Son momentos duro para Puerto Rico. A pesar de ceder ayer ante la potente selección griega, cayendo hasta lo más hondo del grupo B, la afición portorriqueña intentó acercarse al autobús de su selección con un aire festivo. Cantando, llamaron la atención de varios jugadores y miembros del staff técnico, que se acercaron sonrientes y grabando en vídeo el momento. Mientras, Paco Olmos mostraba un semblante muy diferente en la sala de rueda de prensa.

Allí felicitó a Katsikaris ("Han sido capaces de hacer un cambio generacional manteniendo un nivel de baloncesto excelente con chicos jóvenes, se han ido algunas vacas sagradas… pero ha logrado un baloncesto de alto nivel, e incluso ha mejorado en algunos aspectos físicos") y apeló a la profesionalidad para intentar salir de la mejor forma posible de esta Copa del Mundo. Allí mismo le preguntaron qué parte de culpa sentía como propia, y el seleccionador evitó hacer cualquier autocrítica: "La de cualquier entrenador, ¿no? El entrenador es parte de las victorias, es parte del sistema, y tengo la cuota de responsabilidad que me toca". 

A la salida de la rueda de prensa, Solobasket pudo charlar con él varios minutos:

¿Cómo lleva depender de los demás resultados para saber si cuenta con opciones de pasar a la siguiente fase?

– Para que eso se pueda presentar, primero, lo que tenemos que hacer, es cumplir nuestra parte. Si no ganamos a Filipinas, no sirve para nada que Grecia le gane a Croacia. Yo creo que puede ganarle, pero no sirve para nada esperar un resultado si no cumplimos nosotros. Vamos a hacer nuestra parte, y a ver si somos capaces el último día de llegar con una opción real.

Precisamente, para cumplir con su parte al margen de las bajas de Vasallo y Arroyo, ¿qué tiene que cambiar en Puerto Rico?

– Nos hace falta tener un punto más de paciencia en ataque, no estar jugando todo el rato acelerado y poner nosotros la pausa, elegir el ritmo. Defensivamente, algunos ajustes, sobre todo en los últimos segundos, donde descuidamos el balón o descuidamos nuestro aro; y a partir de ahí, acoplarnos al tipo de baloncesto que nos va a exigir el rival. Era un baloncesto Argentina, fue otro baloncesto Senegal, era otro Grecia, y ahora es un baloncesto totalmente diferente el que se nos presenta con Filipinas.

A pesar de la situación, se ha podido apreciar una mejoría por parte de Puerto Rico:

– Sí, creo que poco a poco hemos ido a mejor. La base es el primer día, la imagen que dimos; el segundo día, creernos posiblemente que el partido estaba encarrilado y darles vida, y Senegal ha demostrado hoy (por ayer) quién es. Hemos tenido el partido agarrado, pero al final del segundo cuarto e inicio del tercero no se ha dado, y en vez de decaer hemos intentado remontar. Hemos puesto toda nuestra energía defensiva. Está claro que nuestro ataque, con algunas estructuras, tiene difícil conseguir fluidez, pero hemos seguido trabajando duro. Hemos recibido muchas canastas en los últimos segundos de la posesión, y pese a eso felicito al equipo y por el apoyo a nuestra afición, que hoy se ha sentido bien de cerca. 

Carlos Rivera parece haber dado un paso al frente, ¿puede ser una alternativa a las bajas?

– Carlos no tiene que demostrar nada a nivel de baloncesto. Ni en Puerto Rico ni en ningún sitio. Es su primer torneo FIBA. Es la primera vez que juega contra este nivel de equipos europeos. El momento en el que él coja el timing, coja las distancias, demostrará que es un jugador de muy alto nivel en el baloncesto de su país. 

¿Cómo está Carlos Arroyo?

– Lo suyo es una evolución de día a día. Hoy está así y veremos cómo está mañana. Mañana vamos a hacer un trabajo de recuperación de grupo, que creo que es importante, e intentar llegar al partido de Filipinas, que está compitiendo muy bien, con los que tengamos lo más saludable posible.

¿Cómo está la moral del vestuario?

– Bueno, creo que el vestuario ha demostrado en la cancha lo que quiere. Hay mucho compromiso, mucha responsabilidad. No hemos jugado bien, no hemos conseguido los resultados. Asumimos la situación, pero está claro que la vamos a buscar hasta el último momento. Es lo que nos exigimos y lo que yo tengo que exigir al grupo y estoy seguro de lo que van a hacer.

¿Qué lecturas positivas hace de esta tercera derrota?

– Siendo un grupo emocional, que normalmente se cae ante las dificultades, hoy nos hemos superado. Creo que mentalmente hemos estado fuertes. Nuestra idiosincrasia muchas veces marca que ante la dificultad te caes, como fue el primer día o ayer algunos minutos, y hoy hemos estado al menos mentalmente fuertes los cuarenta minutos, intentando sacar el máximo provecho de nuestro baloncesto y las piezas con las que contamos.