En 1986 la afición al baloncesto en España vivía su momento de máximo esplendor tras los éxitos de la selección en la primera mitad de la década. Ello propició que el país organizara el Mundial y nos visitaran los mejores jugadores del momento, NBA al margen: Petrovic, Sabonis, Oscar Schmidt, David Robinson, Gallis, Dalipagic, Valters, Volkov, Riva y muchos más, en una competición con nada menos que 24 participantes. Además, TVE dio una gran cobertura al evento, con programas resumen diarios y retransmitiendo muchos partidos en directo y en diferido.

A ello se añadían las altas expectativas que había puestas en la selección española. Después de los mencionados éxitos, la afición y la prensa esperaban el Mundial como una oportunidad para consolidarse entre los mejores y volver a subir al podio. Razones no faltaban: el equipo era joven, jugadores como Epi, Fernando Martín o Andrés Jiménez estaban en un gran momento y, con respecto a Los Ángeles, se incorporaban dos anotadores excelsos como Villacampa y Sibilio. Y aunque se podía echar de menos el liderazgo de Corbalán, se confiaba en Solozábal para dirigir al equipo con la maestría con la que lo hacía en el Barcelona.

El sistema de competición dejaba poco margen de maniobra y, tras caer derrotados en el partido clave de la primera fase contra Brasil, en la fase de grupos de cuartos de final era obligatorio vencer a la potentísima Unión Soviética (algo que ya había hecho España un año atrás) para pasar a semifinales. Contra la URSS, España jugó ese gran partido que solía hacer en cada campeonato a las órdenes de Díaz-Miguel. Fue un espectáculo ver a Martín y a Jiménez luchar desde su 2'05 contra los 2'20 de Sabonis o Belostenny, y a los aleros españoles (cuatro excelentes tiradores como Epi, Sibilio, Margall y Villacampa) responder a cada triple de Valters, Kurtinaits y Homicius. Además, se jugó en un ambiente extraordinario en Barcelona y no faltó la polémica arbitral, siempre enfatizada por el gran Pedro Barthe. Un partido muy bonito.

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Pese al gran partido realizado, España se vio abocada a jugar en la fase final de Madrid por el quinto puesto, acabando el campeonato con dos partidos bastante buenos contra Canadá e Italia. Aquí podéis ver el de Italia, que también merece la pena ver por muchos motivos, sobre todo por la actuación de Fernando Martín en el que fue su último partido con la camiseta de la selección.

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Uno de los partidos más comentados del campeonato se disputó en el grupo de cuartos con sede en Oviedo: por un lado, una Yugoslavia en transición entre el equipazo que lo ganó todo en los años 70 y el del cuatrienio 1988-1991, liderada por un representante de cada una de dichas épocas, Dalipagic y Drazen Petrovic; por otro, el buen grupo de universitarios que trajo Estados Unidos, comandados por David Robinson. El partido se recuerda por el marcaje al que fue sometido Petrovic por Tyrone Bogues, que fue una de las sensaciones del Mundial por su juego y por lo exótico de su estatura, apenas, 1,60.

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Superada la fase de cuartos y asumido el quinto puesto de España, el público de Madrid disfrutó de unas semifinales entre Estados Unidos y Brasil, por un lado, y entre la URSS y Yugoslavia, por otro. A mediados de los 80 la rivalidad entre soviéticos y yugoslavos era encarnizada y no era infrecuente que se produjesen peleas a puñetazo limpio entre ellos. La igualdad en el marcador y la calidad de Petrovic, Sabonis, Dalipagic, Tikhonenko o Valters hizo que se viera un partidazo, con un final memorable:

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Por último, la final entre la URSS y Estados Unidos enfrentó, por un lado, a un equipo soviético con un Sabonis en plenitud y con capacidad para intimidar, para jugar por dentro y por fuera y para saltar como el que más (en el vídeo se pueden ver varias jugadas que ilustran el tipo que jugador que era antes de sus famosas lesiones), acompañado de grandísimos tiradores como Kurtinaitis, Homicius o Valters y de jugadores versátiles como Volkov y Tikhonenko . Por parte americana, un grupo de jugadores muy rápidos e intensos que contaba, además del legendario Robinson, con jugadores que tuvieron casi todos una buena carrera en la NBA, entre ellos Sean Elliott, Kenny Smith, Steve Kerr, Derrick McKey o Rony Seikaly.

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En definitiva, un Mundial que nos dejó huella a todos los aficionados españoles, en especial a los que lo vimos con ojos de niño.

Podéis ver más artículos y vídeos de partidos de la época en mi blog, Aro Pasado.