El ambiente ensordecedor en el CID abría el partido con los dos equipos algo desacertados en el lanzamiento. La intensidad defensiva de ambos era notable, no querían dejar ni un respiro a sus rivales. Los blancos comandaban el marcador durante los primeros compases del encuentro a base de distancias cortas. Fueron Javier Beirán y Newley los que le dieron la primera ventaja al cuadro de Pedro Martínez, que se venía arriba empujado por su público y por una enorme defensa que provocó que Pablo Laso tuviera que parar el partido (12-7). Los amarillos seguían mostrándose fuertes en defensa, poniendo a Bourousis en muchos aprietos, en cambio, era Mirotic el que respondía desde el perímetro para darle un respiro a los suyos. Aún así, los grancanarios no bajaban su intensidad para mantener las distancias en el marcador. Otra vez Mirotic conseguiría reducir distancias para los madrileños con un dos más uno espectacular, que daría por terminado estos primeros diez minutos a cinco puntos en el marcador (22-17).

La intensidad seguía estando presente, sobre todo, defensiva. Albert Oliver estaba siendo muy importante para el conjunto canario; el base catalán volvía a poner la máxima ventaja con un dos más uno. Sergio Rodríguez, ya en pista intentaba dar más velocidad al Real Madrid en sus transiciones, pero los blancos echaban mano de su talento individual para aferrarse al partido (31-27). El Madrid le ponía el punto físico al partido, se cerraron en defensa y evitaban que el ataque del Gran Canaria fructificara. Los puntos del juego interior blanco empataban el partido, Marcus Slaughter ya había conseguido cuatro puntos tras rebote ofensivo aprovechando su potencia. Durante los últimos minutos el Real Madrid continuaba asechando el marcador, pero no llegaba a ponerse por delante, los claretianos se habían encomendado a un Albert Oliver especialmente inspirado. Una canasta de Sergio Rodríguez lograba poner por delante a los blancos antes del descanso, viéndose la mejoría que con el base tinerfeño estaban teniendo (37-39).

Tras el paso por los vestuarios, los amarillos volvían a ponerse por delante con una buena dirección de un Tomás Bellas con tres faltas personales. La intensidad de estos dos púgiles parecía haber mermado, pero un Bourousis más suelto hacía que los visitantes recuperaran el dominio en el marcador (41-44). Los amarillos tenían la pólvora mojada, su porcentaje en el lanzamiento desde el perímetro estaba siendo bastante bajo, llegando a no superar el veinte por ciento. El Madrid se marchaba, aupado por unos Rudy y Mirotic que habían encontrado la llave para romper el cerrojo amarillo hasta poner su máxima ventaja del partido (43-50). No obstante, los amarillos responderían con creces comandados por un Eulis Báez que anotaba cinco puntos seguidos para meter al Granca y al CID en el partido. La mejor versión del Gran Canaria apareció cuando más lo necesitaba, para evitar que el Real Madrid se fuera demasiado en el marcador. A pesar de ello, el Real Madrid logró irse al último asalto con una ventaja mínima en el marcador que evidenciaba el nivel de partido que estábamos presenciando (53-54).

Los últimos diez minutos se iniciaron un Real Madrid más agresivo en ambos lados de la pista, dominaban los rebotes y habían alargado su ventaja hasta los cinco puntos. Los de Pedro Martínez intentaban la épica, se colocaban a tres con un CID que apretaba los dientes. Fue el momento en el que Jaycee Carroll quiso aparecer, para anotar un triple que silenciaba el pabellón. El nerviosismo se hacía eco, la tensión era palpable y tanto Real Madrid como Gran Canaria se jugaban el liderato en un partido no apto para cardíacos. Los de Pablo Laso buscaban la manera de entrar en la zona amarilla y lo conseguían, una canasta de Llull obligaba a Pedro Martínez a para el juego con cuatro puntos de desventaja a tres minutos del final (63-67).

La tensión no se marchaba, pero al Gran Canaria le faltaba algo de fluidez en ataque para poder empatar el partido. Otra canasta sensacional de Carroll a menos de un minuto del final ponía a seis al Madrid, matando el partido casi por completo. Los amarillos lo volvieron a intentar desde la línea de tres puntos, pero el acierto no quiso presentarse esta mañana en el Centro Insular de los Deportes. El acierto en los tiros libres finales del Real Madrid dieron por terminado el encuentro manteniendo invicto al Real Madrid en lo alto de la tabla de la Liga Endesa (70-75).