Esas buenas sensaciones que venía dando el Tuenti Móvil Estudiantes ante rivales poderosos como Real Madrid o Valencia Basket se manifestaron por fin en victoria, y precisamente ante otro equipo que venía empujando desde arriba. En Sevilla muchos señalarán todavía a los árbitros y otros se quedarán con la gesta de un Kyle Kuric incendiario, pero la verdad es que hubo mucho más: astucia para sacar rápidamente a Bamforth del partido con su tercera personal en el primer periodo, energías para dominar la lucha por el rebote y sobre todo una buena gestión de la diferencia cuando cambió a los locales por los visitantes. Y precisamente fue a aquello, además del refuerzo que permite la llegada de sus últimos fichajes, a lo que apuntó Txus Vidorreta.

 

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La pobre intensidad empañó el primer cuarto. Entre un Estudiantes apático, triples que no tocaban el aro y Miso liado con sus riendas, y un Cajasol trabado que empezó a liderar gracias a los impulsos de Satoransky, de nuevo como improvisado alero. No le salió mal del todo el invento a los sevillanos y, a pesar de la baja energía general, se adelantaron con una entrada meteórica del checo a canasta (11-04). Sólo Miso, que ejercía como podía de director pero también aprovechaba los despistes del rival para castigar, y Van Lacke desde la línea de tiros libres mantenían al equipo madrileño en el partido. 

 

A pesar del inicio favorable, Cajasol no podía evitar ir a remolque. Precipitado en ataque, perdido por momentos, dio vida a su rival, y en un abrir y cerrar de ojos saltó Nogueira para dar la primera sorpresa: 2+1 para igualar el marcador y después perdonar su tiro adicional. Nuevos bríos de Hernangómez volvían a poner a los cajistas por delante, y el primer triple de Kuric volvía a igualar. Con este primer aviso cerró el primer cuarto (21-21).

No cesó el tirador de Indiana, y con dos nuevos saltos desde 6.75 puso contra las cuerdas a los locales (23-27). Lo arregló Urtasun, convirtiendo una posesión que se le fue a los madrileños de las manos, y cayó un nuevo latigazo de Kuric (29-37). Satoransky, mientras tanto, solucionaba: impresionante alley oop para Porzingis ante su doble marcaje o triple para aferrarse a un rival que empezaba a marear a su antojo, pero sobre todo volvía cada error insalvable. Como un boxeador contra la esquina se revolvía el equipo sevillano, sometido a la muñeca del escolta estudiantil, y su quinto triple antes de que Bamforth buscara la reflexión sosegada en vestuarios (39-43).

Aún así, no afinó mucho más Cajasol. El mismo empeño y las mismas decisiones, demasiadas pérdidas con las que cargar mientras Balvin cargaba contra la pintura para matar y Kuric, en un contraataque estudiantil que lo dejaba sin marcaje, repetía. Con el viento a favor supieron navegar los de Vidorreta, Colom sacó un 2+1 en una de sus internadas e Ivanov puso al fin a los locales contra las cuerdas (46-55). Tras el tiempo muerto de Aíto, Kuric volvió a levantarse y encestar para llevar a los suyos hasta la máxima ventaja, +12. Justo aquí peligró el dominio visitante tras el tapón ilegal y, sobre todo, agarrón de Nogueira en la salida al contraataque local para la falta antideportiva. Satoransky convirtió los tiros libres y Urtasun convirtió la posesión en triple para posibilitar el arreón de los suyos justo al iniciarse el último cuarto (53-58).

Nada más lejos del desenlace final. Muy poco tardaría Kuric en volver a desarmar cualquier remontada, fortalecido su equipo ante las facilidades para capturar el rebote y volver a servirle el tiro en bandeja. En uno de los pocos momentos que un defensor pudo echársele encima sacó la falta, con tres tiros libres que convirtió entre sonrisa y sonrisa (55-66). La ventaja y dominio sobre la pista del Estudiantes fue pesando más y más con el paso de los minutos, y ya desplomado Cajasol, bastó a los visitantes con no perder fuelle para asegurar la victoria.