El Real Madrid se coronó por segundo año consecutivo como el vencedor de la Supercopa. Los merengues fueron superiores durante todo el partido, muy a pesar de el trabajo defensivo en muchos momentos por parte del Barcelona y el trabajo del dúo Marcelinho-Tomic. Los merengues fueron más compactos, con más ritmo y más jugadores involucrados en el sistema ofensivo de la escuadra. Bourousis mostró una carta de presentación de auténtico nivel. El Barça tuvo opciones hasta final de partido, pero la eliminación de Tomic a falta de un minuto mermó definitivamente sus opciones.
El Real Madrid salió con más concentración y un nivel muy alto de acierto sobre todo a través de un Nikola Mirotic en estado de gracia y de Tremell Darden que abrían una brecha rápida de 6 puntos con 7 puntos del montenegrino y 5 del estadounidense. Al Real Madrid se le veía más hecho y con una gran fluidez en la anotación. La tónica estaba clara en un comienzo, ambas escuadras buscaban situaciones de creación por sus centres. Un intercambio de triples daba a los de Laso una ventaja de 7 puntos que no se amplió a más tras dos fallos debajo del aro de Bourousis. Rudy y el propio Bourousis seguían martilleando el aro blaugrana y ampliando a 10 puntos la ventaja. Rudy creaba muy fácil desde situaciones de 1×1 y 2×2 y luego veía muy bien el juego sin balón de sus compañeros para crear situaciones sencillas en las medianías del aro. A eso había que sumar el altísimo porcentaje de acierto desde 6.75.
Real Madrid acababa el primer cuarto con 29 puntos, algo muy alejado de los gustos de Xavi Pascual y con una defensa que no se parecía en nada a la de ayer. El Barcelona lograba igualar el ritmo del partido, hasta que entró en ebullición con una tangana entre Víctor Sada y Jaycee Carroll que acabó con el escolta norteamericano descalificado. Ahí el partido se enmarronó siendo los catalanes los que más provecho sacaron de la situación recortando el marcador hasta un único punto de ventaja para los merengues. Aquí se apagó la luz, el partido perdió toda la chispa que hasta el momento tenía, la tangana lo enfrió y esto le seguí beneficiando al Barça que 19 minutos después se ponía por encima, con un Marcelinho que encontraba el tempo que beneficiaba a los suyos.
Real Madrid abría el tercer acto con un 0-6. Los de Laso volvían a dominar el partido, desde, curiosamente, un ritmo que no es el prototípico suyo, con la pareja Rudy Fernández-Bourousis controlando el choque. Rudy se llevaba una merecida técnica de la cual los blaugrana sacaban tajada. Nadie conseguía hacerse con el partido, los errores prevalecían sobre los aciertos, manteniendo el conjunto madrileño un pequeño margen de 5-6 puntos, que quedó en 7 puntos al final del tercer cuarto que señalaba un 56-63.
Peor no podía iniciar el cuarto final para el Barça que veía como el Madrid sin pestañear le endosaba un parcial de 0-4 con suma facilidad que alargaba la ventaja a los 11 puntos y forzaba a Pascual a pedir un tiempo muerto. De la mano de Huertas el Barcelona volvía a entrar en el partido que devolvía un 0-6 y hacía que Laso tuviera que meter a sus mejores hombres antes del plan establecido. La dupla que formaba el base paulista y Tomic se sentía muy cómoda en el juego por parejas, mientras la defensa barcelonista subía enteros y atascaba el ataque merengue. El intercambio de golpes era frenético por momentos, manteniendo el Madrid una goma de 2-4 puntos.
El Barcelona tenía que bloquear el ataque madridista y seguir confiando en la dupla Huertas-Tomic, con 4 puntos de desventaja y un poco más de un minuto por jugar. El Madrid se nutría de tiros libres y la quinta falta personal de Tomic acabó con las esperanzas de victoria barcelonistas, convirtiéndose el Real Madrid de nuevo en campeón.