El baloncesto es, por encima de todo, un deporte de equipo. En todas las plantillas existen tres o cuatro jugadores que capitalizan los focos mediáticos, pero los equipos que se llevan los títulos son aquellos con un grupo de jugadores más amplio que permite una rotación sólida. Lo exigente de los cada vez más densos calendarios competitivos hace que se busquen plantillas más largas, con muchos efectivos, que permitan hacer frente con garantías a los compromisos que se extienden a lo largo de la campaña. Así, la diferencia entre los grandes equipos y los que se llevan los títulos sueler residir más en la calidad de los segundos espadas que en de las propias estrellas de cada conjunto.

Gescrap Bizkaia dio un salto de gigante el pasado curso al lograr una plaza en la Euroliga tras colarse en la final de la Liga ACB. La temporada 2011-12 se presentaba excitante para los bilbaínos, pero también sumamente exigente, teniendo que compaginar el debut en la máxima competición continental con la participación en la Liga Endesa. Para afrontar semejante reto, la escuadra vasca tenía que reforzar los cimientos de su plantilla. El objetivo era sumar efectivos a la baraja de los jugadores con los que se podía contar para obtener una rotación más amplia y poder mantener el nivel competitivo en los diferentes frentes. Así, una de las primeras decisiones fue volver a confiar en el veterano Josh Fisher (1.89/31 años), jugador que llegó la temporada pasada como parche temporal y que logró ganarse la confianza de Fotis Katsikaris a base de trabajo. En cualquier caso, desde un primer momento se transmitía a Josh la idea de que su rol de cara a la nueva campaña iba a ser secundario, la de úndecimo jugador. La llegada de Raül López al puesto de base, le relegaría a tercer base y quinto jugador de perímetro cuando el técnico griego lo situara en la demarcación de escolta.

Josh Fisher aceptó de buen grado su nueva misión. El jugador casado con española que ocupa plaza de jugador de formación es un hombre que se ha hecho un lugar en la elite del baloncesto español a base de esfuerzo. Desde que debutó en ACB en la campaña 2004-05 de la mano del Pamesa Valencia ha ido ofreciendo sus servicios tanto en la máxima competición del basket español (Valencia, Real Madrid, Murcia, Alicante, Gran Canaria y ahora Bilbao) como en las competiciones Adecco (Pamesa Castellón, CAI y Gijón) siempre con gran profesionalidad y discrección. Un jugador honesto que conoce sus limitaciones. Es por ello que se adaptó como un guante desde el primer minuto a lo que Katsikaris buscaba de él en la presente campaña. Ha sido el parche en la rotación de los Hombres de Negro cuando han sido baja jugadores como Raül López o Janis Blums, ocupando tanto la posición de base como de escolta. Y su rendimiento ha sido más que bueno. Ha disputado 22 de los 26 partidos que Gescrap Bizkaia ha jugado en la presente campaña en Liga Endesa, promediando 3.6 puntos, 1.1 rebotes y 0.7 asistencias en 12 minutos de juego. En la Euroliga ha saltado en cancha hasta en 16 ocasiones, con unos modestos 1.3 puntos, 0.7 rebotes y 0.8 asistencias en menos de 10 minutos por actuación.

La aportación de Josh Fisher no debe ser medida por la pura dictadura numérica. Va mucho más allá. Jugador disciplinado, no tiene ningún problema en pasarse varios partidos en el banquillo, inédito, sin saltar a la cancha. Sabe que su oportunidad llegará y Fotis Katsikaris es consciente de que su pupilo no fallará cuando lo necesite. En Vitoria-Gasteiz, en la visita de Gescrap Bizkaia al Caja Laboral en la 5ª jornada de la primera fase de la Euroliga y con los bilbaínos contra las cuerdas (1-3), Fisher tuvo que jugar los minutos calientes en el puesto de base tras una inoportuna lesión de Raül López y estar Aaron Jackson fuera de juego tras haber cometido cinco faltas personales. Con el partido muy cuesta arriba, Fisher lideró a los suyos hacia una muy meritoria victoria por 84-89. Sus números no pasaron de unos modestos 2 puntos y 4 asistencias, pero su aportación fue decisiva, clave. Fue el MVP oculto del choque. Y es que los intangibles que aporta en cancha Josh Fisher no pueden ser retratados por la fotografía de la fría estadística. Representa a la perfección la importancia de la undécima ficha en un equipo que tiene que hacer frente a dos competiciones como la Liga Endesa y la Euroliga.

Su profesionalidad y su capacidad de sacrificio en el día a día es altamente apreciadas por sus propios compañeros. Veterano y curtido en mil batallas, desde la discreción es uno de los pegamentos del vestuario de Gescrap Bizkaia. El respeto del que goza por parte de sus compañeros se percibe al instante. Como muestra un botón. Fisher dejó el anonimato para convertirse en uno de los protagonistas de la victoria con tintes épicos de Gescrap Bizkaia en Sevilla. En un Gescrap Bizkaia herido y físicamente tocado tras disputar dos encuentros durante la semana ante el todopoderoso CSKA, tuvo la oportunidad de disfrutar de nada menos que 34 minutos en pista. Aprovechó a la perfección la situación, sumando 10 puntos, 6 rebotes, 4 asistencias y 3 robos (18 de valoración), incluyendo varias acciones de gran valor en los minutos calientes del choque. Una vez terminado el choque, su compañero Roger Grimau aprovechaba la red social twitter para manifestar una sincera admiración por su compañero de equipo: "Me hace mucha ilusión escribir este tweet: #JoshFisher". Con la plantilla más descansada, tal vez los minutos de Josh en el próximo encuentro sean limitados o, tal vez, no salte siquiera a la cancha; pero dará igual, nuestro protagonista seguirá trabajando a diario dando el 100%, listo para la próxima oportunidad.