Menorca se presenta en Melilla para disputar su primer encuentro del año y de la segunda vuelta con un torbellino de problemas tanto burocráticos como deportivos.

Quino Salvo sólo podrá contar con ocho jugadores seguros, mientras que la participación de Frederic Castelló está en el aire por un problema de rodillas. Al final, y después de muchos “tira y afloja” en el paréntesis liguero, el club balear ha sido incapaz de proporcionarle refuerzo alguno al técnico del Coinga.

Por su parte, el Melilla Baloncesto tiene como mal de fondo el tema económico. Los jugadores siguen sin cobrar y el ambiente está más que enrarecido para el encuentro. Incluso se baraja la posibilidad de que alguno de los jugadores se niegue a disputar el encuentro si antes no ha cobrado, por lo que la incógnita está ahí.

En el plano meramente deportivo, Izquierdo ya cuenta con el refuerzo tras la salida de Battles. Un refuerzo –Billingsley– que ha llegado algo bajo de forma y que sólo ha disfrutado de cuatro entrenamientos para acoplarse a sus compañeros. Por su parte, Borja Fernández lucirá una máscara protectora para no recibir golpes en su reciente fractura del tabique nasal, mientras que la única duda con la que contará Izquierdo será la de Kemel Alhamouti que con gripe no se entrenó en las dos últimas sesiones.

Además, el encuentro servirá para que dos jugadores se reencuentren con su antigua afición por parte del Coinga Menorca como son los casos de Adolfo Sada y Paco Rueda, ambos ex jugadores del Melilla Baloncesto, mientras que los que se enfrentarán a su antiguo club por parte melillense son Alejandro Alba y Kemel Alhamouti.