Achille Polonara (Italia): Lo tuvo muy fácil para exhibirse ante Nueva Zelanda, como el resto de sus compañeros. Anotó 9/9 lanzamientos de dos puntos para acabar con 20 puntos conseguidos con demasiada comodidad para todo el talento que atesora.

Ethan Rusbatch (Nueva Zelanda): Volvió a ser el más destacado de su equipo con 15 puntos y 11 rebotes. Jugador con mucho coraje que actúa en la posición de tres, aunque se ve obligado a ejercer de todoterreno entre sus compañeros.

Falko Theilig (Alemania): El pequeño base alemán no tuvo miedo ante las poderosas torres rusas y los llevó de cabeza durante todo el encuentro. Jugó prácticamente todo el partido dando buena muestra de su magnífico dribbling y capacidad anotadora. Se trata de un jugador muy veloz cuya posición natural sería la de escolta si contase con algunos centímetros más, ya que su principal carencia es la dirección de juego (aunque es hábil para la asistencia gracias a su capacidad para dividir) y su principal virtud la anotación tanto en tiro exterior como en penetración. Acabó con 12 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias en 33 minutos.

Alexander Knyazyuk (Rusia): En un día gris de los rusos, que apunto estuvo de echar por tierra el buen trabajo de los dos días anteriores, el alero tuvo el temple necesario para mantener a su equipo en el partido, anotando cuando más lo necesitaban. Lazarev estaba con problemas de faltas y Antipov no pudo jugar por un golpe recibido en la nariz en el partido ante España, y Knyuzyak tomó las riendas. Aunque al final falló demasiados intentos de triple y, pese a la ayuda recibida en la anotación por Balasov, su equipo perdió. Sus números, 15 puntos y 5 rebotes en 26 minutos.

Ondrej Kohout (República Checa): por tercer día consecutivo tenemos que elegir al ala pívot como el mejor jugador de su equipo. Tiene un talento envidiable que le permite dominar el juego con una eficiencia espectacular. Siempre bien situado, siempre tomando la decisión correcta. Ayudó a su equipo a plantar cara a Francia durante más de 20 minutos, en los que dio un recital de anotación y defensa. Acabó con 12 puntos, 7 rebotes y 3 tapones.

Chrislain Cairo (Francia): Tuvo que ser el jugador más fuerte de Francia el que rompiese el hasta el momento inquebrantable muro checo. El fornido pívot se fajó en la zona contraria durante los tres primeros cuartos para acabar imponiéndose a los voluntariosos pero más endebles pívots checos. Finalizó con 17 puntos y 7 rebotes.

Miguel Kiala (Angola): El pívot angoleño fue una pesadilla para los jugadores españoles por su movilidad y velocidad. Fue el dominador de los rebotes, con 13, ante una España que estuvo durante mucho tiempo por detrás en el marcador y generando muchas dudas. Kiala se mostró inteligente para buscarle constantemente los puntos débiles a la defensa interior española. Acabó con 12 puntos y jugó prácticamente los 40 minutos.

Miguel Lorenzo (España): Ha sido, quizás, el jugador más regular de España durante el torneo, y ante Angola volvió a jugar con solvencia. Pese a los problemas que les creó Kiala, Lorenzo no le perdió la cara al partido en ningún momento y fue uno de los jugadores que mejor contribuyó a acabar con tres cuartos de despropósitos ante Angola para que la victoria se quedase en casa. Acabó con 16 puntos y 7 rebotes en 37 minutos.

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