El Barça comenzó flojo en los primeros minutos. Su contrario se movió muy bien en el caótico inicio, un correcalles de manual, y el impulso de la grada le dio las primeras ventajas al primer cuarto (16-11).
Con la presión que metía Sito Alonso a sus jugadores para mejorar, éstos se vieron obligados a virar. La dirección de Heurtel les dio un nuevo impulso. Un parcial de 2-11 y un total de 20-34 en el segundo periodo cambiaba completamente el panorama al descanso (36-45).
Más acierto, más ideas y Sylven Landesberg fueron las claves tras la salida de vestuarios. El alero del Estu superó la decena de puntos consecutivos, poniendo el Palacio patas arriba. Sólo un triple de Pressey para acabar el tercer cuarto enfrió un poco el ánimo de los locales (55-61).
Pero el Barcelona estaba haciendo aguas. Llegando hasta el aro pero fallando lo más fácil. Resistían gracias al rebote. Pero aún faltaba por ver el colofón. Los 3-4 minutos finales del partido, un sinfín de meteduras de pata de los barceloneses que les dejaba sin partido y con la cara sonrojada (80-70).