Todos estos jugadores han tenido un peso específico en sus respectivos equipos, han sido los más desiquilibrantes en cada uno de los encuentros y son los mejor posicionados para entrar a formar parte de las primeras plantillas de sus clubes, diamantes que algunos comienzan a estar más que pulidos y que son mostrados a los ojos de las aficiones con hambre de nuevos valores.
Ahora solamente faltan técnicos con la suficiente valentía, o psicología, para acoplar a estos chavales con hambre de basket en una liga tan competitiva como la ACB. Los ejemplos más recientes los tenemos en los Ricky Rubio, Victor Claver, Sergio Llull o Juan Igancio Jasen que estan consoliados en sus respectivos clubes con ficha del primer equipo y demuestran, algunos de manera más regular que otros, que tienen hueco en ACB. La eterna pregunta ¿se le dan minutos a las jóvenes promesas en ACB?¿Es algo que sólo clubes grandes pueden hacer?¿Cual es el precio de tener un jugador joven en un banquillo ACB en vez de estar compitiendo en LEB o EBA?¿Si no hubiera tanto jugador “asimilado” tendrían más cabida?
Si alguien no ha podido, no ha querido o no ha tenido oportunidad de ver en acción a alguno de estos chavales, que se de un paseo de basket por las categorías inferiores del club de sus amores y vea currar a estos chicos que ya son grandes y esperan su oportunidad. No es de extrañar los buenos resultados que estamos cosechando a nivel de selecciones inferiores.