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El objetivo vuelve a ser la Euroliga. Quién se hubiese creído esto hace apenas 4 meses, cuando el Real Madrid presentaba un balance de 5-6 después de las primeras jornadas de temporada regular. Con Edy Tavares recién llegado a la capital como parche improvisado por Kuzmic, y Llull y Ayón fuera de combate hasta nuevo aviso. Ni siquiera la mejor versión vista de Luka Doncic podía evitar que estuviésemos ante el Real Madrid más vulnerable desde la llegada de Pablo Laso.
Pero si algo ha reconocido el entrenador vitoriano durante todos estos meses y ha resaltado tas la victoria ante Panathinaikos en cuartos de final, ha sido la capacidad de superación de la plantilla, dejando de lado cualquier dificultad y esperando el momento que, hemos podido ver, ha llegado.
A diferencia de temporadas pasadas, donde el Real Madrid realizó fases regulares sobresalientes, este año, el equipo llega desde abajo, pero haciendo mucho ruido. Tavares acabó convirtiéndose en el mejor fichaje de mitad de temporada de toda la competición; Ayón volvió dudoso, pero se ha reafirmado como el pívot titular de un equipo campeón y Sergio Llull, contra todo pronóstico, llega a este final de mayo en un estado de forma pletórico; inimaginable cuando vimos romperse su cruzado allá por junio. Tres “fichajes” que se han sumado a una plantilla que, recordemos, tuvo el mismo balance que el tercer clasificado. ¿Cuánto ha podido crecer el equipo? Pablo Laso lo tiene claro: “Sentimos que es un buen momento para nosotros”.
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El Real Madrid llegá a Belgrado con una racha de resultados brutal: Ha ganado sus últimos 11 partidos de Liga Endesa y 6 de los últimos 7 de Euroleague, donde solo perdió el primer partido de la serie ante Panathinaikos, ganando los tres siguientes. La línea ascendente es más clara que nunca y es el momento de refrendarlo ante un CSKA que sufrió para ganar a Khimki en cuartos y llega con varios contratiempos: Nando De Colo y Kyle Hines acaban de volver de lesión y Leo Westermann no jugará la Final Four.
En los blancos, solo Facundo Campazzo llega fuera de forma, pero probablemente sea un obstáculo asumible, cuando Llull y Doncic opositan a ser el backourt desequilibrante que tanto tiempo llevamos esperando. Es, probablemente, su último gran baile juntos.
El esloveno ha sabido dar un paso atrás en el protagonismo ofensivo para hacer daño desde la propia amenaza y ampliándola hacia el resto del equipo, que ha sabido dar el paso adelante. Pero, inevitablemente, todos los focos estarán puestos sobre un Doncic que llega a la Final Four con la espina de no haber dado la talla en las grandes citas que ha jugado con su equipo. Si controla los nervios y se abstrae de que probablemente su actuación aquí puede ser la diferencia entre hacer las maletas a Phoenix o Atlanta, debería culminar su temporada de ensueño con, al menos, dos partidos memorables. ¿Cómo le sentaría en una hipotética final del domingo que el sábado le nombrasen MVP de la Euroleague?
El Real Madrid ha sido, solo por detrás de los rusos, el equipo que más ha anotado durante la fase regular y necesitará puntos si quiere jugar por el título el domingo. Ahí, parece decisiva la versión asesina de Jaycee Carroll, capaz de destrozar un partido en un buen día. Puede tener dos oportunidades para hacerlo. En el exterior, Trey Thompkins llega con todas las papeletas para ser el cuatro que más tiempo esté sobre la pista, especialmente por su emparejamiento con un jugador de sus características como Vorontsevich. El americano ha sido el mejor tirador blanco esta temporada (41%) y se ha ganado su sitio en este equipo a base de trabajo y constancia, al igual que Jeffery Taylor, vital en estos momentos de la temporada por su capacidad para presionar a la estrella exterior rival.
El impagable oficio de Rudy Fernández y Felipe Reyes pondrá ese punto de veteranía necesario para hacer frente a las adversidades en estos escenarios. Ya Andrés Nocioni nos demostró en la Final Four de Madrdid 2015 que la figura de un veterano es necesaria para que un equipo se postule campeón y si bien parece que ellos no llegan con el mismo nivel individual que el "Chapu", su fortaleza mental y capacidad para sumar desde el fango (que se lo digan a James Gist) puede ser ese pequeño detalle que lleve a su equipo a la gloria.
Ha sido un año de muchísima lucha y, por fin, podremos ver al Real Madrid, casi casi, con todos sus efectivos al máximo. ¿Habrá llegado a tiempo?