El bloqueo a la competición por parte de los Clubes, así como la no cesión de sus convocados a las selecciones nacionales italianas (a partir de la sub-20) correspondientes.

Indignado Meneghin (Presidente de la FIP), anuncia que no negociará más, que no acepta “chantajes”. Su decisión parece firme. Mientras que la Lega, cuya decisión, no parece menos firme, gestiona un campeonato paralelo y específico para los equipos de cantera, a la vez que negocia los contratos televisivos para los próximos años.

Enfrentamiento absoluto entre Clubes y Federación, que augura un verano complicado para el basket italiano que de seguir todo así, no vería iniciar la competición.

La reducción gradual anunciada por la FIP, en el número de jugadores extracomunitarios (de 4 a 3 para el curso siguiente, para reducir a 2 más adelante) sin duda no es del agrado de unos Clubes que pretenden distintas normas y ritmos, y entienden que tal medida elevará en demasía el precio de los propios jugadores italianos y comunitarios.

Para unos esta es sin duda una decisión exagerada con la que no solo se hace daño al baloncesto italiano en general, sino que en particular -con la medida de boicot a las seleciones nacionales- al de formación, instrumentalizando innecesariamente a jugadores que se ven metidos en una desagradable situación.

Para otros, la respuesta necesaria a una Federación que no mira por los clubes que mantienen la competición, que pretende establecer unas normas lejanas a solo ambicionar la mejora y desarrollo deportivo del jugador italiano. La Lega, en palabras de su Presidente Valentino Renzi ha declarado que para que el próximo curso inicie la Federación deberá absolutamente garantizar la operatividad del 3 + 3 ( 3 extracomunitarios y 3 europeos) para los próximos dos años.

Tengan más o menos sentido las reivindicaciones de los Clubes, lo tengan o no también las decisiones de la Federación que dirige Meneghin, lo cierto es que es una medida que de manera inmediata afectará -de llevarse a cabo- a las convocatorias para los Campeonatos de Europa sub 20, sub 18 y sub 16, así como para el Mundial Junior a celebrar en Nueva Zelanda. Mermando tremendamente la competitividad de los combinados italianos, y sobre todo quebrantando ilusiones de no pocos chavales.

La Federación en su intento por mejorar la situación del jugador italiano en su mejor competición, mira por sus jugadores sin darse cuenta de que quizás los cupos no sean la cuestión prioritaria. Los hechos nos demuestran que los salarios de algunos jugadores-es cierto que no todos se ven afectados- se disparan por el simple hecho de ser “cupo”, lo que hace a no pocos acomodarse y alejarlos de la competitividad deportiva, aprovechandose de unas normas en teoría ideadas justo para todo lo contrario. Clubes que viven de sus patrocinadores, que buscan rendimientos tangibles en sus proyectos, se sienten limitados y poco autónomos en un sistema que sin ellos malamente sobreviviría. Algunos, casos(Siena, Treviso..) son un estupendo ejemplo en cuanto al trabajo de cantera-sin duda paso imprescindible para que en los quintetos de la Lega veamos a más italianos– y se sienten particularmente ofendidos sabedores de sus esfuerzos.

Los Clubes quieren competir, y a la Federación no le puede interesar en absoluto que la competición no salga adelante. Esperemos que pueda llegarse a un punto de entendimiento y no sea necesaria la intervención del CONI. Y por supuesto que en los Campeonatos de este verano podamos ver competir a las mejores selecciones italianas posibles, por el bien della pallacanestro, pero sobre todo por el bien del baloncesto en general.