Una lesión de espalda lo apartó de la cancha poco después de colgarse la medalla de oro con la selección española en el Eurobasket U20. El alero cajista había sido una de las grandes sensaciones de los chicos de Orenga, junto a Nikola Mirotic y Josep Franch, y terminaría la competición con una media de 14.4 puntos, 3.6 rebotes y 1.4 rebotes por partido. 19 años y la medalla, un referente exterior dentro de una nueva y prometedora generación con un nuevo desafío: terminar de explotar en el Cajasol de Joan Plaza, seguir los pasos del otro prometedor jugador con el que llegó a Sevilla, Satoransky, para discutir el puesto de alero titular en el equipo sevillano. Ésta era su oportunidad de explosión y consagración en la nueva Liga Endesa. Y sin embargo, en plena pretemporada con su equipo en Vielha (Pirineos) se le detectó una protusión discal en la espalda. Una zona complicada, de la que Andrés Miso fue el último y no muy lejano caso en Sevilla. Poco a poco se fue alargando el tiempo de recuperación, hasta llegarse a hablar de no participar esta temporada. "Cuando estábamos en la fase en que las cosas no iban del todo hacia delante, que se valoraba la posibilidad de seguir o no con el tratamiento, pensaba que este año no iba a jugar más", ha reconocido el propio Sastre, en una nota de prensa del club sevillano.
Sin embargo, Sastre ha vuelto. Llegó para enfrentarse al CAI Zaragoza, pero Plaza prefirió esperar y señaló la evidencia: el mallorquín carece de ritmo de competición. Llega a un equipo con los minutos repartidos y dos jugadores que a estas alturas de liga se presentan por momentos importantes: Jasen (20 minutos por partido y una media de 6.3 puntos, 3.9 rebotes y 1.3 asistencias para 8.4 de valoración) y Tepic (20 minutos por partido y una media de 5.7 puntos, 2.6 rebotes, 0.9 asistencias y 4.1 de valoración. El puesto de 3 parece bien cubierto, aunque el entrenador cajista ya se ha declarado en cuanto al rol del recién llegado: debe ser una marcha más en la segunda vuelta de liga.
Su principal desventaja es que toca volver a empezar, y ésta vez como la última incorporación. "Las lesiones forman parte del deporte y está claro que te puede pasar incluso cuando menos te lo esperas o cuando estás en el mejor momento. Puede que me haya parado un poco la progresión, porque venía en verano del Europeo con mucha ilusión y ganas. No obstante, ahora hay que intentar seguir (…), ir mejorando como jugador intentando ayudar lo máximo al equipo", son sus palabras. Sastre tendrá que coger primero ritmo de competición, y luego alcanzar el de sus compañeros para el segundo reto de la temporada, que no es otro que intentar mantenerse entre los ocho primeros puestos. A su favor tiene a la afición de San Pablo, que ya agradeció algunas muestras de calidad sus dos primeras temporadas. Cajasol gana con él energía y profundidad de banquillo, llega como refuerzo cuando parecía que habría que esperar a la temporada 2012/13, y ahora Sastre tiene ante sí el mismo reto que no ha podido afrontar hasta ahora: hacer que pese el oro que consiguió en Bilbao, reivindicarse y convertirse en una pieza importante para su equipo.