Un histórico de la mejor época del baloncesto nacional es la tabla de salvación a la que se agarra el Ciudad de Huelva para solventar la peor crisis deportiva de su historia. Joaquín Costa Puig (Badalona, 1957) ya ejerce como nuevo entrenador del máximo representante del deporte de la canasta onubense y a juzgar por sus palabras en su presentación en sociedad, es plenamente consciente de las dificultades que plantea el reto del Ciudad.

"El objetivo principal es evitar el play–off, y si tenemos que jugarlo, salvar al equipo. Es difícil, porque quedan doce partidos y calculo que tenemos que ganar seis o siete encuentros para evitar las eliminatorias por el descenso".

Tras estampar su firma por lo que resta de temporada, Costa llega a Huelva avalado por un impresionante curriculum como jugador (71 veces internacional absoluto y 18 temporadas en la élite en las que conquistó cuatro Ligas, tres Copas y una Korac), si bien su trayectoria como técnico es menos conocida y fructífera.

Su carrera en los banquillos se remonta a 1992, cuando debutó como entrenador ayudante en el Barcelona de la mano de Aito García Reneses, cargo que ocuparía, en dos etapas distintas, durante cinco temporadas. En el Barça también desempeñaría las funciones de director técnico del baloncesto de base y primer técnico del equipo junior (con el que ganó el Campeonato de España) y del filial de la Liga EBA. En la misma categoría dirigió al San Josep de Badalona, filial del Joventut, si bien, su principal experiencia como primer técnico se remonta a sus dos campañas con el Valvi Girona en la ACB.

"En junio terminé mi vinculación como ayudante del Barça y tras la destitución de Aito García Reneses no estaba preparado personalmente para seguir a entrenando. Pero a lo largo de ese tiempo he ido madurando, es un periodo suficientemente largo como para sentir que es el momento de volver y ahora lo que quiero es entrenar".

Una posibilidad que le brinda el Ciudad de Huelva, aunque a Costa le hubiera gustado "entrar a principio de temporada y no en una situación como esta. Siempre que llegas por un compañero que sale es desagradable". Algo que le tocó vivir en su Girona (sustituido por Trifón Poch después de salvar la temporada anterior un play–off de descenso) y que le permite afrontar su nueva etapa desde una visión realista.

"Es difícil llegar a un equipo que ya está construido e intentar que juegue como a uno le gusta. Para ello necesitaría seis meses y sólo tengo tres, así que mi filosofía de juego pasa a un segundo plano. Hay que amoldarse a la plantilla y si no puedo acercarme a mi forma de entender el baloncesto, tendré que adaptarme para sacar el máximo rendimiento a los jugadores".

Unos jugadores que ha empezado a conocer en los primeros entrenamientos -"he visto vídeos del equipo para tener una idea general pero no conozco sus cualidades, virtudes y defectos"- en el seno de una categoría en la que, pese a su condición de debutante, no le es ajena -"el año pasado vi casi todos los partidos del Cornellá y tengo bastante conocimiento del nivel de la competición y de las dificultades que entraña"-.

El ayudante de Joaquín Costa será Juan Ramón López, un joven técnico onubense, vinculado al club desde 1996, que ha realizado diversas funciones en las categorías inferiores durante los últimos siete años.