Saúl Blanco (Oviedo, 1985) debuta este año en la ACB. De momento, y como carta de presentación, viene avalado por dos grandes temporadas en la liga LEB y por un pasado en categorías de formación francamente brillante. Debuta este año en ACB de la mano del Fuenlabrada y su primera aparición ha sido el concurso de mates del Showtime. Este chico la mata muy bien como demostró anoche. Su 2º puesto, con el concursazo de Gelabale, es casi un primero, con el mate pasándola por entre las piernas, hecho por primera vez en España.

El corte de Saúl Blanco
Es un jugador de esos que todo entrenador quisiera tener, con una muy buena lectura del juego, y una defensa muy buena, ayudada de un físico a la altura de muy pocos en el panorama nacional De los aleros nacionales, quizá solo Rodrigo de la Fuente tiene un físico tan brillante, aunque en el caso de Saúl hablamos de un jugador más explosivo, quizás parecido al Rodrigo que llegó a España en aquella navidad del 97 al 98. En ataque es un jugador que sin ser un anotador tiene capacidad para anotar con un aceptable tiro de 5 metros, unas penetraciones muy buenas debido a su gran primer paso y su potencia final, tras rebote ofensivo y que está en continua evolución en el que siempre fue su punto negro y es el lanzamiento de larga distancia, que se ve que lo va mejorando.

La primera vez que le vi jugar fue en mayo de 1997. Era jugador de minibasket y ya el año anterior habían ganado en aquella categoría el campeonato regional. Estaba jugando un torneo con el infantil de su equipo, el del Ecole, en el que dicen que jugaba becado, y el primer día le anotó sin despeinarse 36 puntos al Codema. El segundo, al infantil del Gijón, con una mixta sobre él, se quedó en 19 pero daba la sensación de que ese chaval que alternaba entre el base y el escolta era buenísimo. Pronto se empezó a oír que si había sido el mejor de la selección mini que ganó el torneo B de Lloret de Mar (y que volvieron a repetir lo mismo en infantiles) y que si lo quería el Barça, el cual le invitaba por los veranos a su campus. También era la época en que empezaba a jugar con gente mucho mayor y seguía siendo la estrella de su equipo. Evidentemente las llamadas a la selección, a las típicas concentraciones sub13 estaban a la orden del día. Es en infantiles de segundo año cuando jugando en el cadete A se casca unos partidazos tremendos antes los mejores equipos de Asturias. Se tiraba de los pelos Moreno, el entrenador de Vetusta, de no haberle podido convencer de jugar para ellos.

Un año más tarde, y ante la evidencia de que podía salir a jugar afuera, y en una decisión algo sorprendente, pues se le veía más cerca de Can Barça que de otro lado, se fue al Siglo XXI de Galicia en el que ya no estaba Moncho López. Se ve que el tema de compaginar los estudios tenía también su peso, además de que estaría cerca de casa. En esa época, las cosas de estar fuera provocaron algunos problemillas en la selección asturiana, pues no entrenaba tanto como los demás e incluso, siendo cadete de primer año, Eloy Doce, ahora entrenador jefe en Leb, apostó por el como base y jugador para los balones calientes y le salió el tiro por la culata. Ahí se vio por última vez a Saúl de base. Tenía un gran físico, un buen bote, una acertada lectura del juego, pero no era un base. El cierre del siglo de Galicia le llevó al de Fadura, donde coincidió con los hermanos Urtasun primero, y con Sergio después. También andaba por ahí, y en el de Galicia, Fran Vázquez. Por el verano estuvo con los Rudy, Fernando Vidal, Mestres, Marc Gasol y compañía en Letonia y se llevaban un bronce interesante en un europeo cadete con gente como Baby Shaq o la Yugoslavia de Darko Milicic y Luka Bogdanovic. Su papel, secundario de lujo: ese era el equipo de Rudy. Aun así, tiene su reconocimiento con la beca Saporta al mejor expediente de los miembros de aquella selección. El Siglo XXI tenía esas cosas.

Llega el primer año de junior y el Siglo que gana los mejores torneos del país y sólo puede con él el Olimpia en Hospitalet, donde nuestro personaje gana el concurso de mates que entre otros ganadores tiene a Calderón (Toronto Raptors) y a Josh Smith (Atlanta Hawks). No me extrañó en absoluto lo de los mates, si ya con 14 años la mataba de espaldas que no era normal. Es el equipo de los Urtasun pero el papel de Blanco es fundamental. Todo el mundo sabe que aquel equipo de haberlo podido jugar se hubiera llevado el campeonato de España junior que se llevó el Fórum con un sorprendente asturiano, Diego González, a la cabeza. En esa época hacía las pretemporadas con el Gijón Baloncesto donde sorprendía a todos su capacidad física. Por ejemplo, hacía mates con balones medicinales…

¿Rudy Lebron? ¿Saúl Camerlo?
Terminado su periplo júnior, es la hora del salto a profesionales. Tiene varias ofertas, pero al final se decide por volver a la tierra. El Gijón de Moncho Fernández (muchos años segundo de López) le trae de vuelta a Asturias, le da minutos en un equipo competitivo y en una liga de nivel como es la Leb. Desde luego puede que sea una alternativa mejor a estar en un filial en Eba. O no, quien sabe. Se matrícula en la técnica de teleco y esta dos años jugando a un nivel más que aceptable, con algunos partidos francamente brutales, como uno en León su segundo año, o como el del mate sobre la bocina para irse a la prórroga contra Melilla (aunque el resto del partido no fuera especialmente brillante; resolver con esa contundencia y a esa edad). Alguna gente bromeaba con el hecho de que si Rudy era Lebron, por lo que había hecho su primer año, Saúl tenía que ser Carmelo.

Y esta temporada, la ACB. La crisis económica del Gijón, los rumores sobre desaparición, sobre Leb2, etcétera, le hacen tomar la decisión de irse a Fuenlabrada. A priori partirá como suplente pero luego el tiempo y el juego de cada uno dirá. Parece un buen sitio para que se haga un hueco. De momento, se puede decir que lo ha hecho bastante bien en el Slam Dunk (si lo llaman Showtime, yo a los mates también les doy toque yankee). Sobre el concurso se veía con ganas y decía que “será uno de los más espectaculares de los últimos años y es difícil apuntar quién se lo llevará, pero seguro que será muy divertido. Yo estoy preparando alguna sorpresa, aunque tengo que seguir ensayando durante esta semana. Espero que salgan bien el día del concurso” Habrá que contar con él para próximas ediciones. Seguro.