Bajo un ambiente emotivo, tenso y asfixiante, Miribilla daba abrigo a sus idolos en su último acto de servicio antes del comienzo de la huelga convocada ante una situación que se esperaba en vías de solución pero que con cada vuelta de tuerca parece tomar un tono aún más oscuro. Lo que iba a ser una fiesta en la visita del equipo más atractivo de toda Europa, el Real Madrid, se tornaba un acto de reivindicación por parte de la afición de Bilbao Basket apoyando a los suyos y señalando con el dedo a los culpables de esta situación más que alarmante. Tras unos prolegómenos muy emocionantes, en los que también se guardo un minuto de silencio en honor a iñaki Azkuna, alcalde de Bilbao recientemente fallecido, comenzó un partido que nadie que sea el último de este grupo en Miribilla.

La falta de acierto por ambos equipos fue la tónica en el comienzo del choque. Los MIB tiraban de heroica ante un conjunto blanco un tanto fuera de lugar en un contexto tan especial. A pesar del 3/11 en tiros de dos, la defensa numantina de los locales y los 8 puntos de Dairis Bertans hacían posible que Bilbao Basket acabara el primer periodo por delante en el marcador (19-15). La entrada de ese genio que responde al nombre de Sergio Rodríguez reactivo el juego de un conjunto blanco adormecido hasta ese momento. Al canario se le unió un Dontaye Draper para poner las pilas a los de Laso en defensa. Se vivieron momentos de tensión como el pique entre Salah Mejri y un Alex Mumbrú que respondió a un gesto del tunecino que en un contexto tan especial no gustó a la grada (ni tampoco a Pablo Laso, al que parecía dedicado y que decidió no volver a poner en pista al tunecino en lo que restaba de partido). Los locales aguantaron como pudieron un parcial de 0-10 para llegar vivos al descanso (35-38).
A la vuelta de vestuarios, el efecto Miribilla fue desvaneciéndose ante un Real Madrid con demasiadas armas ante un equipo muy tocado en todos los aspectos y que contaba con la baja sobrevenida de un Axel Hervelle que sufría un esguince de rodilla durante el partido. Un triple de Darden ponía a los blancos diez arriba (39-49, min. 25) y otro tiro desde más allá del 6.75 de Rudy Fernández volvía a hacerlo a tan solo un minuto del final del periodo (53-63 min. 39). Tocados pero no hundidos. Los de Pueyo reaccioaron en ambos casos, primero con Bertans y más tarde con Markota, para seguir vivos a falta del último acto (58-63, min. 30).
La máquina blanca no conoce de sentimientos, ni de contextos especiales. El rodillo visitante fue a lo suyo para terminar el trabajo en el último periodo. Ante un conjunto local roto, los de Laso daban la estocada al final al partido, que finalizaba con un resultado de 73-87.
Tras el pitido final, emoción a raudales con un público homenajeando a sus héroes y una plantilla del Real Madrid haciendo el pasillo a los MIB en un gesto señorío. Corrieron las lágrimas. El basket no puede acabar aquí en Bilbao.
En lo individual, Dairis Bertans fue el máximo anotador local con 19 puntos. En el Madrid, Sergio Rodríguez estuvo inmenso, con 17 puntos y 6 asistencias. Felipe Reyes también brilló con 16 puntos y 6 rebotes.
Rafa Pueyo en sala de prensa (Dpto. de Comunicación de Bilbao Basket):
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