La Copa del Mundo ha cerrado la persiana en cuanto a su sede de Bilbao. Atrás quedan muchos recuerdo; el Haka neozelandés, la alegría dominicana, la espectacular afición finlandesa que se desplazó en masa hasta Bizkaia para animar a la "Manada de Lobos"…. y, por supuesto, la presencia en la ciudad del Team USA y su pleyade de estrellas NBA.
Todo lo que ha rodeado estos días al Team USA ha destacado por dos aspectos: el control escrupuloso de todos los movimientos que daba la expedición y, por otra parte, la discreción con la que se han movido sus integrantes en la sede bilbaína.

La relación con los medios de comunicación ha sido muy profesional, pero siempre bajo sus condiciones y parámetros. Durante los entrenamientos previos al comienzo del torneo (siempre a puerta cerrada), la prensa tenia la posibilidad de vivir in situ el último cuarto de hora de la presencia en cancha de los NBA. Una vez finalizado el entreno, los medios tenían posibilidad de acceder a los jugadores en zona mixta, con el único límite que pudieran establecer los propios jugadores. En este sentido, los NBA son conscientes que la atención a los medios forma parte de su trabajo (algo que no pocos deportistas en Europa deberían de aprender) y responden de forma paciente y muy profesional a aquellos que les solicitan unas palabras. Algunos más parcos, otros más dicharacheros, absolutamente todos los integrantes de la plantilla se paran a responder las preguntas que se les realiza. Especial mención, al menos por parte del que escribe estas líneas, a la sencillez e incluso simpatía de todo un MVP de la liga como Derrick Rose. Fuera de este contexto, Graig Miller, el eficaz Jefe de prensa de USA Basketball, no permitió entrevista alguna con nadie del staff norteamericano. En cualquier forma, accedía a las peticiones especiales que la prensa realizaba. Así fue posible charlar tras los encuentros de su selección con Tom Thibodeau, asistente de Coach K en el Team USA y entrenador jefe de los Chicago Bulls, una persona tremendamente locuaz que se extendía en las respuestas de forma significativa.
Fuera de las canchas, el Team USA se ha movido sin apenas llamar la atención. Prácticamente no ha habido actos oficiales e institucionales con foto con los representantes políticos locales, algo que agradecer tras ver la sobreexposición que sufrieron en su corta estancia en Gran Canaria. Los movimientos de la plantilla por la ciudad han sido muy discretos. Andre Drummond y Mason Plumlee nos hicieron saber a través de las redes sociales que visitaron el museo Guggenheim, localizado a pocos metros del Hotel en el que se hospedaron, distinto, por cierto, al utilizado por el resto de selecciones. En el día de descanso, el grupo apareció por sorpresa y sin aviso en la playa de Ereaga de Getxo, para dejar boquiabiertos a los allí presentes. Y poco más. En el día libre, los jugadores buscaron lugares donde comer en los alrededores del Hotel. Visitaron restaurantes de comida italiana, asiática… siempre intentando pasar desapercibidos y pidiendo únicamente como condición que se les pudiera ubicar en un reservado del local, aunque posteriormente no pusieron pega alguna para que se inmortalizase su visita para la posteridad. Así lo hicieron por ejemplo Stephen Curry en solitario o Rudy Gay y DeMarcus Cousins acompañados por su agente en un local italiano muy popular en la Villa. El Team USA apostó por la sede bilbaína en parte por el carácter vasco, respetuoso y poco dado a la histeria a la hora de mostrar su admiración con las personas populares que visitan la zona. Y desde luego que lograron la tranquilidad que buscaban.
Los norteamericanos dejaron la ciudad poco después de finalizar su último partido de la primera fase ante Ucrania. Sin tiempo para nada, cenaron en el propio BEC. Un par de operarios les hicieron llegar hasta vestuarios un espectacular cargamento de Pizzas y de alitas de pollo de un archiconocida franquicia norteamericana. Una cena rápida muy made in USA.