Dos Final Four consecutivas ha alcanzado el Tenerife Rural, dos en la que ha sido el núcleo duro del equipo dirigido por Rafa Sanz el que les ha llevado a rozar con la punta de los dedos el ascenso. Nombres como Edu Sánchez, el capitán Iván Rodríguez, Julio González y Francis Sánchez han sido el alma de un Tenerife Rural que esta temporada sufrió la baja por problemas extradeportivos de Antwain Barbour y por lesión de Lamont Hamilton en el momento clave de la temporada.

Francis Sánchez, alero de 2,02 metros de altura nacido el 17 de marzo del 1979 en Málaga “pegado a la catedral” como el mismo puntualiza. Cantera de Unicaja Málaga es todo un ejemplo de la superación en el deporte. Internacional por España como cadete (fue MVP del Europeo Cadete de Lisboa en el 1995), junior y Sub-22, compañero de selección de nombres como Alfons Alzamora, Javi Rodríguez, Román Montáñez o Iker Iturbe.

Tras foguearse en los vinculados de Unicaja en EBA, disputó la liga LEB con Lucentum Alicante, proclamándose campeón de liga regular y ascendiendo tras derrotar en cuartos de final a Cajasur Córdoba por 3-0 y en semifinales a Caprabo Lleida por 3-2. Después serían campeones tras derrotar al C.O.B. en eliminatoria a doble partido, ida y vuelta.

Debutó en ACB con Lucentum Alicante el 15 de octubre de 2000 enfrentándose a Cáceres. En su equipo estaban aquella campaña José Manuel Calderón, David Gil, Amal McCaskill o Jorge García. Después de no lograr la permanencia decidió cambiar de aires, fichando por Rueil-Malmaison de la Pro-B francesa: “me traje el francés y la verdad que son educados muy correctos. A decir verdad pude seguir. El Presidente me ofreció dos años más pero quería venirme para España. Fue una experiencia muy buena tanto profesional como personal.”

Y retornó a España. En las filas de un Universidad Complutense de la liga LEB, en una plantilla en la que estaban Darío Quesada, Maciej Lampe, Joe Alonso y Paco García. Solo pudo jugar un total de siete partidos ya que una lesión en la rodilla, concretamente en el cartílago de la rótula: “me flexioné para lanzar un tiro libre en un entrenamiento y a partir de ahí, el calvario”. Antes, a los 18 ya lo había pasado mal por una rotura de vértebra. La pregunta para Francis era obligada, ya que Rafa Sanz fue la persona que le devolvió a las canchas de la LEB. “A nivel profesional le debo casi todo, como tú sabes confío en mi en un momento delicado y se lo agradeceré siempre”.

Tras pasar por La Palma, donde destaca al “crack de Sebas Arrocha, tiene mucho talento, es un jugador que siempre me ha gustado y muy buena gente” con el que hizo una espectacular pareja de Zipi y Zape con El Diablo pero aún esperamos esa casa de comidas que según me cuentan iban a montar entre ambos (Arrocha acabó montando un bar) o la batería que destrozó al descorchar una botella de champan a lo Fernando Alonso, dio el salto a Tenerife con Rafa Sanz. Allí ha dejado exhibiciones como la de esta campaña en el Pazo de los Deportes de Lugo donde convirtió 9 triples en 16 intentos.

El pasado sábado, frente a Melilla, metió prácticamente él solito al Tenerife Rural en la semifinal ante Melilla tras un mal arranque a triple limpio (5 de 10 desde más allá del arco para un total de 18 puntos). Al final el esfuerzo fue baldío, no se pudo repetir la historia que la temporada anterior les había plantado en la final gracias a otros cinco triples suyos. “Pienso que con Lamont Hamilton hubiéramos ascendido” aseguraba a Solobasket.

Sus compañeros nos sugerían que le preguntáramos por su relación ‘especial’ con los cuatros como Antelo, Javi Pérez o Guillermo Rejón. “Son grandes personajes con los que me crucé, tanto en lo deportivo como en lo personal, tienen muy buen corazón pero se las tragan todas. Por ejemplo, el día que jugamos en Lleida, Antelo se levanta de la comida para ir al servicio y cuando vuelve le digo, menuda la que has liado, tenías que haber pedido permiso al entrenador para irte. No se lo acababa de creer pero al final de la comida fue a Rafa Sanz a pedirle disculpas e imagínate el entrenador sin saber de lo que le hablaba Antelo y el resto de la plantilla riéndonos. La primera que le jugamos en la Isla fue el partido ante el TAU en pretemporada. Íbamos en el mismo coche Antelo conduciendo, yo delante y Edu Sánchez detrás para el partido. Son de ese estilo los tres, a cual más personaje. Le digo a Antelo, ahora cuando llegues al Pabellón tienes que decirle el nombre a una persona que se pone fuera para que sepa que lo aparcas ahí. Llegamos allí, baja la ventanilla y dice soy José Ángel Antelo. Le contesta que qué quiere y Antelo responde que como hacía para meter el coche en el parking y el hombre le dice que ¡Joder, pues mete la tarjeta en la máquina!”.

De la próxima temporada, espera que, vaya donde vaya “a nivel individual que haya no haya lesiones y a nivel general que no haya tanto pesimismo con esto de la crisis que afecta a todo. El basket tiene que estar por encima de eso aunque es complicado, que afecte lo menos posible.”

Sobre si su futuro pasa por Tenerife, afirma que “me hubiera gustado pero la verdad es que a día de hoy es complicado. Me llevo muchas cosas de una isla que merece mucho la pena y, sobretodo, al Presidente José Manuel Martín Domínguez y a los fenómenos de la Peña la 6ª”. Además, añade que “siempre llevaré a Tenerife en el corazón porque conocí a la que será mi futura mujer Celina Crusoe (jugadora de voleibol argentina) . Ellas entrenaban antes que nosotros y hablando hablando…hasta que la invite a cenar una noche y hasta ahora. Este verano mi hija nacerá en Málaga pero llevará algo de Tenerife en la sangre y siempre la hablaré maravillas de la Isla”.

El baloncesto da muchas vueltas, y más en período estival, pero sus palabras suenan a despedida de todo un crack.