La selección española nos tiene demasiado bien acostumbrados. Llegados a este punto, solo nos valía el oro y los nuestros no han fallado en la final del Eurobasket 2011. Además, los de Scariolo lo hicieron a lo grande. Se pusieron su traje de gala para realizar una auténtica exhibición de juego. Mostraron su mejor cara cuando hizo falta, superando a una gran Francia por 98-85 ¿Será éste el penúltimo hazaña de esta generación de oro de nuestro basket?
Hubo mucha igualdad en los primeros minutos del encuentro. Intercambio de canastas con una España que atacaba bien la presionante e intensa defensa gala, pero en el otro lado del campo tenían muchos problemas en la pintura, concediendo muchas puntos fáciles debajo de canasta. Una vez que se cerró la vía de agua en defensa, los de Scariolo cogieron el mando del partido. José Manuel Calderón defendía perfectamente a Parker y se mostraba incisivo en ataque. Él y un Navarro a la altura del resto de partidos de cruces llevaban a España a liderar el marcador al final del primer periodo ante una Francia realmente peligrosa (25-20, min. 10).
España comenzó a despegar en el 2º periodo. Serge Ibaka con su particular block-party en el día de su cumpleaños (5 tapones en 8 minutos) imponía el terror entre los jugadores galos, no había manera de acercarse al aro español. En ataque, Calderón continuaba muy enchufado y Rudy Fernández se mostraba hiperactivo. España llegaba así al ecuador de este periodo con una docena de puntos de ventaja (38-26, min. 14). Precisamente fue una muy desafortunada falta antideportiva del nuevo jugador de los Mavericks a Tony Parker la que devolvió al partido a un encorajinado conjunto francés (46-41, min. 19). La entrada de Pau Gasol en pista y la excelente defensa de Sada (que sustituía a un Ricky Rubio que había recibido un golpe en el ojo) volvieron a poner las cosas en su sitio al descanso (50-41).
España no tenía delante precisamente un rival que se fuera a venir abajo. Los de Scariolo seguían manteniendo el liderato en el marcador pero los galos apretaban. En el ecuador del 3º periodo los de Collet se situaba a 6 puntos y surgía cierta inquietud entre los aficionados españoles (60-54, min. 26). Y aparecía el de siempre, el jugador que está siendo el mejor en los momentos de la verdad. Juan Carlos Navarro anotaba un triple en el momento idóneo para devolver la confianza a los suyos. Superada la mini-crisis, España volvería a lo suyo, mostrando una gran clarividencia en ataque, que le permitía llegar con 75 puntos anotados al final del 3º periodo y una ventaja sobre su rival de nada menos que 13 puntos (75-62, min. 30). El oro estaba más cerca.
Los últimos 10 minutos del partido fueron un trámite. Francia no bajó los brazos, algo de agradecer de cara al espectáculo, pero era imposible que el partido se le escapara de la manos a España. Al final, oro para España y 98-85 en el marcador.
En el plan individual, magnífica labor coral de España. Pero destaquemos la enésima exhibición ofensiva de Juan Carlos Navarro (27 puntos y 5 asistencias) y la fantástica actuación de un José Manuel Calderón (17 puntos, 4 rebotes y 2 asistencias), que nos recordó al de las mejores ocasiones. Además de citar a un Pau Gasol que se fue hasta los 17 puntos, 10 rebotes, 4 asistencias y 3 tapones. Por los franceses, 26 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias para Tony Parker.
Juan Carlos Navarro fue designado, con todo merecimiento, MVP del torneo. El jugador catalán, siempre a la sombra de Pau Gasol, recibe, por fin, el reconocimiento que merece. Un jugador absolutamente insustituible. Le acompañan el Quinteto Ideal del Torneo Bo McCalebb, Tony Parker, Andrei Kirilenko y Pau Gasol.