Jose "Piculín" Ortíz pasó en pocos años años de ser todo un héroe nacional en Puerto Rico a tocar fondo en lo personal y estar a punto de echar por tierra su vida. Un mito del baloncesto mundial, todo pareció venirse abajo cuando en 2011 fue arrestado y posteriormente procesado por posesión de drogas tras hallarse en un inmueble alquilado por nuestro protagonista nada menos que 218 plantas de marihuana. Afortunadamente para Piculín Ortíz, la justicia le ofreció una segunda oportunidad, siendo recluído en una clínica de rehabilitación tras solo unos meses en la cárcel. ¿Pero qué fue lo que ocurrió con este ídolo caído?

Nacido el 25 de octubre de 1963 en Aibonito (Puerto Rico), José Rafael Ortíz Ricos (2.07 de estatura) fue apodado como "Picúlín" (seudónimo que hace referencia a un personaje de El Mago de Oz) desde muy temprana edad debido a su carácter gamberro. Debutó en la liga de su país en 1981, cuyo título conquistaría en 1985 con el Atléticos de San Germán. Tras ese título, disputaría dos años la NCAA, enrolado en la Universidad de Oregon State (1985-87), llegando a compartir vestuario con Gary Payton. Sus 22.3 puntos y 8.7 rebotes por encuentro en su último año -que le valieron para ser merecedor del premio al jugador del año en la PAC10 por encima de nada menos que Reggie Miller– no pasaron inadvertidos para los scouters NBA, siendo elegido por los Utah Jazz en el puesto 15 del draft de 1987. Piculín se convertía en el primer jugador boricua en ser seleccionado en el draft de la NBA

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Sin embargo, no debutaría de forma inmediata en la NBA. Decidió dar el salto al viejo continente para foguearse en la elite (Nota: aunque no esté verificado, se dijo que esta decisión se tomó para hacer posible que Piculín defendiera los colores de su selección en los JJOO de 1988. Recordemos que hasta 1992 los NBA fueron considerados profesionales y se les impedía su participación en los JJOO). Lo hizo fichando por el CAI Zaragoza, donde recaló con la temporada ACB ya comenzada para sustituir a Tony Brown y hacer pareja interior con Lemone Lampley. Piculín dejó muestras de su innegable calidad desde un primer momento. En su segundo partido como jugador del CAI, los maños vencían al FC Barcelona por 83-75 con 25 puntos del boricua tras una magnífica serie de 11/14 en tiros de campo. Su tiro a tabla marca de la casa, su juego de piernas e incluso su característico mate de espaldas pasaron a formar parte de su sello de identidad desde su mismo debut en ACB en una temporada en la que firmaría unos notables 17.4 puntos y 7.6 rebotes por encuentro.

Tras curtirse en España, volvería a EE.UU. para, por fin, vestir la camiseta de Utah Jazz temporada y media en un inusual trade de derechos entre el CAI y Utah Jazz, que acabaría con el malogrado Mel Turpin en Zaragoza. Su año de debut sería esperanzador, con 15 titularidades, pero en la campaña 1989-90 solo disputaría 13 partidos. Con Thurl Bailey y Karl Malone delante, no había mucho espacio para progresar y tener minutos en Salt Lake City. 

Cortado en febrero de 1990 por los Jazz, volvería a España de la mano del Real Madrid de George Karl y sustituyendo en el puesto de segundo extranjero a Dennis Nutt en una temporada muy complicada para los blancos y solo dos meses después del fallecimiento del añorado Fernando Martín. Ahí comenzaría una larga andadura por nuestro basket; en verano de ese mismo año pasaría a formar dupla interior con Audie Norris en el FC Barcelona, conquistando la Copa del Rey de 1991 y siendo subcampeón de la Copa de Europa tras hincar la rodilla ante la inolvidable Jugoplastika. En 1992 abandonaría el FC Barcelona para firmar por el Festina Andorra y posteriormente jugar en el Unicaja. Tras casi un lustro en España, daría el salto a Grecia, jugando en el Larissa, Iraklio Creta y el Aris de Salónica, conjunto con el que ganó una Copa Korac

Desgraciadamente, su salida del basket europeo se dio por la puerta de atrás: tras disputar el Mundobasket de 1998 con su selección, se le detectó estanozolol en un control anti-doping (la misma sustancia por la que dio positivo Ben Johnson en los JJOO de Seúl 1988). A pesar de alegar que había utilizado esa sustancia para tratar una lesión muscular, la federación griega le impuso una sanción de dos años que puso punto y final a su carrera en el viejo continente a los 35 años de edad y que echó por tierra un jugoso contrato firmado por el boricua con el PAOK.

A partir de ese momento, volvería a su país, donde defendería la camiseta de Cangrejeros de Santurce y Capitanes de Arecibo, convirtiéndose en el jugador con más ligas ganadas en la historia de la competición, con nada menos que ocho.

Con su selección  debutaría en 1983 y con Puerto Rico disputaría nada menos que cinco Mundobasket y cuatro Juegos Olímpicos. Una carrera que tendría una última heroicidad en 2003, con Picuín a un mes de cumpliar los cuarenta:

Nos situamos en el Preolímpico de San Juan de Puerto Rico. Canadá (con el mejor Steve Nash) y Puerto Rico se disputaban en la lucha por el tercer y cuarto puesto una última plaza para los JJOO de Atenas 2004. En ese choque, el Coliseo Roberto Clemente fue testigo de una de las actuaciones más completas que nadie haya podido firmar en una competición FIBA. Un veteranísimo Piculín Ortíz ofreció un glorioso último servicio a su selección, rozando un cuádruple-doble (21 puntos, 10 rebotes, 10 asistencias y 7 tapones) y permitiendo a Puerto Rico alcanzar el último tren a Atenas.

En sus últimos Juegos Olímpicos, Piculín ayudaría con 6. 6 puntos y 4.9 rebotes por encuentro, siendo uno de los protagonistas de una de las hazañas más recordadas de la selección boricua. En la jornada inicial, Puerto Rico vencía por un rotundo 92-73 a la Selección de EE.UU. de los Iverson, Marbury, Wade, LeBron James, Carmelo Anthony y compañía en una actuación superlativa de Carlos Arroyo (24 puntos y 7 asistencias).

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Aún seguiría jugando profesionalmente hasta 2006, retirándose cumplidos los 43 años. Su cuerpo no respondía como antes y sin la pasión del basket, su vida sintió un vacío irremplazable. Además, en su vida privada las cosas no marchaban bien: varios negocios fallidos, un divorcio doloroso… muchas circunstancias acumuladas que hiciero que Piculín Ortíz comenzar un descenso a los infiernos y tocara fondo cuando fue procesado por posesión de drogas y diera, durante este proceso, positivo por consumo de cocaína. 

Afortunadamente, Piculín Ortíz ha aprovechado la segunda oportunidad que le ha dado la vida. Tras declararse culpable en marzo de 2012, recayó sobre nuestro protagonista una condena de seis meses de cárcel, cuatro años de libertad condicional y seiscientas horas de trabajo comunitario. Además de comprometerse a recibir un tratamiento de rehabilitación por su adicción a las drogas.  Una vez dejó la cárcel y pudo ingresar en un centro de rehabilitación, remontó el vuelo. 

Actualmente colabora con FIBA Américas y además dirige el programa de baloncesto de la Universal Basketball Academy & High School (UBAHS), la primera escuela especializada en este deporte en su Puerto Rico natal. Es la redención del mito caído.

Documental de ESPN sobre la caída y auge de Piculín Ortíz:

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