Bastaron cinco minutos, como bien reconoció Perasovic, para que el Madrid rompiese el derbi a golpe de triple. Hasta ese momento, mediado el segundo cuarto, los visitantes habían aguantado muy bien las arremetidas del líder y con el partido igualado (25-25), era posible soñar con la hazaña. Sin embargo, los colegiales se olvidaron de la sintonía que tiene un tal Charles Smith con las mañanas de domingo, principalmente en la capital de España. Una vez más, “La Araña” encadenó una de sus rachas y con cuatro triples destrozó la resistencia visitante. Hervelle, Tunçeri y Bullock, sobre la bocina que indicaba el camino a los vestuarios, añadieron su granito de arena a una estadística demoledora: 8 triples en 10 minutos. El resultado de todo ello 53-37 al descanso. Las caras de los jugadores del Estudiantes lo decían todo.

Sin embargo, los colegiales, lejos de rendirse regresaron a la pista mostrando una actitud muy positiva, ingrediente necesario para salir del atolladero en el que se encuentran. Poco a poco, con la misma medicina que le aplicó previamente el Madrid, es decir, juego exterior, los pupilos de Perasovic ajustaban el marcador, con un enorme Lewis. Y es posible que llegaran a inquietar en algún instante a los locales, que veían como una ventaja de 16 puntos quedaba reducida a su mínima expresión. El Estu se llegó a colocar a cinco puntos a menos de un minuto. Entonces, Raúl López pierde el balón y Pietrus se lanza hacia el aro para fallar con estrépito. Ahí terminó el derbi. En la siguiente jugada, Bullock, que últimamente economiza mejor sus minutos de juego y encesta en momentos claves, anota desde el 6.25 y apuntilla al Estudiantes.

Más allá de que el Madrid se distancie como líder y el Estu no salga de una situación incomodísima, el derbi dejó ciertas sensaciones y actitudes. Por una parte, la solidez del Real Madrid en casa, elemento del que se debe valer para derrotar al Pananthinaikos el próximo jueves. Por otro lado, y a pesar de haber perdido el choque, el Estudiantes se ha demostrado así mismo que puede resolver los problemas que tiene. El juego de hoy, la motivación que ha mostrado, debe ser la misma que ha de tener frente a todos los rivales, porque el descenso se juega en partidos como los del Murcia, y son esas tropiezos los que castigan al final. Si sigue en esa línea, si Lewis vuelve a demostrar una vez más que está implicadísimo y que, a pesar de su edad, es un excelente jugador y profesional como pocos, a corto plazo los del Ramiro pueden ganar a un Barça siempre enigmático e imprevisible. Y en un futuro algo más lejano, pueden y deben lograr la permanencia, pues ha quedado claro que equipo
tienen para ello.