Está sufriendo más de lo que tenía acostumbrado a sus aficionados el líder de la competición como lo demuestra el triunfo in extremis frente al Llobregat Centre del pasado viernes.
Los malos porcentajes en los últimos partidos en el juego exterior manresano están haciendo mella en el equipo. Tanto Peñarroya como Laviña quieren volver a ser los jugadores resolutivos de antaño y así dar mayor consistencia al juego de los de Casas.
Por su parte los de Oliete llegan heridos al ver como caían en Los Barrios lo que les vuelve a colocar al borde del abismo. Durante esta semana ha habido un poco de nerviosismo en el entorno del equipo pero tanto el Consejo de Administración como el entrenador y jugadores son conscientes de que tienen que mejorar en ciertos aspectos cuanto antes si no quieren meterse en la zona problemática de la tabla y ver como se esfuma su ilusión por meterse en play off.