La isla de Gran Canaria fue el punto de conexión entre juventud y baloncesto. El complejo universitario de Tafira fue la localización exacta, allí se prestaban las condiciones perfectas para desarrollar una actividad física: buenas instalaciones y una temperatura ideal.

Al frente de todo el embrollo un hombre de basket de siempre: Jorge Santana, arropado por numerosos monitores, todos jóvenes pero conocedores del baloncesto y varios entrenadores para poder diversificar los entrenamientos: Josep Bordas, trabajando la cantera para la FEB y el Menorca de Sintes, Roberto Orellana, gran conocedor del baloncesto de aquí y USA, Manel Bosch, ex jugador ACB durante 18 años así como otros escuderos como Jose David Gros, trabajando para el Zadar, entre otros.

150 niños y niñas pudieron experimentar vivencias en la cancha, en la sala de conferencias, donde dietista, árbitro (aunque Juan Carlos Arteaga se ejercitó en la pista) y un largo etc, donde un servidor, en nombre de Solobasket, también tuvo la ocasión de aportar su granito de arena hablando del baloncesto en Internet. Por cierto, que entre los presentes ya hay jóvenes ideas, como la de Jordi Balada, canterano de Plus Pujol Lleida, que con tan sólo 15 años ya ha ideado un blog: www.jbalada.blogspot.com .

Ejercicio sin parar pero que raras veces apagó la sed de jugar de los chavales, el más insaciable: ‘Tracy’, un chaval de 10 años que en los últimos compases del campus participó en el Eslalon y dejó boquiabiertos a todo el que pudo disfrutar de su agilidad con el balón. ¿Su secreto? Su mejor amigo se llama pelota, allí va botando todo el día donde quiera que vaya: un jugón.

Canteranos de todas las islas e incluso del Real Madrid y otras partes de la península disfrutaron, aprendieron y compartieron baloncesto. Entre ellos resaltaba la figura de ‘Yus’ Mbao, un senegalés de 15 años que desde sus 2.15 progresa a velocidad luz a pesar de que lleva jugando en serio poco más de una temporada. Otro de los gigantes del campus fue Arthur Bertoso (2.05), el carioca también ha dado un paso importante en su progresión. Junto a los techos del Campus estaba José Manuel Hernández con sus 203 centímetros.

Las niñas no se arrugaron en ningún momento. El campus proporcionó competitividad y deportividad, y tanto el Lima Horta como las selección canaria del 90 enchufaron, corrieron, robaron carteras y exhibieron una gran técnica.

El resumen sería sencillo, excelente contexto para progresar en el juego durante más de dos semanas, para convivir y compartir. Como dice el eslogan del campus ¡Estamos con la cantera!

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