Cuatro días de competición, ocho equipos, cuatro nacionales y cuatro del resto de Europa. De estos cuatro últimos un viejo conocido, el Zalgiris Kaunas, y tres novedades. De los nacionales, los dos contendientes a hacerse con el primer puesto del Circuito Sub 20. Noventa y seis jugadores, nacidos entre 1984, los más “veteranos”, y 1989, los más jóvenes.

Viejos conocidos, del torneo y de los campeonatos de cantera que se celebran a lo largo de una temporada. Jugadores que progresan año tras año, dando por buenos los pronósticos que los señalan como futuras estrellas. Pero también nuevas apariciones que nos dejan con la boca abierta cada vez que cogen el balón o impiden al adversario anotar una canasta.

En definitiva, muchas sensaciones, mucho apunte en la libreta del scout y mucho espectáculo, un año más, en Vilagarcia de Arousa.

De entre todos ellos, gracias a la aportación a través de nuestro foro del público allí presente, a la de miembros de la organización y al granito de arena de Solobasket, ha sido elegido el quinteto ideal de la competición:

Base: Dmitriy Khvostov (Dynamo Moscú)

El número siete del Dynamo, nacido en 1989 y de 1.90 metros de estatura, ha sido un asesino con cara de ángel. El jugador con más capacidad de liderazgo de todos los presentes, llevó a su equipo a luchar por el grupo de equipos no nacionales contra el Zalgiris. Su juventud, déficit notable para enfrentarse a jugadores hasta cinco años mayores, no le impedió desplegar todo su talento sobre la cancha.

Su capacidad de dirección y anotación son sus cualidades más destacadas. La primera le lleva a tomar siempre la decisión adecuada con el balón en las manos y la segunda le permite ser un líder para su equipo cuando dicha decisión es la del tiro. Su principal don es, pues, la lectura del juego, algo que -dicen los expertos- se va perdiendo cada vez más en detrimento de potenciar la condición física. Habilidoso para el pase y para el dribbling, su presencia en la cancha se hacía necesaria durante los cuarenta minutos de cada partido. Cuando se tenía que sentar, la ovación del público estaba garantizada. Fue el MVP del torneo.

Escolta: Ilya Syrovatko (Dynamo Moscú)

El conjunto ruso coloca a su dupla de guards en este quinteto y no es para menos. El número cinco, escolta con capacidad de ejercer como director de juego en momentos específicos, ha sido el jugador más espectacular del torneo. Lástima su declinación final a participar en el concurso de mates, porque el jurado lo habría tenido mucho más complicado con este dos de 1.93 metros nacido en 1988.

Su potencia física, su principal virtud. Ésta le permitía ser una amenaza constante para sus rivales en ataque y un defensor muy físico e incómodo. Si bien su capacidad de tiro desde la larga distancia no era desdeñable, no era esta su arma favorita. Con el balón en las manos, su buen manejo de balón y sus potentes piernas le permitían encarar el uno contra uno de manera constante. Daba igual si delante saltaban una, dos o hasta tres ayudas; daba igual que enfrente tuviera a un jugador de más de dos metros… su capacidad de salto le permitía suspenderse en el aire, ver como sus rivales caían y lanzar entonces a canasta. Su habilidosa muñeca hacía el resto. También se ganó merecidas ovaciones del público.

Alero: Vilmantas Dilys (Zalgiris Kaunas)

Una verdadera joya que todavía está puliéndose. Puede jugar en tres posiciones, del dos al cuatro, y en todas ellas demuestra un potencial ofensivo difícil de parar. Este alero de 2.06 nacido en 1987 estuvo a punto de llegar a España el pasado verano. Al final renovó en Zalgiris y ha vuelto a Vilagarcia a resarcirse de su desapercibido paso el año anterior.

Posee un físico delgado y muy espigado, con una gran envergadura de brazos. Su despliegue de virtudes abarca desde un más que aceptable manejo de balón a un gran tiro de tres puntos, una gran lectura del juego en contraataque y una capacidad de finalización entrando a canasta infinita, desde el mate a la bandeja superando a sus rivales por elevación.

Ala-pívot: Vladimir Stimac (Zalgiris Kaunas)

Pese a que es un cinco puro, las votaciones han situado a esta mole serbia de 2.06 metros nacida en 1987, en el quinteto titular ocupando una de las dos plazas interiores. Llegado desde Belgrado al Zalgiris el pasado mes de noviembre, Stimac sorprendió a todos desde el primer día. Frente al Aris fue imparable, anotando más de 30 puntos y siendo la auténtica referencia del equipo en ataque y en defensa, donde, plantado en el centro de la zona, se convirtió en un muro infranqueable.

