Ciudad Ros Casares disputará este domingo la primera final de la Euroliga Femenina de su historia. En el banquillo tendrá a Manolo Real, quien con apenas 30 años asume el reto de hacer campeón al equipo. El Spartak de Moscú, que fue capaz de eliminar al CSKA Samara y juega en casa, parte como favorito, pero el conjunto valenciano aún no ha dicho su última palabra.
Manolo, ¿cómo viste el partido del viernes ante el Bourges?
Hubo dos partes muy diferenciadas. En la primera mitad no estuvimos bien atrás, fuimos blandos y no encontrábamos la intensidad que buscábamos. Echamos de menos esa fuerza en defensa que nos debía dar la concentración en ataque. En la segunda mitad, en cambio, el trabajo colectivo en defensa fue extraordinario. Tácticamente logramos frenar todas sus opciones ofensivas y, luego, eso nos dio la confianza necesaria en ataque para sacar a relucir todo lo que habíamos preparado.
De cara a la final, ¿asusta el Spartak de Moscú?
No, este equipo no se asusta ante nadie, nosotros salimos siempre a competir. El cuerpo técnico tiene 24 horas para preparar el partido y en el entrenamiento del sábado por la tarde ya deberíamos empezar a asimilar el trabajo que el Spartak de Moscú hace. Llevamos semanas viendo cosas y ahora hay que trabajar sobre ellas. Necesitamos hacer, otra vez, un buen trabajo defensivo y, a partir de él, crecer en ataque.
¿Te preocupa que el Spartak de Moscú sea el anfitrión y que vaya a tener 4.500 aficionados animándole?
Eso va a ser importante de cara a los árbitros, pero a nosotros no creo que nos impresione, sobre todo después de haber vivido la eliminatoria de cuartos de final en Estambul ante el Fenerbahce SK. La motivación de quedar campeón de Europa puede con todo y el ambiente no pesará.
Ciudad Ros Casares remontó 10 puntos ante el Bourges, así que la mentalidad de las jugadoras puede ser clave…
Desde el 28 de diciembre, cuando llegamos al equipo, la mentalidad ganadora es lo que más hemos trabajado. Hemos aprendido a competir cada día, hasta en los entrenamientos. El equipo ha crecido en su mentalidad y un buen ejemplo es la semifinal ante el Bourges: cuando el encuentro estaba más cuesta arriba, más trabajó el grupo. Nuestra ambición ha crecido.
¿Está el equipo preparado para competir al máximo nivel dos veces en tres días?
La clave será que nuestro banquillo aporte, como el viernes ante el Bourges. Las nueve jugadoras nos ayudaron a sumar y eso es básico. Así que ante el Spartak de Moscú hay que volver a repetirlo.