Dicen que trabajando se consiguen las cosas y ella ha logrado parte de sus sueños. Ya consiguió jugar en el Siglo XXI, una de las grandes canteras de básket. Ahora, participa en Liga Femenina: su apellido y un número, el 15, están estampados en la camiseta del Ros Casares. La muestra con orgullo, pocos minutos después de que su equipo se haya impuesto en la cancha del UB Barça, el gran rival. Desde el banquillo su voz ha animado a sus compañeras, ha sonreído ante los errores del conjunto de Sílvia Font y ha celebrado el resultado. Hoy tampoco ha jugado. Pero no se desanima, seguirá esforzándose para revertir esta situación. Está convencida de sus posibilidades y sabe que cuando Esteban Albert la ponga lo hará bien.
19 años, 1,82 m., simpática, demasiado modesta y constante. Muy constante. Verónica quiere jugar minutos y lo está dando todo para conseguirlos. Está dispuesta a completar su sueño.
Hace una semana cambiasteis de entrenador. Ahora, tras la victoria ante el UB Barça, parece que la mala racha empieza a cambiar.
Sí. Estábamos gafadas, llevábamos una mala dinámica. Hemos mejorado: se nota mucho en defensa. Hoy (por el sábado) hemos jugado como un equipo. Esta victoria sabe a gloria, por lo menos para mí.
Aunque es un término muy usado, suena a venganza.
Los Valencia-Barcelona son siempre un te la debo, me la debes.
Sois un equipo con demasiadas caras nuevas: tan sólo quedáis cuatro del año pasado. ¿Tardaréis mucho en ser un equipo compacto?
No, para nada. Fuera de la pista estamos más unidas que nunca, mucho más que el año pasado. Y eso se refleja dentro. En este partido se ha notado muchísimo que somos un equipo unido.
Los errores finales del UB Barça han sido una de las claves de vuestra victoria.
Bueno
Estábamos muy apagadas anteriormente y hoy se ha notado la mejoría.
¿Olvidadas las derrotas en Salamanca y en Euroliga?
Sí. La derrota ante el Mondeville fue un poco aplastante y teníamos que resurgir.
Esta temporada has jugado en la tercera jornada ante el Cadí La Seu Urgell. Cinco puntos y un rebote en seis minutos. ¿Crees que con Esteban Albert vas a participar un poquito más?
No lo sé. Ya se verá. Yo lo voy a dar todo. Estoy entrenando para que me ponga. Todo empieza de nuevo. No tengo privilegios, aunque ya me conozca de la selección. Esteban Albert era el técnico de la selección española sub 19 este verano. Si me pone, encantadísima, sino, a seguir trabajando.
¿Cómo se vive un partido desde el banquillo? Debe de ser muy complicado.
Buff. Sí, sí. Me pongo súper nerviosa. Tienes ganas de salir
Pero bueno, ya llegarán los minutos.
Cuando estás en el banquillo y sabes que hay unas cuantas delante de ti, ¿cómo te mentalizas para aprovechar al máximo los minutos que te den?
Si me dejan jugar, voy hacerlo bien. No voy a estar pensando: Ay, tengo dos minutos sólo, ay, ésta está delante de mí. Tengo que disfrutar los instantes que me den. En esos momentos, como en todos, tendré hambre y ansiedad de hacerlo bien.
¿Por qué renovaste por el Ros si no jugabas demasiado?
Me quedé porque pensaba que iba a tener más minutos y confianza, que es lo que me había contado Israel (Sanchís), el ex entrenador. A principio de temporada siempre cuesta hacerse con un hueco, ya que se confía más en las cracks, en las jugadoras con experiencia. Espero que cuenten un poquito más conmigo.
¿Qué equipos se interesaron por ti? ¿De zona media alta? ¿Humildes?
Humildes. Equipos de media tabla para abajo.
¿De los que ascienden?
(Se ríe). Sí, de los que ascienden.
¿Qué recuerdas del quinto partido de la final del año pasado en Valencia? Un diario deportivo publicó una foto en la que salías abatida junto a Batkovic.
Me sentó muy mal esa derrota, porque era en casa. El Ros Casares está siempre acostumbrado a ganar. Yo quería ganar, es mi ciudad, es mi equipo. Son mis colores de siempre. Para mí es Barça es el Barça y siempre tengo un especial cariño en ganarle.
Lo has dicho fino.
Sí. Me fastidió bastante. Y encima estás en el banquillo. Saldrías y lo darías todo
Pero bueno, hoy hemos ganado. No es una Liga, pero me sienta súper bien.
Mucho menos cruel hubiera sido perder el cuarto partido, en el que ganasteis aquí (en el Palau Blaugrana 2) de uno. Quizás hubiera sido mejor.
Sí. Las dos cosas son malas. Pero en casa siempre es más humillante. La gente espera más de ti.
Estuviste unos cuantos años en el Siglo XXI, gran cantera de jugadoras como Marta Fernández, por ejemplo. ¿Qué recuerdas de esa etapa de tu vida?