Quedaba verle jugar ante rivales de su mismo potencial y esto ocurrió en la final, donde mantuvo un estelar duelo con Clark. Allí vimos que su gran tamaño le permite ganar la posición con facilidad bajo del aro y usar su fuerza para machacar el aro sin piedad. Quizás adolece de la velocidad necesaria para dominar a este tipo de rivales, ya que demostró algún problema en defensa para detener a un pívot más rápido y habilidoso que él. Posee otra gran virtud y es su capacidad de liderazgo sobre sus compañeros, a los que motiva constantemente. Por contra, busca demasiado la “guerra” contra sus rivales y provocó algún que otro rifi-rafe.

Pívot: Vítor Faverani (Unicaja)

Tras la victoria el primer día ante el Barcelona, el conjunto de Málaga se convirtió en el favorito para alcanzar la final, cosa que el traspiés ante Estudiantes impidió. Pese a ello, este pívot brasileño de 2.10 nacido en 1988, ha demostrado que su progresión es imparable, al igual que su talento tanto defensivo como ofensivo. Fue una lástima no poder verle ante Cheik Samb (lesionado, no jugó el primer encuentro), pero dio buena cuenta de Xavi Rey primero, de Sosa y su compatriota Leichtweiss después, y ganó el duelo personal a Clark. Ante el Dynamo de Moscú tuvo menos oposición.

Es un center en toda regla que maneja muy bien todos los fundamentos necesarios para desenvolverse en la pintura. Impone respeto en defensa y es una referencia ofensiva en ataque. Posee un buen tiro de corta y media distancia y capacidad para exprimir otros recursos como el gancho con ambas manos. Juega muy bien de espaldas al aro donde sus rivales no encuentran recursos para detenerle.

También destacaron…

Vitaly Kuznetsov (Dynamo Moscú): Alero con una grandiosa muñeca de 1.97 nacido en 1988. Junto a Khvostov y Syrovatko, fue el puntal ofensivo de su equipo. Es un tirador puro que amenaza constantemente desde más allá del seis veinticino, consiguiendo grandes porcentajes de acierto.

Vytenis Jasikevicius (Zalgiris Kaunas): El hermano de Saras es, en muchos aspectos, una copia exacta del jugador de los Pacers. Demostró una gran personalidad y capacidad de dirección, haciendo gala del mismo carácter competitivo que atesora su predecesor. Lideró al equipo campeón desde sus 1.87 metros en el puesto de base. Nació en 1985.

Marc Fernández (Winterthur Barcelona): Fue la mayor amenaza anotadora de su equipo en todos los encuentros. El único jugador blaugrana que mantuvo un gran tono durante todo el torneo. Su gran acierto en el tiro le permite levantarse desde cualquier posición, indistintamente de si se encuentra más allá del arco de tres puntos o no.

Daniel Clark (Adecco Estudiantes): El pívot británico del conjunto madrileño también demostró que su evolución está siendo magnífica. Nacido en 1988, igual que Faverani, su juego demuestra mayor madurez de la que cabe presuponer. Con mayor potencia física que en anteriores torneos, ha mejorado su predisposición a jugar en la pintura aunque sin dejar de lanzar desde el exterior, con un amplio rango de distancias, en cuanto tiene ocasión.

Michal Chilinksy (Unicaja): Otro gran tirador del torneo. Este escolta polaco de 1.93, nacido en 1986 hizo un gran partido frente al Barcelona en la jornada inaugural con 19 puntos, destrozando los intentos de remontada culé. Quizás su desacierto en el tiro frente al Estudiantes le supusieron quedarse fuera de la final y del quinteto ideal del torneo.

Arturas Milaknis (Zalgiris): Alero lituano de 1.95. Tuvo una destacada actuación en la final tras haber participado la tarde anterior en el concurso de mates, donde perdió la final, y el de triples. Sus puntos en la final llegaron en el momento en el que su equipo rompía el partido ante el Estu y se lanzaba a por el título.

Daniel Yusta (Adecco Estudiantes): Cantera estudiantil 100%. Un jugador que no da un balón por perdido y al que no le importa hacer frente a cualquier adversario que tenga delante, independientemente de su talla o envergadura.

Dimitris Karadolamis (Aris Salónica): Este alero de 2.02, nacido en 1987, es la única nota destacable del débil conjunto griego. Un alero con gran capacidad de anotación. Quizás adolece de una mayor presencia física, pero su “ligereza” le permite ser más veloz y ágil que su par casi siempre.

En definitiva, una gran colección de grandes jugadores que darán mucho que hablar. Para ser justos con todos ellos habría que ampliar esta lista, obtenida por votación popular, a nombres como Andriuskevicius o Butkevicius en el Zalgiris; Soria o Aspe en el Estudiantes; Navajas o Ermolinsky en Unicaja; Berkov en el Dynamo; los Samb en el Barça; Bustamante en el Caja San Fernando… Sin olvidarnos de los debutantes como Uranga en el Barça, Jason Granger en el Estudiantes o Adam Adalia en Unicaja.

Guía del VBC 2006