Tras finalizar la primera fase con una derrota ante Brasil que levantó ampollas, la selección española se presentaba en cuartos ante Francia con la necesidad de reivindicarse y volver a reconciliarse con el mundo del basket. Pero España no está para muchas alegrías.
Los de Scariolo bailaron al son de la Marsellesa durante toda la primera parte. Parker y los suyos dominaron el tempo del partido y la selección española estuvo en todo momento a remolque en el marcador (22-17, min. 10; 37-34, min. 20). En la segunda mitad del encuentro, a pesar de seguir ofreciendo un perfil bajo para su nivel habitual, España mostró una mayor actividad en defensa que hizo posible mantenerse en el partido. Con todo, los galos seguían manteniendo la cabecera en el marcador cuando restaban 10 minutos para el final del partido (53-51, min. 30). España bailaba en el alambre, sin ofrecer solidez en su juego. Sergio Llull finalizaba en mate un contraataque y situaba a los de Scariolo uno por delante a falta de cinco minutos para el final (57-58, min. 35). A partir de ahí, aparecieron los nervios y el miedo a la derrota. Tras tres minutos sin que ninguno de los dos equipos anotasen, una buena defensa de Rudy, dos tiros libres del escolta del Real Madrid y una canasta de Marc Gasol abrieron la brecha definitiva. Con varias acciones altamente antideportivas de los frustrados galos, se cerraba una muy trabajada victoria española en un pobre partido (59-66).
El partido en cinco claves:
- Brillante arranque de Parker y Diaw: El comienzo del choque fue de claro color galo. España se sostenía por la calidad de Pau Gasol, pero no era suficiente ante una selección francesa con las ideas claras y con un juego mucho más fluido. Los de Collet estaban liderados por los veteranos Tony Parker (8 puntos) y un Boris Diaw ( 8 puntos y 6 rebotes) que tan pronto anotaba, como reboteaba o repartía juego desde el poste alto. España, descertada en ataque y blanda en defensa, permitiendo demasiados tiros abiertos, deambulaba por la cancha sin alma. Con todo, la diferencia al descanso era de tan solo tres puntos a favor de los galos (37-34).
- Cuestión de actitud: España se muestra en estos JJOO abúlica. Rebosa talento y calidad por los cuatros costados, pero no es aquella selección que arrollaba cuando llegaban los momentos calientes de las competiciones. Solamente cuando jugadores como Marc Gasol (14 puntos y 8 rebotes), Rudy Fernández (9 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias), e incluso un vitaminado Sergio Llull, apretaron los dientes y ofrecieron un plus de intensidad en ambos lados de la pista España, pudo ponerse por delante en el marcador y derrotar a un equipo correoso y duro como el galo.
- Falla el tiro exterior: España sigue con el punto de mira completamente desviado desde el 6.75. Ante Francia firmaron un espantoso 4/20 en triples, con especial mención a Rudy Fernandez, que se fue hasta los 0/5. Con el empuje del juego interior España ha llegado hasta semifinales, pero el juego de perímetro deberá ofrecer mayores garantías si se quiere aspirar a disputar la final.
- Falta de pegada gala en los momentos calientes: los de Collet lo tuvieron muy cerca, pero fueron presa de su propia ansiedad. No dieron una a derechas en ataque en los minutos finales, siendo superados ante una España con mayor oficio. 6 puntos en el último periodo para los del país vecino lo dicen todo. Por desgracia, manifestaron su frustración de la peor de las maneras: a base de golpes y acciones antideportivas que tuvieron a Turiaf y a Batum como tristes protagonistas. El ambiente estaba tenso y siguió asi tras el pitido final. Las declaraciones de Nico Batum y Vincent Collet utilizando como argumento de defensa y contraataque la sospechosa derrota española ante Brasil así lo atestiguan.
- Y a pesar de todo… en semifinales: España no es la de otras veces. No hace saltar de sus asientos a los aficionados con sus acciones, ni despierta la admiración de los rivales. Excepto el primer periodo completado ante Rusia, España no es ni la sombra de lo que fue en competiciones anteriores. Con lo justo, con oficio pero sin chispa, los de Scariolo han llegado a semifinales. Cierto regusto amargo que los de Scariolo deberán de corregir en el choque ante Rusia. Deberán dar lo mejor de si, su actitud deberá ser la mejor desde el minuto 1. No queda mucha gasolina, no parece haberla nunca, pero son dos últimos esfuerzos. Todos los aficionados esperan una última alegría de una Generación de Oro.