Maldonado intercambiaba a Del Tío por Millera buscando explotar la superioridad física del ex ACB sobre el canterano. No funcionó, y Tarragona tardó un rato en alcanzar su velocidad de crucero (7–3, min. 4). En el lado onubense, Montaner sí carburaba y las armas de siempre, a saber, una feroz defensa y la inspiración de Isaac López, también. Un alley–hoope de Cipruss a pase de John Williams, en la primera acción del letón, rubricó el primer despegue local (19–12, min.7).

Cruzada la frontera del segundo cuarto, el Ciudad no detuvo su progresión. Un parcial de salida 16–4, con Sergio Sánchez como catalizador, elevó la ventaja por encima de los quince puntos (38–21, min. 15). A esas alturas, Maldonado había rotado a todo su banquillo sin hallar solución. Sólo el forzudo Douglas aguantaba el tipo. A la desesperada, el técnico visitante optó por alinear su cinco más físico y el Ciudad comenzó a sentirse incómodo. Los locales acusaban los problemas para controlar su propio tablero pero como Tarragona se empeñaba en fallar tiros libres, los de Costa ganaron los vestuarios con un botín más que apreciable (46–35, al descanso).

En la continuación, más de lo mismo. Isaac López comenzaba a desesperarse ante la pegajosa marca de Alba y lenta, imperceptiblemente, el duelo cambiaba de manos. Apelando a su intensidad defensiva, los onubenses lograron solventar la primera crisis (del 46–39 del minuto 21 al 61–47 del 29), pero lo peor estaba por venir.

La precipitación en ataque de los onubenses alentaba más y más a su adversario. Un par de ‘uno contra uno’ resueltos por Chagoyen con Morón como pareja y un escalofriante triple de Martín acercaron a Tarragona a su presa (63–62, min. 35). Isaac López desde la personal aún tuvo fuerzas para aproximar la victoria al lado del Ciudad (69–66, min. 37), pero Millera respondió dejando helado al Palacio (69–71).

Con 34 segundos por jugar, Sergio Sánchez buscó un triple que encontró las manos de Millera. El base añadió emoción fallando sus dos tiros libres. Quedaban 13 segundos y en ese lapso Ciudad de Huelva disfrutaría de hasta tres lanzamientos. En el primero, Boccia subió la bola, dividió y asistió a John Williams. ‘El Gordo’, que una vez más había sido el cerebro del equipo, estaba solo, parapetado detrás de la línea de 6.25, pero falló. Al rebote llegó Boccia con un palmeó estéril y también Cipruss con un rebote en ataque y posterior y precipitado lanzamiento. Pero el letón no fue, como su equipo, el jugador decisivo de los dos últimos partidos. Toca seguir sufriendo.