En el último partido del año 2018 en el Principado de Andorra, se enfrentaba el equipo local, Morabanc Andorra, intentando sumar una victoria que le haga subir puestos en la clasificación frente a un Movistar Estudiantes en la cuerda floja, en puestos de descenso, y con Shayne Whittington como nueva incorporación precisamente desde el país vecino. 

Fue un comienzo de partido habitual para Movistar Estudiantes que con una defensa más floja veía como los locales sumaban de dos en dos prácticamente en cada ataque llegando a los diez puntos en apenas dos minutos y medio. Solo Omar Cook y Darío Brizuela intentaban mantener el pulso a un Reggie Upshaw que protagonizaba muchas de las jugadas de su equipo y acumulaba 8 puntos muy pronto (19-13, min. 6). Justamente después sacaría garra Caner-Medley dejando a los colegiales a dos puntos de su rival con cuatro puntos consecutivos pero la entrada de Jelinek desnudaría de nuevo las enormes carencias defensivas de los madrileños. El escolta checo anotaría 8 puntos sin fallo en un parcial de 9-2 en los últimos dos minutos concluyendo el primer cuarto con una ventaja de 30-21 para su equipo.

Se veía una mejora en la concentración defensiva de los visitantes dejando sin anotar a Morabanc durante más de dos minutos, una concentración que no le servía de nada pues solo sumarían con un triple de Clavell durante ese periodo. El encuentro se tornaba a un terreno más enfangado con ambos conjuntos cosechando errores y en el intercambio de golpes que mantenían eran, como suele ocurrir, los que iban por delante en el marcador los que salían beneficiados con Vitali y Jelinek muy inspirados (47-34, min. 17). En los siguientes minutos y hasta el cierre de la primera parte, Morabanc Andorra aumentaría la diferencia gracias a la aparición de Dylan Ennis y un triplazo de Albicy excepcionalmente defendido por Clavell que dejaba el tanteo en 53-39 al descanso.

A la salida de vestuarios los locales lograban canastas rápidas que ponían una diferencia de 17 puntos y parecía que dejaban el partido sentenciado ante la pasividad de la defensa estudiantil. Sin embargo, Dario Brizuela, siempre Brizuela, recuperaría la deseventaja de este cuarto insuflando intensidad y lucha a sus compañeros de equipo. Así lograban encadenar unas defensas decentes y un parcial de 8-2 en casi cuatro minutos acercándose a casi diez puntos de los locales (60-49, min. 26). Se escaparían los de Ibón Navarro otra vez con siete puntos en un minuto y retomarían ese intercambio en los minutos posteriores que le servía para llevarse una ventaja de 16 puntos a falta de diez minutos y un resultado de 73-57.

En primera instancia parecía que el partido iba a seguir la senda del cuarto anterior pero un irreverente Brizuela se negaba a perderle la cara al encuentro, la remontada se empezaba a fraguar desde errores de los andorranos y la eterna lucha de los de Berrocal. El parcial en cuatro minutos era de 14-5 con un estelar triple de Ludde Hakanson bajando la diferencia de los diez puntos (78-71, min. 35). Llegaría entonces el momento cumbre del intento de Movistar Estudiantes con una magnífica defensa que agotaba el reloj de posesión de sus rivales en el mismo instante en el que le pitaban falta a Brizuela sobre Diagne. Las quejas del alero eran perfectamente perceptibles desde cualquier televisión y el resultado fue una técnica que desinflaba el globo con el que estaban ascendiendo los madrileños en busca de la victoria. Finalmente la revisión de los árbitros permitió que el internacional español se mantuviera en cancha con cuatro faltas pero la reacción estudiantil había sido desactivada casi por ellos mismos. Se mantuvieron en el alambre hasta los últimos dos minutos cuando Albicy anotó un triple crucial para sentenciar el partido a falta de 1:26. El resultado marcaba 90-78 y no se volvería a reducir. Al final se cerró el partido con 96-82 y los de Ibón Navarro vivos en la lucha por la clasificación a la Copa del Rey, mientras que los de Berrocal se vuelven a Madrid con las manos vacías y en una situación de urgencia en la que podría peligrar el puesto del entrenador.