En Torrejón el paisaje ha cambiado. La construcción del nuevo Hotel Asset, al lado de la estación de tren, ha dejado pequeños a los edificios que ya estaban allí. En el equipo de baloncesto también ha surgido un gigante. Se trata de Martin Miklosik, un jugador de 2,27 metros de altura que ha sorprendido a propios y extraños durante la primera concentración del circuito sub-20.
Aunque nació y se crió en Eslovaquia, Miklosik ya ha recorrido gran parte de Europa gracias a su Baloncesto. Llegó procedente de Serbia, donde ha estado entrenando con el Zeleznik (problemas burocráticos impidieron sus inscripción como trabajador, y por tanto, su participación en partidos), pero el equipo serbio lo localizó cuando ya había salido de su país y jugaba en la Bundesliga austriaca.
Su padre, de 2,07 metros, jugaba al Baloncesto, y Martin siguió el modelo paterno desde los primeros cursos del colegio. “Jugábamos y ganábamos todos los torneos, entonces me di cuenta de que podría dedicarme al Baloncesto como profesional“, cuenta el pívot, siempre en plural cuando se refiere a sus éxitos.
Los primeros pasos en una estructura “seria” los dio en las categorías inferiores del Chemosvit Svit, donde jugó en categoría cadete y junior. Su entrenador estaba encantado con él. Por eso cuando se fue a Austria le dio la oportunidad de salir de Eslovaquia. “Me dijo que me fuera con él… y yo me fui“. Así de simple.
Así llegó Miklosik al Baloncesto profesional, con 17 años y defendiendo los colores del Worthersee Piraten austriaco. Además, la Federación Eslovaca lo puso bajo el radar y fue convocado para la Selección sub-20, a la que ha acudido durante los dos últimos años: “Es muy interesante competir a nivel internacional y jugar contra los mejores“.
Jugar bajo la bandera de su país es un motivo de orgullo para Martin, que se ve jugando en un futuro no muy lejano en la selección absoluta. “Ahora la selección eslovaca está en reconstrucción. Los jugadores más veteranos han renunciado porque tienen que descansar en verano y se tiene que crear un nuevo equipo basado en jóvenes como Anton Gavel o Radoslav Rancik“.
Cuando le preguntamos por su jugador eslovaco preferido pronto surgió el nombre del ala pívot del iurbentia Bilbao Martin Rancik. “Fue una pena lo de sus problemas cardíacos, lo seguí en el Olympiacos“. Sin embargo, su preferido es Anton Gavel. “Es mi amigo, y además su padre fue mi entrenador“, comenta mientras muestra su orgullo cuando comentamos las mejores actuaciones de Gavel con el Murcia.
Radoslav Rancik es otro de los jugadores por los que siente una afinidad especial. Le comentamos el gran partido de Uleb Cup que jugó en la primera jornada, y Martin nos sorprende con su afición por el Baloncesto: “Sí, vi el partido, jugó realmente bien“.
Y es que Miklosik no es sólo un 2,27 que pisa el parqué porque su estatura le da ventaja. No, se trata de un Hombre de Baloncesto en toda regla, y la conversación nos conduce a un viaje desde las categorías inferiores del equipo de su ciudad hasta la NBA, pasando por el Lietuvos Rytas de Kareem Rush que perdió la final de la Uleb Cup el año pasado, los rivales del Asset Torrejón en el Circuito sub-20 o la buena actuación de sus vecinos checos, Barton y Welsch en el último Europeo o sus equipos ACB.
Y ya que surge el tema NBA, le preguntamos si ha pensado que algún día podría jugar allí. “Sí, lo he pensado“, contesta con una sonrisa tímida. “Veo muchos partidos y me gusta fijarme en los jugadores altos como Duncan o Yao para intentar aprender de ellos“, aunque nos confiesa que el que más le gusta a nivel global es Lebron James.
Pero volviendo a Belgrado y su vida con el Zeleznik, no podemos dejar pasar por alto que durante muchos meses ha compartido vestuario con Milan Macvan. Comentamos la reciente situación por la que atravesó Macvan al complir los 18 años. “Sí, estoy al tanto, fue su cumpleaños y ya puede jugar y ser contratado como profesional“.
Además repasamos algunos de los gestos que dejó Macvan durante su paso por Madrid en el pasado Europeo sub-18, anécdotas con las que ríe mientras repite: “Es un showman, es un showman“, pero desde el profundo respeto que otorga al serbio el haber sido el MVP de un Europeo sub-19 jugando contra rivales un año mayores o conseguir remontar la final del sub-18 contra la Grecia de Koufos.
Su primera estancia en Madrid estuvo plagada de emociones. Desde una visita al Santiago Bernabeu en la que su memoria se fue al malogrado jugador de fútbol Peter Dubovsky (“en Eslovaquia es un símbolo“) hasta volver a jugar partidos y competir en serio en el Circuito sub-20 (“Echaba de menos la competición, después de estar sólo entrenando, así que cuando mi agente me preguntó si quería venir a jugar con el Asset Torrejón no lo dudé“).
Y es que a Martin le ha sorprendido el circuito a todos los niveles, tanto por la organización como por nivel. “Hay muy buenos jugadores“, nos contaba después de haber derrotado con el Asset Torrejón al Surne Bizkaia Basket de Asier Zengotitabengoitia -les endosó 20 puntos y 17 rebotes- y Tomas Hampl y justo antes de jugar el partido decisivo contra el Lucentum Alicante.
Uno de los mejores jugadores de la escuadra alicantina, Damián Jiménez (que acabó con 20 puntos y más de 10 rebotes por partido) se acercó a nuestra mesa durante la entrevista y saludó al gigante. “Hoy no te dejaremos entrar en la zona, tendrás que tirar de tres“, le dijo entre bromas. Y ya cuando se fue, el tímido Martin confesó: “En Eslovaquia competíamos para ver quien era el mejor pívot tirando de tres y yo ganaba“.
En la primera concentración Torrejón tuvo el partido final y el Torneo en su mano, pero con uno abajo y una posesión para finiquitar el partido cometieron un campo atrás, y con dos abajo aún tuvieron un último triple que no entró. Miklosik acabó con 14 puntos y 14 rebotes y una media de 13 puntos y 13 rebotes en todo el torneo. Unos números nada desdeñables para haber entrenado sólo un par de día con sus compañeros antes de empezar la concentración.
Ahora Martin ha vuelto al Asset Torrejón, y esta vez para quedarse. El rascacielos más alto de la ciudad empieza su formación.