El técnico vallisoletano, cumplió con la máxima de: “entrenador nuevo, victoria segura”. Y además con creces; puesto que la victoria del conjunto lucense no tiene discusión posible ya que fueron los claros dominadores del encuentro en todas las fases del mismo. El excelente nivel defensivo mostrado por el equipo (el Melilla Baloncesto anota únicamente 4 puntos en todo el tercer periodo -59-37-) fue la base donde se sustentó el éxito final.
Por su parte, Quentin Smith, además de estrenar estado civil, mostró sus mejores cualidades. Ya que a su extraordinaria presencia física y ayuda tanto en tareas defensivas como de rebote; sumó 16 puntos, aprovechando a la perfección los balones que le llegaban en las inmediaciones del aro. Su real zona de influencia. Los 26 minutos que disputó se resumen estadísticamente en: 16 puntos, 5 rebotes y 5 recuperaciones.
En otro orden de cosas, es más que probable que ésta haya sido la última presencia de Kaspars Cipruss como jugador local. Puesto que sus deseos de abandonar el barco celeste han sido escuchados y en las próximas fechas se harán realidad. La apatía e indolencia mostrada por el jugador letón a lo largo de todo el curso han alcanzado unas cotas difícilmente superables; una lástima el desperdicio de tan buenas cualidades para este deporte.