CUESTA ARRIBA PARA LOS LOCALES DESDE EL PRINCIPIO
El ambiente era inmejorable. La Casilla estaba preparada para vivir una jornada de baloncesto de primer nivel, que iba a tener a las cámaras de RTVE como testigos. Contagiados ambos equipos por el buen ambiente, el comienzo del partido fue muy esperanzador; intercambio de canastas, Huertas y Banic combinando a la perfección… pero todo fue un espejismo. Tras llegar empatados a 8 al ecuador del primer periodo, se hizo la noche para los locales. Los badaloneses afinaron su defensa, cortando perfectamente las líneas de pase y cortocircuitando los sistemas ofensivos bilbaínos. En ataque, y ante la buena defensa de Paco Vázquez sobre Rudy, Ricky Rubio cogió las riendas del equipo y empezó con su particular demostración de poder. Así, se pasó de ese empate a 8, al 11-23 que lucía en el marcador al final del primer periodo.
A pesar del empeño puesto por sus jugadores, iurbentia Bilbao Basket fue incapaz de lograr la remontada. La falta de ideas en ataque era notoria. Todo se dejaba en manos de las individualidades de Huertas y Salgado, que no siempre acertaban con sus decisiones. La buena estrella de Banic había desaparecido y del resto, sólo destacaba la irrupción de Quincy Lewis al comienzo del tercer cuarto, que anotó 9 puntos (13 puntos totales anotados durante el encuentro) casi consecutivos en esos primeros minutos de ese periodo, antes de cometer su cuarta falta y desaparecer del encuentro. Los badaloneses dominaban la situación ante un rival desquiciado por sus propias carencias y por las muy discutidas decisiones arbitrales (la labor del trío arbitral fue muy criticada, con razón, por la afición local).
Al último cuarto se llegó con una diferencia de 10 puntos en el marcador (55-65). Sin embargo, las técnicas señaladas a Txus Vidorreta (ostensiblemente molesto por la actuación arbitral), lo que le valieron su expulsión, además de 4 tiros libres más posesión al Joventut, y un triple de Rudy Fernández y una posterior canasta de Jagla dejaron el partido finiquitado a 5 minutos para el final (61-77). A partir de ahí, los tiros a la desesperada del siempre intenso y peculiar Savovic redujeron la diferencia que, al final, quedó en 9 puntos (75-84).
En definitiva, merecida victoria del DKV Joventut (el mal arbitraje, a pesar del triste doble rasero aplicado, no influyó de manera determinante en el resultado) ante un iurbentia Bilbao Basket que mostró sus carencias.
MINIMIZADO EL FACTOR RUDY / RICKY LIDERA Y DOMINA
Rudy Fernández lleva unas cuantas semanas en estado de gracia, está demostrando ser uno de los jugadores más en forma del baloncesto europeo. Hoy, sin embargo, no ha sido el jugador determinante de otras jornadas. Ha anotado 14 puntos, con malos porcentajes, sumando un poco habitual 6 de valoración ACB. Rudy no se ha encontrado cómodo en la cancha a lo largo de todo el partido. El culpable principal ha sido un viejo amigo conocido suyo, Paco Vázquez. El veterano escolta ibicenco ha demostrado conocer al dedillo el juego de su par y prácticamente lo ha secado.
Minimizado el factor Rudy Fernández, ha sido Ricky Rubio el jugador verdinegro que ha dado un paso adelante para liderar a su equipo. Con una madurez y un dominio del juego impensables para un menor de edad, ha sido el jugador que ha marcado las diferencias. Intenso en defensa, dirigiendo sabiamente el ataque visitante y poniendo la puntilla con sus puntos, ha sido el hombre del partido. Sus números lo dicen todo: 18 puntos, 5 rebotes, 9 asistencia y 2 robos de balón, para 25 de valoración.
Otro joven valor de la cantera verdinegra, Pau Ribas, se ha erigido en el perfecto lugarteniente de Rubio. 12 puntos han llevado su nombre. Para colmo, otro junior y canterano, Pere Tomás, ha contado con minutos de calidad. Así da gusto. Un aplauso para Aito por su valentía al apostar por la juventud.
34 TIROS DE CAMPO DE LOS BASES LOCALES (ALGO NO FUNCIONA EN EL ATAQUE DE iURBENTIA BILBAO BASKET)
Salvo en los primeros compases del partido, en los que se ha buscado con acierto a Marko Banic (14 puntos y 3 rebotes), el ataque bilbaíno ha sido, cuando menos, espeso. La defensa verdinegra se lo ha puesto muy difícil a los jugadores locales, que consumían los segundos de posesión sin encontrar una posición clara de tiro. El resultado ha sido una dependencia excesiva de iurbentia Bilbao Basket de las acciones individuales de sus dos bases, auténticos especialistas en lograr canastas agónicas.
Esa dependencia ha tenido como consecuencia que entre Huertas (17 puntos y 7 asistencias, pero también 6 pérdidas de balón) y Salgado (14 puntos y 1 asistencia) hayan sumado nada menos que 34 tiros de campo, de los que tan solo han anotado 12 (Huertas ha anotado 7 de 16 tiros de 2 y 1 de 5 en triples. Salgado 1 de 4 en tiros de 2 y 3 de 9 en los triples).
Cuando tus directores de juego lanzan casi la mitad de los tiros de campo que ha sumado tu equipo, es que algo ha ido mal en tu ataque. Los jugadores interiores, salvo en los primeros lances del encuentro, no han recibido balones. Entre los exteriores, Paco Vázquez (5 puntos) se ha dedicado en cuerpo y alma a labores defensivo, Quincy Lewis (13 puntos) solo ha aparecido fugazmente en el tercer cuarto y Pedja Savovic (11 puntos) ha tenido su momento de gloria con varios tiros imposibles anotados cuando el partido estaba perdido, pero poco más.
Esta semana llegó un refuerzo interior para suplir la baja de Martín Rancik, Mile Ilic (que, por cierto, no ha jugado un solo minuto). Desde el club se transmitió la idea de que con este fichaje era suficiente y que la baja de Lucas Recker no se iba a suplir con un nuevo jugador. Sin embargo, este equipo echa mucho de menos la muñeca de Recker, ningún otro exterior ofrece la seguridad en el tiro exterior del norteamericano. El fichaje de un temporero de características parecidas le hubiera venido muy bien al conjunto bilbaíno, porque, por lo visto hasta el momento, este equipo va a seguir pasándolo mal en ataque hasta su vuelta.