Cerraba la jornada de Reyes el derbi de la capital entre Movistar Estudiantes, hoy como local, y Real Madrid en un partido trampa después del respiro que le dio la victoria en Murcia. Ambientazo en el WiZink Center minutos antes del salto inicial con el pabellón rozando el lleno y con todos los ingredientes para presenciar el derbi.
Una guerra en la pintura era lo que predominaba en los primeros minutos con Ayón y Whittington hasta la rápida irrupción de Gentile confirmando su mejoría física con seis puntos consecutivos. El intercambio era precioso y prácticamente ambos equipos anotaban en cada posesión con unos merengues acertados de la línea de tres como contraposición a dos triples seguidos de Whittington, muy importante desde el comienzo (14-14, min. 6). Le venía bien a Estudiantes disponer de transiciones haciendo daño al rival y casi infalibles en ataque asestaban un parcial de 8-0 –con tiempo muerto de Laso de por medio- dejando una mejor cara que la habitual en defensa. Sin embargo, reducirían toda la ventaja los blancos en el último tramo del cuarto gracias a la conexión Ayón-Reyes concluyendo los primeros diez minutos con la igualdad en el marcador, 25-25.
Con los colegiales en un 77% de acierto era lógico que su rendimiento bajase, además de que no se habían producido cambios hasta ese momento entre los dos conjuntos. Pero, al contrario de lo que se intuía, el Real Madrid encadenaba cuatro pérdidas seguidas justo antes de que Tavares errara un mate en la soledad de la pintura. El público casi ‘mordía’ tras la acción y un mate justo después de Víctor Arteaga provocaba los gritos y aplausos de los mismos convirtiendo el WiZink Center en una verdadera caldera (35-34, min. 16). Ya por aquel entonces estaba entrando poco a poco en el partido un Rudy Fernández que sería el engranaje que hacía fluir a los suyos y que clavaba dagas desde el perímetro. Con 14 puntos y cuatro triples en este cuarto, permitía mantener distancias e incluso colocarse cinco arriba en el marcador con un triple a falta de 30 segundos. Por suerte para los del Ramiro, Brizuela recortaría la diferencia con un precioso aro pasado ante la torre Tavares dejando el marcador en un igualadísimo 46-49 al descanso.
A la salida de los vestuarios se ralentizaría el ritmo anotador pero no la igualdad que seguía siendo la tónica dominante del encuentro. Las defensas convergerían con el nivel ofensivo de ambos conjuntos y con los de azul aprovechando las fisuras del rival en el pick and pop siendo el mejor ejemplo un triple de Whittington sobre la bocina que empataba el marcador (51-51, min. 23). A continuación el partido entraría en la fase más gris del partido acumulando errores en ambos lados de la pista de lo que se aprovechaba el Real Madrid para ponerse por delante (58-61, min. 27). Se recuperaría y de qué manera Movistar Estudiantes con un parcial de 8-0 finalizado con un espectacular alley-oop de Caner-Medley para Arteaga que obligaba a pedir un nuevo tiempo muerto al cuerpo técnico blanco. Dos tiros libres de Gabriel Deck sería la única interferencia en el marcador que se iría al último cuarto con 66-64 favorable a los colegiales.
Intentaba sorprender Laso con una zona 2-3 de salida con Jeffrey Taylor como perro de presa de Omar Cook en toda la cancha pero los de Josep María Berrocal estaban especialmente inspirados desde el triple y Clavell y poco más tarde Whittington harían gala de su acierto (71-66 min.32). Se veía con mejores sensaciones a Estudiantes y así lo confirmaban no permitiendo al Madrid que volviera a dominar en el encuentro. La ventaja empezaría a aumentar desde el ecuador del cuarto después de que, una vez más, Whittington pusiera la mayor ventaja del partido 79-72 palmeando en la pintura (min. 35). Dicha ventaja se ampliaría con un ‘Estu’ laborioso atrás y con Gentile ganando su duelo particular con Rudy en el poste con dos canastas sublimes. Parecía sentenciado el partido con un mate del italiano tras un rebote largo recogido por Cook que incrementaba la ventaja a 9 puntos con 1:30 por jugar. El público estallaba tras la canasta y más aún cuando los merengues requerían de un tiempo muerto intentando revertir una situación casi perdida. Lucharía Llull con dos triples consecutivos y un tiro libre que metía el miedo en el cuerpo al espectador colegial. La sensación se incrementaba con Hakanson fallando dos tiros libres cruciales y con Ayón anotando uno de ellos después de una falta de Whittington en el rebote. 91-88 y 21 segundos que solo dieron lugar a dos tiros libres anotados de Whittington y Hakanson y dos buenas defensas daban la victoria por 93-88 a los colegiales metiéndoles en Copa del Rey provisionalmente.