No hay dos sin tres. La magia del Palau junto con la convicción y fe inquebrantable de los jugadores volvieron a aliarse para vivir una nueva fiesta azulgrana. La tercera y definitiva victoria permite al equipo catalán reinar nuevamente en la mejor liga de Europa tras cinco años de peregrinaje y agónica sequía.

Se cumplió el guión previsto y a pesar del esfuerzo de los pupilos de Dusko Ivanovic no pudieron contrarrestar la tremenda intensidad y derroche físico exhibido por el cuadro azulgrana que minuto a minuto fue minando la resistencia, hasta tener que claudicar ante el alto nivel de exigencia marcado por Navarro y compañía.

El triunfo del colectivo

A pesar de los premios individuales ha sido la fuerza del conjunto la que le ha servido al Barça para superar las dificultades que se ha encontrado en el camino hasta llegar a la gloria. El disponer de una plantilla con jugadores del más alto nivel ha permitido a Xavi Pascual rotar con coherencia y criterio sus peones sin que el rendimiento global del equipo se resintiera.

La baja de Barton en la final no se ha notado debido a la excelente predisposición del resto de sus compañeros que han sabido manejar con inteligencia y sabiduría las diferentes situaciones a las cuales se han visto sometidos siempre buscando su propia ventaja y no cayendo en las trampas de su adversario. La frescura con la que han llegado jugadores como Navarro, Basile, Andersen, Fran o el propio Sada les ha permitido dosificarse y ser decisivos sin acaparar excesivo protagonismo anteponiendo el esfuerzo de grupo al brillo individual.

La confianza en sus propias posibilidades y una buena preparación mental han construido las bases en las cuales se ha cimentado el éxito conseguido.

El factor Navarro

Tras una experiencia breve y quizás algo frustrante en la NBA , el hijo predilecto del Palau volvió a casa abanderando un ambicioso proyecto construido en torno a su figura. Y ha sido curiosamente cuando menos “Navarrodependencia” ha tenido el Barça se han conseguido los mejores resultados. Ha sabido aprovecharse de las dobles ayudas que recibía para asistir y repartir juego en beneficio de sus compañeros que han sabido responder.

Ha recibido el premio de MVP de la final y de jugador más solidario. El formar parte del mejor quinteto de la ACB y la Euroliga (siendo también el MVP de la competición) solo hacen más que confirmar que sigue estando entre los mejores.

El despertar de Andersen y la garra de Basile

Tras el fallido fichaje de Marc Gasol, David Andersen vino como referente interior haciendo valer su amplia experiencia en Europa donde ya lo había ganado todo. Un jugador que se crece en los grandes partidos dando lo mejor de si mismo. Su inicio de temporada fue ciertamente irregular alternando partidos buenos con otros realmente muy discretos. Parecía que le costaba encontrar su lugar en la pista. Faltaba química…pero a raíz de la Final Four de Berlín todo cambió y su juego sufrió una completa metamorfosis.

Seguramente ha sido el mejor jugador de su equipo en los dos últimos meses por rendimiento y en la final ha sido decisivo tanto en tareas defensivas como abriendo el campo con sus tiros o anotando en el poste bajo. Un valor seguro que nunca falla.

Por otra parte el escolta italiano ha completado una serie final excepcional siendo determinante en la primera victoria de su equipo y anotando con suficiencia desde la línea de tres cuando su equipo más lo necesitaba. Su gran defensa también se ha dejado notar. Se ha ganado la renovación a pulso.

El declive final del TAU

Cuando juegas con una rotación de 7-8 jugadores durante toda la temporada al final te pasa factura. Y eso ha ocurrido con el equipo vitoriano que se ha visto mermado con los problemas físicos de sus mejores hombres (Splitter, Mickeal, Vidal, Teletovic..). que no han podido actuar a su mejor nivel. Aunque su juego por momentos durante el inicio de campeonato fue sencillamente arrollador su rendimiento ha ido decreciendo conforme iba pasando la competición dando algunas muestras de debilidad que se han acrecentado en la final no pudiendo seguir el ritmo marcado por el Barça.

Los sistemas tan rígidos de Ivanovic y la poca participación de algunos jugadores como Barac, Ilievski o San Emeterio han podido perjudicar a largo plazo una maquina muy bien engrasada y que parecía no tenia puntos débiles en apariencia.

El reconocimiento a Xavi Pascual

Es justo reconocer la excelente labor del técnico de Gavà que pasó de discípulo de Ivanovic a primer entrenador cogiendo a un equipo sin rumbo y haciéndole llegar en su primer año completo a conquistar la ACB. Se había hablado mucho sobre si era la persona indicada y si tenía suficiente nivel para dirigir a todo un Barça. Un cierto sector de la prensa e incluso de los aficionados no confiaba mucho en sus decisiones y su manera de llevar los partidos pero con el paso de la temporada ha ido adquiriendo la madurez suficiente y la experiencia para poder gestionar un grupo lleno de figuras y llevarlo hacia la victoria.

Por ese motivo y por la apuesta en los entrenadores nacionales se merece todo nuestro reconocimiento.

Felicidades Coach!