Llegó el momento esperado durante cuatro años. La cita marcada en las agendas de las selecciones de EE.UU. y España desde aquella inolvidable final de Pekín 2008. Las sensaciones eran diferentes: el Team USA llegaba a la gran final mostrando una superioridad superlativa, mientras que España había sembrado muchas dudas con su juego. Pero el contador estaba a cero. Lo ocurrido hasta este momento no servía de nada. Eran 40 minutos para el partido perfecto. Y el PARTIDO, con mayúsculas, no defraudó. Otro enorme espectáculo. Otro hito en la historia del basket mundial con España y EE.UU. como protagonistas. Venció el todopoderoso Team USA, pero España dejó otra actuación para el recuerdo. Los de Scariolo plantaron cara a las estrellas NBA y solamente cayeron por 7 puntos (107-100).

Hubo partido durante los 40 minutos de juego. España resistió los golpes en forma de triple de los EE.UU. con un coraje superlativo. El 7/10 en triples inicial de los de Coach K abrió una mínima brecha a su favor en el primer periodo (35-27, min.10). Pero España no se vino abajo. Muy al contrario. Los triples de EE.UU. dejaron de entrar y España fue enjugando la diferencia hasta llegar a poner por delante con un triple de Sergio Rodríguez (37-39, min. 13). Precisamente con el canario / puntos y 6 asistencias) en pista España disputaba sus mejor minutos de basket. La igualdad continúo siendo la nota predominante en los minutos siguientes (59-58, min.20). A la vuelta de vestuarios, Pau Gasol abrió el tarro de las esencias para hacernos soñar (64-67, min. 22). Solamente los triples de un demoledor Kevin Durant impedían que España adquiriera una cierta renta en el marcador (83-82, min. 30). La lucha española prosiguió en la recta final, pero el desgaste afectaba. Y fue LeBron James el que ejecutaría definitivamente a España con un mate imposible y un triple de los que hacen mucho daño. Despertamos del sueño, pero el sabor seguía siendo muy dulce (107-100).

El partido en cinco claves:

  • La resurreción de Juan Carlos Navarro: Los problemas físicos que Navarro había sufrido durante toda la preparación y la celebración del torneo olímpico habían mediatizado su rendimiento. No estaba fino. Las piernas no respondían y, por ende, tampoco la muñeca. Pero en la final resurgió como el Ave Fénix. La Bomba ofreció un recital inicial inolvidable en el arranque del choque: Navarro sumaría 14 puntos en los primeros 10 minutos de juego, incluyendo 3/3 en triples. Acabaría la final con 21 puntos. Si se quería competir ante EE.UU. se tenía que contar con el mejor Navarro. Y Juan Carlos no falló a la cita.
  • El 6.75: EE.UU. estaba basando su juego de ataque en su demoledor tiro exterior. Esos centímetros de menos en la distancia de tres puntos les viene como anillo al dedo a los jugadores estadounidenses y saben aprovecharlo de maravilla. Uno de los objetivos de la selección española era frenar el chorreo de puntos desde el perímetro del Team USA. Y en el inicio del partido no se logró. Los norteamericanos sumaron un estratosférico 7/10 en triples en el primer periodo, un acierto que hubiera roto a cualquier contrincante. Menos mal que en el otro lado Juan Carlos Navarro se bastó el solito para mantener a España viva. Ya en el segundo cuarto las cosas cambiaron: 1/8 en triples y España igualaba el choque.
  • La explosión de Pau Gasol: los minutos de calidad que ofreció Pau Gasol en el tercer periodo fueron antológicos. Un clínic de juego al poste, destrozando a un Kevin Love que no pudo en ningún momento con él. El mejor jugador español de la historia volvió a sobresalir por encima del resto, demostrando ser una estrella más del planeta NBA, a la altura de los All-Stars del Team USA. 24 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias fueron sus números. Su hermano Marc también destacó en los minutos que estuvo en pista (17 puntos y 2 rebotes). Lástima que estos, por culpa de las faltas personales, se redujeran a 17. Scariolo tuvo que echar mano de Serge Ibaka, que no desaprovechó la oportunidad para reivindicarse como jugador de primer nivel (12 puntos y 9 rebotes).
  • Kevin Durant, el mejor jugador en Basket FIBA: El asesino silencioso. El jugador que es capaz de destrozar un partido sin pestañear. Kevin Durant, por sus características de juego, se adapta como un guante al baloncesto FIBA. Y en este contexto, es el mejor jugador del mundo, por encima de LeBron James (19 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias), que explota mejor sus "talentos" en el universo NBA. Ante España ofreció otro recital. 30 puntos y 9 rebotes, anotando 5 triples que se clavaron como cuchillos en la defensa española.
  • La capacidad competitiva/El orgullo del león herido: España no venía de realizar un buen torneo. Ese es un dato incuestionable. Pero en la final volvió a ser la de las grandes ocasiones. Mostró una capacidad competitiva y una fe inquebrantables. Y es que un león herido es muy peligroso. Todos y cada uno de los jugadores españoles se batió el cobre en la cancha. No permitieron correr a los estadounidenses y como ganadores que son, no les bastó con dar la cara. Con perder con honor. Querían el oro ¡Bravo por ellos!