Muchas cosas. Recuerdo los madrugones a las siete de la mañana. La gente piensa que es muy duro, pero a mí me gustó. Porque me gusta el baloncesto y me gusta trabajar. Estábamos en Liga Femenina 2, éramos muy jóvenes y teníamos minutos, competíamos, entrenábamos mucho. Para mí fue una gran experiencia estar allí. Supongo que jugando aquí, en el Ros, hubiera seguido de poste, como de pequeña. Y, sin embargo, en el Siglo XXI pude salir por fuera. Mucho mejor, ya que de pívot no hubiera hecho nada. Porque con 1,82
(se ríe).
Una gran escuela. Supongo que harías grandes amigas.
Sí. Muy buenas amigas. Allí todas éramos una gran familia. Comíamos, hablábamos de nuestras cosas, veíamos la tele
Con 14 años, en el 2000, fuiste la mejor jugadora del campeonato de España autonómico. ¿Cómo era Vero por aquel entonces y a qué aspiraba? ¿Qué sueños tenía?
Jugaba para llegar a ser la mejor y llegar a lo más alto. ¿Qué sueños? Estar donde estoy ahora. Uno de mis sueños era ir al Siglo XXI, y lo cumplí. El más importante, jugar en Liga Femenina, también he podido lograrlo. Estoy muy contenta porque estoy cumpliendo mis sueños. Aunque claro, me gustaría cumplirlos un poquito más.
Desde bien pequeñita querías ser jugadora de básket.
Sí. Cuando era cadetilla o infantil iba a todos los partidos, con mi botella, a ver al Ros Casares.
¿Qué ídolos tenías por aquel entonces?
Ya nadie se acuerda de ella, pero mi ídolo era Alicia López. Me gustaba mucho la fuerza que le ponía jugando, las ganas
¿El quinto puesto en el Mundial sub 19 de Túnez de este verano fue un éxito o un fracaso? España siempre está acostumbrada a hacerlo muy bien.
Nos supo a poco. Pudimos ganar a Rusia, lo tuvimos ahí. Y es duro ver cómo vas cayendo y te meten una paliza de diecisiete (79-62). Siempre nos quedará la duda de comprobar qué hubiéramos hecho si hubiéramos ganado ese partido. Quizás un cuarto puesto o
terceras. Y ver a segunda a Serbia y Montenegro, a la que ganamos antes del Mundial, es duro. Sabes que las has ganado hace unos días y claro
sueñas. El quinto puesto está bien, pero podía ser mejor.
MÁS PERSONAL
Aficiones. La música, el cine, salir con los amigos de fiesta Lo típico, y el baloncesto. Le gustan las películas de acción y de terror las de amor no le hacen demasiada gracia . El cine es para no pensar y divertirse. Por ejemplo, no me gusta nada la película de Moulin Rouge y me encanta, por decirte algo, Resident Evil. También le apasionan Una mente maravillosa y Gladiador. Uno de los mejores libros que ha leído es Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena, y ahora está leyendo El psicoanalista.
Virtudes. Me cuesta decirlas, porque siempre dicen que soy muy pesimista. No sé qué virtudes puedo tener. La ambición y las ganas de mejorar, expone.
Defectos. Quizás a veces mi carácter, que me enfado enseguida y me exijo demasiado, confiesa.
Una frase. Siempre se pone frases en el Messenger. La última: Seguiré con los pies pegados al suelo, pero siempre mirando hacia el cielo (Por mucho que ganes, siempre podrás ganar más). Ya está en Liga Femenina, pero Verónica siempre estará con los pies en el suelo y aspirando a más.
Un partido. Este verano con la selección sub 19. Si perdíamos contra Australia jugábamos el partido del séptimo y octavo puesto. Íbamos perdiendo con claridad. Salí de titular, hice tres faltas enseguida, me sentaron Y como último recurso me sacaron. Defendí a muerte, creo que lo hice bastante bien. Conseguimos ganar. Fue un subidón .
Un recuerdo. La victoria en el campeonato infantil con el Ros Casares ante el Cornellà.
Una persona. Sus padres. Ellos le aconsejaron cuando decidió irse al Siglo XXI y le han animado siempre. Verónica recuerda que, en los peores momentos, siempre le decían que esto es lo que te gusta, sigue. Nosotros somos tu familia y siempre estamos ahí.
Quinteto de la Liga Femenina. De cinco, a Vanesa Hayden, una jugadora joven con un gran talento. De cuatro, a Anna Montañana, que aunque no está en su mejor momento, le pone ganas. Ha mejorado mucho desde que se fue a Estados Unidos. De pequeñita la admiraba. De tres, ya que no está Amaya (Valdemoro), pondría a Elena Tornikidou. De dos, a Marta Fernández. Y, finalmente, de uno, a Elisa Aguilar. Me encanta ese carácter ganador que tiene.
Un lugar. Una ciudad, Valencia. Un lugar, una cancha de baloncesto.
Un deseo. Llegar a ser una jugadora importante.
Un sueño. Tener minutos en Liga femenina.
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