Ayer dijo adiós definitivamente uno de los grandes deportistas mexicanos de la historia y junto a Eduardo Najera, el mejor basquetbolista del país centroamericano. Gustavo Ayón deja un legado de leyenda y siempre será un ejemplo del deporte de la canasta. Se despidió del baloncesto como jugador tras 18 años como profesional con un partido entre los amigos de Ayón y la selección mexicana en Guadalajara, en la Arena Astros. La Tri prepara la AmeriCup que se disputará entre el 2 y el 11 de septiembre en Brasil, encuadrados en el grupo C junto a Venezuela, Panamá y Estados Unidos, teniendo como grandes estrellas a Jorge Gutiérrez, Juan Toscano-Anderson y Gael Bonilla.
El Titán nació el 1 de abril de 1985 en el pequeño pueblo de Zapotán, interesándose por la canasta desde la niñez. Con 37 años y tras quince equipos, el center nayarita seguirá ligado al baloncesto, pero no como entrenador ni directivo, sino que lo hará apoyando fundaciones y escuelas en México.
Jugó en las mejores ligas del planeta, recordando su importante paso por el Real Madrid, jugando en la capital entre 2014-2019 y consiguiendo hasta doce títulos con la camiseta blanca. Todo comenzó en 2006 con los Halcones de Xalapa para fichar en 2009 por Baloncesto Fuenlabrada. Pero uno de sus grandes momentos llegaría en 2011 cuando se le presentó la oferta para fichar por New Orleans Hornets y poner rumbo a la NBA. Como novato de la liga, promedió 20 minutos por partido, con 6 puntos y cinco rebotes. Al año siguiente jugaría entre Orlando Magic y Milwaukee Bucks, para recalar en 2013 en Atlanta Hawks. Al final de su carrera en la NBA disputó un total de 113 partidos, con promedios de 4,7 puntos y 4,4 rebotes.

Tras finalizar ese tercer curso en la NBA habrá un giro radical, ya que llega la oferta que no podía rechazar del Real Madrid para que vuelva a Europa y sea clave en el viejo continente. Ayón aceptó y el Barça, que poseía sus derechos en Europa, lo dejó en libre y con la carta de libertad firmó por tres temporadas a razón de 1,8 millones. Con el equipo blanco tuvo sus mayores éxitos como jugador, disputando 340 partidos entre 2014 y 2019, siendo titular de un equipo campeón, clave en el sistema de Pablo Laso y jugando con mucha clase el 2c2. Con el Madrid ganó dos Euroligas, cuatro ligas ACB, tres Copa del Rey y dos Supercopas. Tras su gran periplo en la capital española puso rumbo al Zenit de San Petersburgo de Joan Plaza, firmando un enorme contrato, incluso esperando una posible oferta para volver a la NBA que nunca llegó. En 2020 volvió a México para ser parte de los Astros de Jalisco y finalizó como jugador en Capitanes de Arecibo de Puerto Rico.
“Me voy agradecido, le di todo a este deporte y me voy contento, gracias a mi familia que está aquí y todos los que me acompañaron“, comentó Gustavo Ayón al final del partido.
Gustavo Ayón es ya una leyenda del baloncesto mexicano y acaba un carrera brillante en Guadalajara, acompañado por Horacio Llamas que fue el primer mexicano en jugar en la NBA, además de Sergio Valdeomillos, actual entrenador de Astros y que para Ayón es el mejor seleccionador que ha tenido nunca México. La decisión de retirarse la tomó hace un tiempo, cuando su cuerpo le estaba diciendo que ya era suficiente y considera que es importante retirarse pleno. Sobre su legado comenta, “el lograr las cosas con mucha responsabilidad, siempre dar un ejemplo a niños y jóvenes, tratar de hacer las cosas bien dentro de los errores y aciertos, tratar de buscar lo mejor para el equipo. Eso es lo que he intentado hacer durante todos estos años“.

Anoche fue una jornada emotiva junto a su familia, amigos, selección y aficionados. La Arena Astros de Guadalajara se llenó para despedir a Gustavo, viviendo un momento histórico cuando coincidieron y compartieron pista tres mexicanos que estuvieron en la NBA: Horacio Llamas, Jorge Gutiérrez y el mismo Ayón. Entre los amigos que jugaron se pudieron ver a Jayce Carroll, Walter Hodge, ‘Pery’ Meza u Oscar Castellanos. En el descanso se pasaron vídeos de compañeros como el de Facundo Campazzo, además, Julión Álvarez, cantante favorito del pívot, cantó “Una raya más al tigre”. Al final, victoria en el partido de exhibición de la selección por 85-79.